Bitcoin deja de ser (solo) un casino
‘El Gris importa’ analiza la evolución y el futuro más próximo de este medio de inversión
En el último año, el bitcoin ha pasado de 57.000 dólares a 110.000, o sea, prácticamente se ha duplicado. ¿Se trata de una burbuja? ¿Y qué consecuencias puede tener para la economía general?
Lo primero que hay que decir es que las burbujas no son en sí mismas dañinas. De hecho, son bastante habituales. A lo largo del último siglo, el investigador de Yale William Goetzmann ha contabilizado 72 casos en los que las principales bolsas del mundo se revalorizaron el 100% en un año, igual que el bitcoin, y pocas de estas «aceleraciones extremas de precios» se tradujeron en una recesión. ¿Por qué? Porque su estallido no inutilizó el mecanismo crediticio.
Pensemos en las puntocom. Su reventón hizo que muchas personas perdieran un montón de dinero, pero igual que pasa todos los días en cualquier casino del mundo. Lo sentimos mucho por esas personas y sus familiares, pero se trata de transacciones consentidas entre adultos y el impacto en la economía general es irrelevante.
Lo mismo pasó, por cierto, con la fiebre holandesa de los tulipanes. La historiadora Anne Goldgar, que ha estudiado el fenómeno a fondo, dice que no ha sido capaz de documentar la quiebra de ni una sola persona por la tulipomanía y que todas «las extravagantes noticias de bancarrotas o la del marinero encarcelado por comerse un bulbo […] proceden de los panfletos de los calvinistas, a quienes inquietaba que el consumismo impulsado por el auge de los tulipanes condujera a la decadencia moral».
Muy otras fueron, en cambio, las consecuencias de la burbuja inmobiliaria de principios de este siglo. ¿Por qué? Porque la vivienda se compra mayoritariamente con dinero prestado y, cuando su precio se desploma, los bancos se ven obligados a apartar fondos para hacer frente a las posibles pérdidas y, en consecuencia, reducen el crédito general.
Esto, en principio, no debería ocurrir con el bitcoin. Si se deprecia abruptamente, se verán afectados sus tenedores, no el sistema crediticio. Y digo en principio porque hasta ahora era efectivamente así, pero en su afán por normalizar los criptoactivos, Donald Trump ha dado instrucciones a Fannie Mae y Freddie Mac para que utilicen los bitcoins como garantía de sus préstamos.
Eso introduce una peligrosa vía de contagio. ¿Qué pasa, efectivamente, si los bancos empiezan a prestar a clientes que tienen muchos bitcoins y luego estos sufren una de sus periódicas pájaras? ¿Habremos pasado del terreno inocuo de la burbuja de los tulipanes y las puntocom al mucho más dramático de la Gran Recesión? ¿Y no está jugando Trump con la estabilidad del sistema financiero para engordar su patrimonio personal, compuesto en una fracción significativa por criptoactivos?
De todo ello debaten el profesor del IESE Javier Díaz-Giménez y el corresponsal económico de THE OBJECTIVE, Miguel Ors Villarejo, en este nuevo episodio de El Gris Importa.