De pez chico a pez grande: el arte de pivotar
La historia empresarial está repleta de marcas que cambian de actividad y terminan convertidas en multinacionales

Tienda de Nintendo en Manhattan, Nueva York. | Jimin Kim (Zuma Press)
Uno de los términos que Eric Ries puso de moda al armar su famosa metodología lean startup fue el pivotaje, consistente en un cambio de modelo de negocio basado en la experiencia acumulada en los mercados, esos gigantes informes cuyos deseos determinan las pulsaciones de una economía. La historia empresarial está repleta de marcas que dan un viraje a su estrategia y terminan convertidas, como por arte de magia, en refulgentes multinacionales. He ahí una fuente de inspiración para esos emprendedores que se debaten entre dos filosofías: vender la empresa que crearon con sangre, sudor y lágrimas o persistir y mantener las riendas para acabar regando todo un ecosistema (Inditex es un buen ejemplo patrio).
El caso de Nintendo es una gran referencia. Los chavales del presente la conocen por consolas como la Switch 2 y videojuegos como Mario Kart, pero la firma creada en 1889 por Fusajiro Yamauchi en Kioto se dedicaba a la fabricación de cartas hanafuda, un tipo de naipe japonés tradicional usado en las casas de apuestas. Durante el siglo XX, Nintendo tanteó los taxis, los hoteles del amor, la alimentación, las aspiradoras e incluso una cadena de televisión. En los años 70 probó con los juguetes electrónicos y en 1977 lanzó su primera consola casera con ayuda de Mitsubishi. Suyas son hoy algunas de las franquicias de juegos más famosas del planeta (Zelda, Super Mario, Donkey Kong, Pokémon). En su último año fiscal divulgado (marzo de 2024), sus ingresos ascendieron a 9.500 millones de euros al cambio actual.
Europa aporta dos casos, los de Nokia y Lamborghini. La primera, de origen finés, se funda en 1865 y se dedica a fabricar papel. A comienzos de siglo se diversifica y aborda los productos derivados del caucho y el cableado eléctrico. Ya en los años 80 aterriza en el mundo de las telecomunicaciones cuando era sólo una pequeña semilla del inmenso océano que es ahora, y en 1998 se convierte en el principal fabricante de teléfonos móviles del mundo. La llegada del smartphone (Steve Jobs, 2007, presentación del primer iPhone) sepultó sus opciones igual que ocurrió con los ordenadores de 8 bits cuando irrumpieron las consolas de 16 bits. En 2014 la división de móviles se vende a Microsoft. Hoy Nokia opera con éxito en el negocio de infraestructura de redes 5G, software y servicios de telecomunicaciones. En 2024, la compañía facturó 19.220 millones de euros.
Mucho más de nicho, la automovilística y mítica Lamborghini surge poco después de la Segunda Guerra Mundial (1948) tomando el apellido de su fundador y recurriendo a piezas de vehículos militares para diseñar tractores (de hecho, la marca original era Lamborghini Trattori). Ferruccio Lamborghini conocía a Enzo Ferrari y estaba convencido de que podía superarlo en su propio terreno, el de los coches deportivos de lujo. En 1963 materializa el debut en la industria y en 1966 se anota un tanto al comercializar el Miura, cuya novedad, además de una estética muy a lo Steve McQueen, era un motor central trasero. El grupo Volkswagen compró Lamborghini en 1998 por una cifra bastante ridícula (110 millones de dólares).
Desde Asia, igual que Nintendo, despuntan las historias de Sony y Samsung, la primera nipona, la segunda coreana y ambas muy bien posicionadas en la electrónica de consumo y más allá. Casi coetáneas, Samsung debuta en 1938 como un negocio de importación de alimentos de origen chino y Sony lo hace en 1946 como taller de reparación de radios. Si esta se conoce hoy por sus potentes divisiones de videojuegos (PlayStation), cine y televisión (Sony Pictures), música (Sony Music) y tecnología (sensores para cámaras de fotos, televisión, equipos de alta fidelidad), aquella es líder mundial en smartphones, televisores, fabricación de chips y electrodomésticos. La facturación conjunta de ambos conglomerados iguala o supera el PIB de países como Grecia, Portugal o Finlandia.