The Objective
Economía

Los gestores cifran en 46.500 millones el coste del absentismo y la reducción de jornada

Las empresas tendrán que contratar a 900.000 trabajadores a tiempo completo para mantener la actual productividad

Los gestores cifran en 46.500 millones el coste del absentismo y la reducción de jornada

Yolanda Díaz, vicepresidenta segunda y ministra de Trabajo.

España trabaja, pero no despega. Poco más de 20 millones de trabajadores sostienen el país, mientras la productividad está estancada y el absentismo cuesta 27.000 millones de euros al año. Una cifra a la que se suman las consecuencias económicas que podría acarrear la aplicación de la reducción de jornada para las empresas. En total, 46.571 millones de euros, lo que representa el 3,2% del PIB.

Estas son algunas de las conclusiones y de los cálculos hechos por los gestores administrativos, cuyos datos han plasmado en un informe al que ha tenido acceso THE OBJECTIVE en el que también se advierte del impacto que la reducción de jornada a 37,5 horas tendrá sobre el mercado laboral y sobre la productividad.

Ante esta polémica y por miedo a que el Parlamento se lo tumbe, Yolanda Díaz, vicepresidenta segunda del Gobierno y titular de la cartera del Ministerio de Trabajo, acaba de anunciar otro nuevo retraso del debate sobre la reducción de la jornada laboral, esta vez para el próximo periodo de sesiones del Congreso de los Diputados.

Entre otros contratiempos para la economía, está la pérdida de productividad y su resolución, si se quiere mantener la misma ratio que hay ahora reduciendo horas de jornadas. La cuestión es complicada, ya que -argumenta Fernando Santiago Ollero, presidente del Consejo General de Gestores Administrativos– «las empresas tendrán que contratar al menos a 900.000 trabajadores más, a tiempo completo, con el consiguiente coste que esto conlleva para los empresarios, por el pago de más salarios y más cotizaciones».

Fernando Santiago Ollero, presidente del Ilustre Colegio de Gestores Administrativos de Madrid. Foto: TO.

20 millones de trabajadores para 49 millones de población

España cuenta con una población total cercana a los 49 millones de personas y, en realidad -explica Fernando Santiago-, «solo unos 20 millones trabajan efectivamente cada día». Esta cifra, que se ha extraído de un análisis elaborado por el Consejo General de Gestores Administrativos, se obtiene tras descontar el absentismo medio diario y la inactividad de los fijos discontinuos. Ello refleja «una verdad incómoda», que demuestra que «el país se mantiene con una base laboral mucho más estrecha de lo que indican los datos agregados».

Las fuentes oficiales dibujan la siguiente radiografía del mercado laboral: además de una población total de 48,6 millones de personas, el número de ocupados, según datos de la EPA, es de 21,77 millones; el absentismo medio diario es de 1,25 millones de personas y los fijos discontinuos sin actividad rondan alrededor de los 650.000. Por tanto -colige el presidente de los Gestores-, «el número de ocupados reales diarios es solo de 19,87 millones de trabajadores».

Por otra parte, el rendimiento por hora trabajada en España es de 45,08 euros. Se trata de una cifra significativamente inferior a la de otros países del entorno: Francia alcanza los 100 dólares por hora, Alemania supera los 95 y la media de la OCDE ronda los 70. Sin embargo, a diferencia de esos países -señala Fernando Santiago Ollero-, «España sigue estancada en productividad. De hecho, tenemos una productividad baja, y no remontamos porque no subimos el PIB. Y, claro, si seguimos trabajando menos y sin generar más valor, no avanzamos».

El coste de 900.000 nuevos trabajadores más

De todos estos datos -subraya el presidente de Icogam– emerge el debate sobre la reducción de la jornada laboral a 37,5 horas semanales. «Un debate fundamentado en una estadística que revela un impacto económico considerable, porque pasar de 1.630 a 1.560 horas anuales por trabajador supone una pérdida agregada de 1.390 millones de horas laborales al año». Sin olvidar que «para compensar esa caída, y para mantener el nivel actual de producción, se requiere incorporar al mercado casi 900.000 nuevos trabajadores a jornada completa».

«¡Pero ojo! -argumenta Santiago Ollero-, contratar a ese volumen de personas con el Salario Mínimo Interprofesional también tendría un coste directo de más de 14.000 millones de euros en sueldos, que con las cotizaciones sociales eleva la factura a más de 19.250 millones de euros anuales». Por eso «necesitamos políticas que impulsen la productividad y que el aumento de los costes laborales no recaiga exclusivamente sobre el empresario».

A este escenario se suma otro fenómeno silencioso: el absentismo estructural, por el que cada día no acuden a su puesto de trabajo 1,25 millones de personas. Esta ausencia -concreta Fernando Santiago-, multiplicada por los días laborales del año, supone una pérdida de 2.062 millones de horas de trabajo, y la equivalencia es clara: «Nos encontramos con más de 1,26 millones de empleos anuales completamente perdidos, y el coste de esta inactividad asciende, sumando salarios y cotizaciones, a 27.320 millones de euros al año».


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