La competencia de empresas en las licitaciones se desploma: el 41% solo tiene un aspirante
El importe de los contratos ofertados por el Estado se ha duplicado en los últimos cinco años

María Jesús Montero, ministra de Hacienda. | Ilustración de Alejandra Svriz
La concurrencia en la contratación pública lleva años desplomándose, sobre todo, en los ayuntamientos. El 41% de los lotes adjudicados en 2024 solo tuvieron un licitador. Mientras, respecto al volumen por importe de adjudicación, el nivel porcentual alcanzado donde ha acudido un único licitador es relativamente similar en las tres administraciones, siendo mayor en las autonomías, con casi 32%, frente a un 29,4% en el local y un 25% en el estatal. La falta de concurrencia tiene unos efectos muy negativos para los organismos que contratan servicios, suministros y obras, con un ahorro casi testimonial en la contratación.
THE OBJECTIVE ha accedido al último informe sobre las cifras de contratos públicos en 2024, que elabora de forma periódica la Oficina Independiente de Regulación y Supervisión de la Contratación (OIReSCON). El trabajo muestra, mediante estadísticas, numerosos hábitos y riesgos que persisten e incluso aumentan año tras año.
Los datos dejan patente que la media de licitadores en los contratos adjudicados fue de 2,9, mientras que la mediana -el valor que ocupa la posición central en un conjunto de datos ordenados- se situó en dos licitadores por expediente. Los procedimientos abierto y simplificado mejoran este indicador de concurrencia, con tres y 3,5 licitadores de media, respectivamente. Por el contrario, los procedimientos negociados, sin y con publicidad, arrojan datos por debajo de la media, con 1,15 y 1,78 respectivamente.
Procedimientos desiertos
La concurrencia media en los contratos de obras (4,51 licitadores de media y tres de mediana) es la más elevada de todos los tipos de contratos. En los contratos de servicios, la media de licitadores que concurrieron fue de 2,81 de media y dos de mediana; y en los de suministros de 2,69 de media y 2 de mediana. La contratación pública no genera atracción a las empresas, fundamentalmente a las pequeñas y medianas.
«Sin concurrencia no hay competencia y sin competencia se cae el sistema de contratación pública», señalaba el consultor en contratación pública Francisco Javier Vázquez Matilla en un artículo publicado en la web del Observatorio de Contratación Pública. Las cifras resultan preocupantes y es que se está constatando que existen numerosos procedimientos que finalizan sin participantes –desierto– o que reciben un número de propuestas muy bajo, aclaraba. El efecto es un mayor gasto para las administraciones en los procedimientos menos abiertos y transparentes.
Concurrencia y menores precios
La reducción media entre el precio de adquisición con respecto al de precio base de licitación fue en 2024 del 11,24%, algo mayor que la registrada en 2023. Sin embargo, se mantiene por debajo del dato obtenido en 2021 (12,22%), que marcó la mayor bajada de la serie. No obstante, destaca el informe que en toda la serie que las mayores reducciones se producen en aquellos procedimientos utilizados de forma más intensa, como son el abierto y el abierto simplificado. Por su parte, los procedimientos negociados, con y sin publicidad, presentan indicadores muy por debajo de la media. En el contrato negociado sin publicidad la reducción apenas alcanza el 2%.
El Estado, y también las otras administraciones, tienen predisposición al excepcional contrato negociado sin publicidad o a dedo. Este procedimiento aumenta a medida que el valor de los contratos sube. La excusa habitual es que solo una o un par de empresas son capaces de ejecutarlo. Este es un tipo de contratación pública en España que permite a la Administración adjudicar contratos sin publicar un anuncio de licitación previo, aunque debe invitar a un mínimo de tres empresas.
Contratos a dedo bajo la lupa
La realidad, sin embargo, es que los pliegos están teledirigidos a determinadas grandes compañías, según se constata en los contratos que recoge la plataforma y denuncian los empresarios. Una sola cláusula en un pliego puede dejar fuera a miles de compañías, sobre todo pymes, subrayan a este medio los especialistas.
El detalle del informe muestra que durante el año pasado se licitaron 206.242 expedientes por un importe de más de 113.000 millones -sin impuestos-. El número de licitaciones en los entes locales es algo mayor que en las autonomías y el Estado. Sin embargo, el importe total es muy similar en las tres administraciones y ronda el 33%. El importe de los contratos aumenta de forma considerable en las administraciones locales y en la estatal. En ambas se registra récord en cinco años y en el caso de la segunda, el importe total de las licitaciones más que duplica el registrado en 2020. Mientras, cae en las autonómicas, que ceden protagonismo al Gobierno central y sus organismos afines.
En cuanto el importe de las licitaciones por comunidades, Andalucía, Cataluña y la Comunidad de Madrid lideran el ranking y son responsable de casi el 40% del total de las regiones. Tanto Cataluña como Andalucía prácticamente han duplicado el importe de sus licitaciones desde 2020, año de la pandemia de la covid.