Una empresa denunció irregularidades en la compra del microscopio millonario del CSIC
Señala que la propuesta de la adjudicataria Izasa recibió puntos por características que no cumplía

El criomicroscopio Jeol CryoARM 300 kV. | Instruct
La compañía FEI Europe B.V., adquirida por Thermo Fisher Scientific, presentó en mayo de 2019 un recurso especial en materia de contratación administrativa contra el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) por la adjudicación de un contrato de 4,8 millones de euros para la compra de un criomicroscopio electrónico de 300 kV, que finalmente fue otorgado a la empresa Izasa Scientific S.L.U., distribuidora de la marca japonesa Jeol, para su instalación en el Centro Nacional de Biotecnología del CSIC. THE OBJECTIVE ha publicado este miércoles que el aparato (Jeol CryoARM 300 kV) no ha sido utilizado desde su instalación en 2020 debido a que «no ha cumplido las exigencias técnicas necesarias para ofrecer un rendimiento adecuado debido a repetidos problemas de funcionamiento». El instrumento fue anunciado como el criomicroscopio «más avanzado de España».
En el escrito, al que ha tenido acceso este medio, Thermo Fisher denunciaba «serias irregularidades jurídicas» en el procedimiento de adjudicación del expediente nº 47/19, y acusaba al órgano de contratación de haber realizado una «errónea valoración técnica de las ofertas» que vulneraba los principios de «no discriminación e igualdad de trato entre licitadores» recogidos en la Ley 9/2017 de Contratos del Sector Público.
FEI Europe B.V., que había presentado su oferta para instalar el modelo Krios G3i, considerado uno de los más avanzados del mercado, solicitó al Tribunal Administrativo Central de Recursos Contractuales que anulara la resolución del CSIC y «retrotrajera las actuaciones al momento oportuno para proceder a la revisión de la valoración de los elementos técnicos».
Las irregularidades denunciadas
Entre las irregularidades denunciadas por la empresa demandante se destaca que la propuesta de Izasa incluía dimensiones de sala incorrectas para la ubicación del microscopio en el CNB: «No se corresponde con las dimensiones de la sala disponible en el destinatario final, ni incluye un plano de situación, ni la distancia entre la columna del microscopio y la zona de control», se lee en el recurso.
Del texto se desprende que las dimensiones exactas de la sala de ubicación del microscopio –según datos del CNB- son de 6,40 x 4,80 x 5,30 metros, mientras que la propuesta de Izasa incluye un diseño con dimensiones de la sala del microscopio 6 x 5,5 x 4,5 metros y sala auxiliar anexa 6 x 3,5 x 2 metros, suponiendo esto un espacio total en planta de 6 x 9 metros «que no se corresponde con las dimensiones de la sala disponible en el Centro Nacional de Biotecnología (CNB), ni incluye un plano de situación en la sala, ni la distancia entre la columna del microscopio y la zona de control».
También se cuestiona que la empresa adjudicataria obtuviera puntos por características que, según Thermo Fisher, no cumplía realmente, como la compatibilidad con otros microscopios del CNB o la inclusión de software: «La mejora ofertada por Izasa se basa en un software libre, no comercial, accesible públicamente y sin coste», señala el escrito. En cambio, FEI defendía haber ofertado software propio, licenciado y patentado, como Amira o el sistema de detección BioQuantum, no valorados por el órgano de contratación.
«Valoración arbitraria»
Además, se denuncian errores en la aplicación de fórmulas para la valoración objetiva. «La puntuación otorgada a la empresa adjudicataria no coincide con el valor obtenido mediante el uso de la fórmula del pliego», advierte la firma. Este medio ha podido comprobar que de la aplicación de las fórmulas referidas al criterio objetivo ‘Certificado de asistencia técnica’ se desprenderían los siguientes resultados: 81,54 puntos para FEI (Thermo Fisher) y 82,74 puntos para Izasa.
Sin embargo, en la resolución de adjudicación objeto de impugnación, se indican las siguientes puntuaciones: 81,54 para FEI y 83,08 para Izasa. De esta forma, la puntuación otorgada a la empresa adjudicataria no coincide con el valor obtenido mediante el uso de las fórmulas publicadas en el Pliego de Cláusulas Administrativas Particulares, habiéndosele otorgado a Izasa 0,3348 puntos por encima del valor obtenido con el uso de la fórmula.
En su argumentación legal, FEI reconoce que la administración cuenta con un margen de discrecionalidad técnica, pero sostiene que este caso excede ese marco por basarse en criterios arbitrarios y contrarios a lo exigido en los pliegos. «Se ha producido una errónea valoración técnica de las ofertas, desatendiendo el contenido de la documentación aportada y lo marcado por la propia licitación», afirma.
Además, Thermo Fisher subraya que su equipo ofrecía patentes exclusivas, como las lentes de potencia constante (‘ConstantPower™‘), y capacidades técnicas superiores: «Alta estabilidad mecánica, baja contaminación por hielo, toma de datos desatendida durante 72 horas y recuperación de muestras en estado vitrificado», todo lo cual, según ellos, «no fue valorado adecuadamente».
El recurso fue finalmente desestimado y el contrato fue ejecutado con la instalación del JEOL CryoARM 300 a través de Izasa. Sin embargo, actualmente, a raíz de la información publicada por THE OBJECTIVE, el CSIC ha afirmado públicamente que el equipo de Izasa «no ha cumplido las exigencias técnicas necesarias para ofrecer un rendimiento adecuado» y ha adjudicado un nuevo microscopio de seis millones de euros a Thermo Fisher, precisamente el fabricante que perdió el primer concurso. La compra de un segundo microscopio por parte del CNB-CSIC en menos de cinco años vuelve a poner sobre la mesa posibles fallos en la gestión de dinero público y en los procesos de contratación de equipos científicos de alto coste.