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Economía

Hacienda se ha quedado con 400 millones de premios de lotería no cobrados desde 2015

La Sociedad Estatal de Loterías y Apuestas del Estado ingresó 46 millones de euros en 2024 por boletos no validados

Hacienda se ha quedado con 400 millones de premios de lotería no cobrados desde 2015

Una persona con un décimo de la Lotería de Navidad. | RTVE

Hacienda ha ingresado en la última década más de 400 millones de euros en premios del Sorteo de Lotería Nacional que nunca fueron cobrados. A través de la Sociedad Estatal de Loterías y Apuestas del Estado (Selae), el ministerio de María Jesús Montero se ha quedado con el importe de casi 20 millones de boletos premiados de los distintos sorteos desde el año 2015 que sus compradores jamás llegaron a validar.

La cifra se desprende de una respuesta oficial de Selae, obtenida por THE OBJECTIVE a través del Portal de Transparencia, que detalla año a año los números premiados caducados y su valor. Según estos datos, el volumen de boletos no cobrados se mantiene estable, en torno a los dos millones anuales, pero el dinero ingresado por el Estado ha ido in crescendo. En 2015 fueron 35,4 millones de euros hasta alcanzar los 46 millones en 2024.

El premio que más ha engordado la recaudación pública es el popular ‘Gordo’ de Navidad, con 400.000 euros por décimo. Le siguen el primer premio de El Niño, de 200.000 euros por décimo, y los 150.000 euros que se entregan al boleto más alto de cada sorteo ordinario de sábado.

Además de la Lotería Nacional, otros juegos también han contribuido al saldo a favor de Hacienda. En estos diez años, La Primitiva encabeza la lista con 49 millones de euros no reclamados, seguida de Euromillones (37,5 millones), El Millón (14 millones), el Gordo de la Primitiva (8,6 millones) y La Quiniela (7,4 millones), entre otros. El premio con el que más ha recaudado Hacienda fue en 2018, cuando un concursante de La Primitiva dejó sin cobrar nada menos que 2.049.507,77 euros.

Hacienda puede embargar un premio de lotería por deudas

Ganar un gran premio en la Lotería Nacional puede parecer un golpe de suerte, pero para algunos afortunados la celebración dura poco. Todos los premios superiores a 40.000 euros están sujetos a un gravamen especial del 20% que Loterías y Apuestas del Estado retiene de forma inmediata antes de realizar el pago. Sin embargo, esta no es la única deducción que puede aplicarse. Si el ganador tiene deudas pendientes —ya sea con la Agencia Tributaria, la Seguridad Social o derivadas de resoluciones judiciales— Hacienda tiene la potestad de embargar parte o incluso la totalidad del premio para cubrirlas.

El procedimiento es automático y comienza en el mismo momento en que el premio se valida. Antes de transferir el importe, Selae cruza los datos del agraciado con los registros de morosidad de los organismos competentes. Si detecta impagos, retiene la cantidad necesaria para saldarlos, de modo que el dinero nunca llega a pasar por la cuenta del ganador. 

Solo después de aplicar la retención, y de descontar el gravamen correspondiente, se transfiere el importe restante. En algunos casos, esta doble mordida fiscal y judicial puede dejar un premio millonario reducido a cero, un recordatorio de que, para cobrar un décimo premiado, conviene tener las cuentas en orden antes que la suerte de cara.

El político al que le tocó siete veces la lotería

Pocas historias de premios de lotería han levantado tanta polémica como la de Carlos Fabra, expolítico y empresario castellonense. Presidente de la Diputación de Castellón entre 1995 y 2011 y figura clave del Partido Popular en la provincia, Fabra asegura haber sido agraciado con grandes premios de lotería en siete ocasiones, acumulando 2,2 millones de euros en poco más de una década. Entre 2000 y 2011, y según datos de la Organización Nacional de Loterías de España (ONLAE) y de la Fiscalía Anticorrupción, al menos cuatro de esos premios correspondieron al sorteo de Navidad.

La racha comenzó en 2000, cuando ganó 112.909 euros, y continuó en 2001 con otros 113.300 euros. En los años siguientes, la fortuna volvió a sonreírle en repetidas ocasiones, algo estadísticamente casi imposible para un ciudadano común. Su suerte se convirtió en un caso mediático cuando coincidió con su imputación por diversos delitos: tráfico de influencias, cohecho —del que finalmente fue absuelto— y cinco delitos fiscales. En noviembre de 2013 fue condenado a cuatro años de prisión por defraudar 700.000 euros a Hacienda, cumpliendo condena en la cárcel de Aranjuez.

Fabra, que también presidió la sociedad pública del aeropuerto de Castellón hasta 2013, siempre defendió la legitimidad de sus premios, aunque para la opinión pública su extraordinaria fortuna quedó marcada para siempre por la sombra de la sospecha.

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