Dos de cada tres nuevos repartidores a domicilio son extranjeros
El empleo no resulta atractivo para los españoles: solo 5.000 autónomos se dieron de alta en la Seguridad Social en 2024

Repartidor de Glovo conduciendo por Madrid. | Europa Press
El sector de los riders en España tiene un marcado acento extranjero. Dos de cada tres nuevos repartidores a domicilio proceden de fuera. Las altas en la Seguridad Social de estos trabajadores inmigrantes ya duplican a las de los nacionales. De las 16.107 incorporaciones registradas en 2024, 11.077 correspondieron a personas sin pasaporte español.
Estos datos figuran en una respuesta de la Tesorería General de la Seguridad Social —organismo dependiente del Ministerio de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones— a una solicitud de información a través del Portal de Transparencia, a la que ha tenido acceso THE OBJECTIVE. Según la misma fuente, cada mes se registran en torno a 1.200 nuevos repartidores a domicilio, de los cuales más de 800 son de origen extranjero.
Se trata de un sector en auge, aunque en los últimos años ha sido sostenido sobre todo por la mano de obra inmigrante. El empleo apenas resulta atractivo para los españoles, al menos desde mediados de 2022, cuando por primera vez las altas de riders extranjeros superaron a las de nacionales. Desde entonces, la tendencia se ha consolidado y el desequilibrio no ha hecho más que crecer, mientras el número de inscripciones en la Seguridad Social continúa al alza.
En la última década, el sector ha pasado de 5.000 a más de 16.000 nuevos repartidores al año. El registro de 2024 triplica al de 2015. Entonces, el 86% de las altas en la Seguridad Social correspondían a autónomos españoles, mientras que los trabajadores extranjeros apenas alcanzaban las 700 inscripciones en la Clasificación Nacional de Actividades Económicas (CNAE).
San Petersburgo, la primera en vetar a riders extranjeros
En Europa, los extranjeros también han pasado a dominar sectores como el delivery o el taxi, aunque no en todos los países esta tendencia es bien recibida. El caso más extremo es el de San Petersburgo, que se ha convertido en la primera gran ciudad europea en plantear un veto expreso a los trabajadores foráneos en dos oficios donde son mayoría: taxistas y repartidores de comida a domicilio.
El consistorio ruso ya ha pospuesto en una ocasión la entrada en vigor de la medida, pero asegura que la prohibición está en fase de aprobación. La decisión, polémica incluso dentro de la política local, amenaza con provocar una fuerte escasez de mano de obra y un aumento de los costes de vida, aunque algunos concejales y empresarios defienden que servirá para priorizar a los trabajadores nacionales. En San Petersburgo, más de la mitad de los riders y el 70% de los taxistas proceden de Asia Central.
La propuesta contrasta con lo que ocurre en países como España, donde el sector del reparto se apoya cada vez más en la inmigración. En Madrid, la mayoría de repartidores proceden de Latinoamérica; en Barcelona, el 70% de los nuevos aspirantes a taxistas son extranjeros, con un fuerte crecimiento de la comunidad pakistaní. Mientras Rusia avanza hacia el cierre de oportunidades laborales para los inmigrantes, en España son precisamente estos trabajadores los que sostienen el crecimiento de un sector en plena expansión.
Glovo amenaza con dejar de operar en España
Delivery Hero, la plataforma alemana propietaria de Glovo, ha puesto en duda la continuidad de la compañía en España por los costes que implicarían las multas impuestas a su modelo laboral y la reclasificación de sus repartidores como empleados por cuenta ajena en lugar de su consideración como trabajadores autónomos.
«Con respecto a los riesgos de reclasificación existentes de los repartidores en la filial consolidada del grupo Glovoapp23 España, que pueden exponer a esta filial a cargas sociales adicionales y sanciones, destacamos que, si estos riesgos se materializaran de forma integral, dichos pagos no podrían satisfacerse dentro de sus actividades comerciales operativas sin el apoyo financiero adicional de Delivery Hero. En consecuencia, existe una incertidumbre significativa con respecto a la capacidad de Glovo España para continuar como empresa en funcionamiento», advierte la empresa.
A 31 de julio, la Seguridad Social ha reclamado a Glovo el pago de 450 millones de euros en concepto de multas y cotizaciones sociales por la reclasificación de sus repartidores, a los que la ley rider española exige considerar trabajadores por cuenta ajena y no autónomos.