La patronal de Mercadona y Dia calcula mil vacantes por empresa por falta de formación
El envejecimiento de la población y la falta de mano de obra cualificada para algunos empleos preocupa al sector

Un Mercadona.
La preocupación por la falta de mano de obra afecta a cada vez más sectores. El envejecimiento de la sociedad española y el relevo generacional supone un reto que afecta a prácticamente todos. La industria alimentaria no es ajena a él. La plantilla envejece y, desde finales de 2023, el grupo de trabajadores de 45 a 54 años ha superado en número al de 35 a 44, mientras que los mayores de 54 continúan ganando peso, según el informe Mercado de trabajo en el sector de Alimentación y Bebidas, elaborado por Randstad Research, el centro de estudios de Randstad, la empresa de talento número uno en España y el mundo.
Además del envejecimiento, la falta de personal cualificado para acometer algunos puestos específicos en el sector empieza a ser alarmante. Así, las empresas de supermercados y distribución mayorista comparten con la mayoría de los sectores productivos de la economía la preocupación por la escasez de personas suficientemente formadas, tal y como reconocen a THE OBJECTIVE desde la patronal ASEDAS que representa a empresas como Mercadona, Ahorramás, Lidl o Dia. «En nuestro caso, destacan las necesidades en el tratamiento y comercialización de productos frescos, así como en otros puestos específicos de la gestión de la distribución de alimentos», apunta Nuria Cardoso, directora de Comunicación de ASEDAS.
«Aunque depende del tamaño de las compañías, se calcula que podría haber de media unas 1.000 vacantes por empresa en diferentes puestos de trabajo», señala la portavoz de la patronal, que señala que la situación de falta de formación específica en el sector es estructural. Así, la falta de personal cualificado se arrastra desde hace varios años. «Pero, además, en los últimos ejercicios observamos la agravante del alto nivel de absentismo laboral que registra el mercado laboral en España», añade.
Absentismo creciente
En este sentido, según un informe de la Asociación de Mutuas de Accidentes de Trabajo (AMAT), el sector de la distribución alimentaria contabilizó más de 353.000 procesos de baja laboral por contingencias comunes en 2024, lo que supuso un incremento del 4,58% con respecto a 2023. Este aumento claro de la las bajas, de su duración media y, por ende, del coste está provocando una fuerte tensión en un sector altamente competitivo.
La duración media de estas bajas fue de 46 días. Se trata, según señalan desde ASEDAS, de ausencias difíciles de cubrir por su duración (ya que muchas son de corta duración, apenas un día o dos). En este tipo de casos, cuando falta un trabajador, por razones en la mayor parte de los casos justificada, supone una enorme presión sobre el conjunto de trabajadores, sobre la empresa y sobre los precios, ya que es prácticamente imposible de sustituir. «Sobre todo, es un problema que requiere actuaciones en los servicios públicos de salud para que los trabajadores puedan, también con la ayuda de las mutuas, recuperar antes su salud», añade Cardoso.
Falta personal, sobre todo en frescos
En cuanto a los puestos que los supermercados encuentran más difícil cubrir, desde la patronal ponen el énfasis en la educación. «La formación profesional que se imparte en la actualidad está más centrada en la fabricación de alimentos que en la comercialización de los mismos, por lo que el problema es generalizado en todas las áreas de frescos», explica. En este sentido, desde la patronal de Mercadona explican que hay que tener en cuenta que cada producto requiere de un tratamiento específico para su conservación, su tratamiento y su presentación y prescripción ante el consumidor, por lo que se trata de formaciones muy especializadas.
Además, «contar con unos conocimientos muy definidos en estas áreas tiene consecuencias positivas en aspectos medioambientales como la lucha contra el desperdicio alimentario, en cuestiones relacionadas con la seguridad alimentaria o la puesta en valor de la cadena agroalimentaria en su conjunto, entre otros». Por ello, para estrechar la brecha entre el mercado laboral y la formación, desde ASEDAS señalan varias fórmulas que pasan por mantener viva la consideración social de un sector clave para que sea atractivo para los jóvenes. Lo más importante es, añade, «que seamos capaces de captar y retener personas implicadas con las empresas, con sentido de pertenencia al sector y con la formación suficiente para mantener la competitividad del sector y para abordar las transformaciones técnicas y sociales que necesitamos».