Farmaindustria urge medidas para evitar la fuga de 3.000 millones y 270.000 empleos
Advierte que las políticas arancelarias de Trump ponen en riesgo 111 plantas de producción de medicamentos en España

El director general de Farmaindustria, Juan Yermo. | Cedida.
España puede perder 3.000 millones en I+D farmacéutica si no refuerza su estrategia industrial. Así lo ha manifestado Farmaindustria en la gran cita anual de la industria farmacéutica de España, impulsada por la Universidad Internacional Menéndez Pelayo y la patronal, que está teniendo lugar esta semana en Santander, y a la que ha asistido THE OBJECTIVE. «Necesitamos urgentemente repasar la Estrategia de la Industria Farmacéutica en España para contrarrestar las presiones internacionales y así proteger nuestro tejido industrial y promover nuestra autonomía estratégica en medicamentos innovadores», ha apuntado el director general de Farmaindustria, Juan Yermo. «Están en riesgo los 3.000 millones de euros que las compañías farmacéuticas invierten cada año en España, las 111 plantas de producción de medicamentos de uso humano y los 270.000 empleos directos, indirectos e inducidos del sector», ha añadido Yermo.
El encuentro ha tenido lugar en un contexto de máxima incertidumbre legislativa a nivel nacional y Europea. También en plena política arancelaria de Trump, que ha establecido un arancel del 15% a productos farmacéuticos europeos. En este sentido, el director general de Farmaindustria ha recordado que la medida del presidente estadounidense rompe un compromiso de 30 años de ausencia de aranceles para medicamentos innovadores y sus insumos y puede sumar un impacto de hasta 18.000 millones de euros para las compañías farmacéuticas europeas: «Los aranceles amenazan las cadenas globales de suministro, obstaculizan la I+D y perjudican a los pacientes de todo el mundo» y ha subrayado la existencia de «otras presiones derivadas de las políticas para atraer inversiones a Estados Unidos que ponen en riesgo miles de empleos a escala mundial y comprometen la capacidad del sector biofarmacéutico para invertir y desarrollar nuevos medicamentos».
Yermo ha planteado las siete propuestas de Farmaindustria para que España logre convertirse en un centro global de producción e innovación biofarmacéutica y que ya han sido compartidas en el seno de la Estrategia. Entre ellas, disponer de un marco regulatorio predecible que valore la innovación y facilite el acceso; reforzar el ecosistema de innovación; adecuar la nueva regulación medioambiental a los objetivos de innovación y competitividad; revisar las presiones fiscales; mejorar las minoraciones del Profarma y no incrementar las contribuciones obligatorias de la disposición adicional 6ª, y aumentar las deducciones por inversiones en I+D y los incentivos a la producción de medicamentos estratégicos o terapias avanzadas.
Durante la inauguración, la presidenta de Farmaindustria, Fina Lladós Canela, ha situado el debate en un contexto internacional complejo, marcado por la incertidumbre geopolítica, regulatoria y económica, con la convicción de que el sector tiene capacidad para convertirse en un motor de cambio: «Desde la industria farmacéutica vamos a dar pasos firmes para transformar la
incertidumbre en oportunidad, y la oportunidad en progreso para la sociedad». «La incertidumbre puede percibirse como una amenaza, pero yo invito a verlo como una oportunidad y progreso», ha insistido.
En su discurso, la también directora general de Amgen España ha subrayado la necesidad, frente al contexto actual, de poner el foco en la recuperación de la competitividad en Europa: «Es urgente fortalecer los incentivos regulatorios y fiscales a la innovación y agilizar el acceso a los tratamientos, tanto en tiempos como en equidad. Porque mejorar la salud significa también fortalecer la economía del país». «España y Europa tiene que ser protagonistas, no espectadores», asevera.
Presiones internacionales
Desde la perspectiva europea, el presidente mundial de Almirall y vicepresidente segundo de la Federación Europea de la Industria
Farmacéutica (Efpia), Carlos Gallardo, ha advertido de la encrucijada que vive la región por las presiones internacionales. «Está provocando una oleada de inversiones en Estados Unidos por parte de las compañías farmacéuticas, lo que supone el riesgo de que medicamentos que hoy se fabrican en nuestro territorio podrían irse íntegramente a suelo americano, debilitando nuestra base industrial, el empleo cualificado y el valor añadido que genera la industria en la Unión Europea».
El CEO global de Almirall también ha puesto en foco en las políticas del presidente estadounidense para bajar el precio de sus medicamentos en base al precio más bajo de los registrados en otros países: «Esto supondría una enorme presión a la fijación de precios en Europa, y pondría en riesgo la sostenibilidad actual del sistema y la rentabilidad futura de la innovación».
Por otro lado, Gallardo ha repasado las fortalezas de España con la constatación de que enfrenta, al igual que Europa, una paradoja: la de la existencia de un gran potencial científico y clínico, pero unas crecientes barreras al acceso y la sostenibilidad. «Solo con una mayor inversión pública y privada, un marco regulatorio más predecible y un mercado europeo más integrado y atractivo para la Innovación podrá Europa —y en ella, España— defender su liderazgo científico y transformarlo en valor económico, sanitario y social», ha concluido.
En las sesiones del curso, que este año celebra su XXIV edición, se espera también al secretario de Estado de Sanidad, Javier Padilla; el secretario general de Salud Digital, Información e Innovación en el Sistema Nacional de Salud, del Ministerio de Sanidad, Juan Fernando Muñoz, o el director general de la Cartera Común de Servicios del Sistema Nacional de Salud y Farmacia Ministerio de Sanidad, César Hernández.