Almirall pierde un contrato con una tecnológica americana por la política de precios de Trump
La decisión responde al clima de incertidumbre generado por las medidas proteccionistas de Washington

El CEO de Almirall, Carlos Gallardo. | EP
La política impuesta por Donald Trump a las principales multinacionales farmacéuticas para recortar sus precios empieza a tener consecuencias tangibles para la industria farmacéutica española. Uno de los primeros damnificados ha sido Almirall, que acaba de perder un contrato millonario con una biofarmacéutica estadounidense para traer un medicamento a España tras meses de negociaciones. La decisión, según la compañía catalana, responde directamente al clima de incertidumbre generado por las medidas proteccionistas de Washington, que ponen en peligro tanto las inversiones en Europa como la competitividad de las farmacéuticas del continente. Así lo ha denunciado este jueves el presidente de Almirall, Carlos Gallardo, durante el XXIV Encuentro de la Industria Farmacéutica Española, celebrado en Santander, al que ha asistido THE OBJECTIVE.
«Almirall llevaba meses negociando con una tecnológica americana para cerrar un acuerdo estratégico que hubiera supuesto una fuerte inversión en innovación en nuestro país», explicó Gallardo. «Sin embargo, el CEO me llamó recientemente para comunicarme que interrumpían las conversaciones tras el anuncio de las políticas de precios de Trump. Argumentó que no podían arriesgarse a que la administración estadounidense utilice los precios europeos como referencia y, en consecuencia, obligue a rebajar sus precios en EEUU».
El próximo 29 de septiembre vence el plazo dado por el presidente Donald Trump a las principales multinacionales farmacéuticas para recortar sus precios. Si no lo hacen, advirtió el mandatario de Estados Unidos en una carta remitida a los CEO de 17 compañías el pasado 31 de julio, «desplegará todas las herramientas de nuestro arsenal para proteger a los estadounidenses de las prácticas abusivas en la fijación de precios». Una decisión que, según Gallardo, no solo frena el crecimiento de la industria en España, sino que retrasa el acceso de los pacientes a nuevas terapias: «Al final, quien termina pagando el coste de estas políticas no son las compañías, sino los pacientes».
Según Carlos Gallardo, esta política de Trump es una «presión tremenda sobre el sistema de precios europeo». En mayo de 2025, Trump firmó una orden ejecutiva denominada Delivering Most-Favored-Nation Prescription Drug Pricing to American Patients. Esta directiva busca que el Gobierno pague por medicamentos en EEUU los precios más bajos existentes en otros países desarrollados —una política conocida como most favored nation (MFN)— con el objetivo de reducir los precios hasta un 59 %–90 %. En esa misma ocasión, anunció que se exigiría a las farmacéuticas «igualar» los precios europeos: un gesto que calificó como definitivo para acabar con «lucrar y abusar» a expensas de los pacientes estadounidenses.
Más tarde, en julio de 2025, envió cartas a 17 grandes compañías farmacéuticas (como Pfizer, Eli Lilly, Novartis o Johnson & Johnson), exigiéndoles que ajustaran los precios de EE UU a los niveles más bajos a nivel global, con la advertencia de aplicar «todas las herramientas» si no cumplían.
La industria farma europea, en jaque
Todo esto está poniendo en jaque a la industria farmacéutica española y europea, y una de las primeras damnificadas ha sido la catalana Almirall, que ganó 10 millones de euros en 2024, un beneficio impulsado por sus avances en dermatología. Según el informe anual Almirall at a glance: 2024, el 10 % de sus ventas netas provienen de Estados Unidos, mientras que el 88% correspondieron a Europa y el 2 % al resto del mundo.
Sin embargo, la preocupación es creciente: lo que está en juego trasciende el balance de una sola empresa y afecta al conjunto del sector biofarmacéutico europeo. El CEO de Almirall ha advertido de que están en peligro más de 100.000 millones de euros entre 2025 -2029 (16.500 millones en los próximos meses) que podrían desviarse de Europa a EEUU debido a una pérdida de competitividad del sector en la UE. «Medicamentos que se hacen hoy en Europa van a pasar a hacerse en EEUU», vaticina Gallardo. Por ello, el presidente de la empresa catalana señala la necesidad de un marco regulatorio que incentive la innovación y la inversión en la región para evitar un éxodo de capital y mantener el liderazgo en el mercado de la salud.
«Estamos en una encrucijada. O tomamos medidas valientes o en pocos años a esta industria le va a pasar lo mismo que a la médico-electrónica, que hacen 20 años eran líderes y ahora ya lo han perdido todo. Tenemos una ventana de oportunidad para reaccionar, pero esa ventana se está cerrando. Cada mes que pase otros países avanzan y el resto retrocedemos. O convertimos Europa en motor de innovación y producción o asumimos el coste de perder la industria», concluye.