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Economía

Por qué el País Vasco es la comunidad peor preparada para afrontar sus pensiones 

En la próxima década, 4,6 personas se jubilarán en el País Vasco por cada una que se incorpore al mercado laboral

Por qué el País Vasco es la comunidad peor preparada para afrontar sus pensiones 

Dos ancianos paseando en una imagen de archivo.

En los próximos diez años, 4,6 personas se jubilarán en el País Vasco por cada una que se incorpore al mercado laboral. Es, según las previsiones de Adecco, la región con la previsión de relevo generacional más desfavorable. Sus tres provincias tienen datos preocupantes, pero la peor es Vizcaya, donde en los próximos diez años se jubilarán 5,2 trabajadores por cada nuevo empleado. Un problema que, según un análisis publicado hace unos meses en la revista internacional ‘Riet Journal’, está directamente relacionado con el daño económico estructural que provocó el terrorismo de ETA.

«El País Vasco ha tenido la mayor pérdida de dimensión económica en las últimas seis décadas. Desde la llegada de la democracia el PIB vasco se ha reducido en un 30%», asegura Luis Ramón Arrieta, el exdirectivo de BBVA, investigador y secretario de la Comisión Económica de la Universidad de Deusto. Arrieta, autor del estudio El impacto económico del terrorismo: un análisis del caso vasco, explica en conversación con THE OBJECTIVE que desde los años 60, «también las inversiones, lo que llamamos el stock de capital que suma inversiones públicas y privadas, se redujo en más del 50%».

Una reducción de inversiones y por ende del PIB que ha supuesto una continua pérdida de población joven que continúa ocurriendo y que explica que el País Vasco sea la comunidad autónoma donde el relevo generacional para poder pagar las pensiones está más comprometido. «Es consecuencia de esa enorme pérdida de dimensión económica. El terrorismo posiblemente expulsó a unas 200.000 personas durante esas décadas, es el 10% de la población vasca. Son menos niños, menos jóvenes, menos empleo. Hemos perdido mucha población activa con respecto al resto de España», lamenta Arrieta.

La falsa ilusión económica

Este exhaustivo análisis sobre el impacto económico del terrorismo de ETA destaca que el daño estructural de la economía vasca tiene mucho que ver con el tiempo. «Fue el fenómeno terrorista de mayor duración, 58 años; en Irlanda del Norte fueron 28. No hay ninguna región española que haya perdido ese volumen económico y de inversiones comparándonos con los 70», añade.

Además, tal y como figura en el estudio, se calcula que entre 10.000 y 15.000 empresarios y directivos fueron extorsionados de manera directa (Ugarte, 2018), y quizás varios miles más de forma indirecta; y decenas de miles de personas se vieron obligadas a trasladar su residencia fuera del País Vasco. «No somos una comunidad de emprendedores, somos penúltimos en emprendimiento de toda España. Si durante años se secuestraban y asesinaban empresarios, es difícil generar una vocación emprendedora».


Con todos estos datos, «huelga decir que nuestra economía, lejos de ir como un tiro, es la de peor comportamiento en términos reales de todo el país». «Si llevas los datos a población per cápita, como la población no ha crecido en estos años, apenas un 3% con respecto al crecimiento del 20% que ha experimentado toda España, pues salen las cifras que salen», explica el autor del informe. Sin embargo, añade que «realmente» la región está viviendo «de los ahorros del pasado, pero los jóvenes se van fuera. Lo vamos a pasar mal» en el futuro. Unas cuentas reales maquilladas por el concierto económico con España. En el caso de las pensiones, a pesar de las peculiaridades demográficas de cada territorio —como el caso vasco—, hay que recordar que la Seguridad Social es un sistema de caja única en todas sus contingencias y aplica los recursos con criterios no territoriales. Es decir, las pensiones de cada territorio se pagan con la ‘caja común’ de toda España.

Poca creación de empleo

Por otro lado, el País Vasco lidera, en la parte baja de la tabla, el ranking de la participación de los menores de 25 años en el mercado laboral. Es, concretamente, del 27%, cifra inferior a la media nacional, del 37,8%. «Actualmente, somos la región con mayor conflictividad laboral con el 50% de todas las huelgas y la región con la mayor cota de absentismo laboral», explica Arrieta. Además, señala que la región genera muy poco empleo privado frente al público que ha crecido un 25%. «Todo esto hace un cóctel económico de cara a futuro, complica mucho las cosas», asegura.

De hecho, si no fuera por el concierto económico y «si fuésemos un país independiente generaríamos un déficit del 25%». El investigador y secretario de la Comisión Económica de la Universidad de Deusto calcula que el déficit vasco en pensiones alcanza ya los 4.300 millones de euros. Un déficit que se cubre con la caja común, es decir, «con las retenciones del resto de España», pero es una cifra que va a seguir aumentando. Además, señala, es una comunidad que no atrae especialmente a jóvenes inmigrantes en edad de trabajar debido a su «modelo rígido y por el idioma».

Con todo, el autor considera que no todos los males que sufre la economía vasca son atribuibles al terrorismo, «pero tampoco contamos con estudios sobre el efecto beneficioso de nuestro Concierto Económico en todo ese tiempo». En todo caso, lo que destaca es que en el estudio se analiza que la economía vasca tiene un enorme daño estructural derivado de la duración del terrorismo. En definitiva, Arrieta resume que «el terrorismo genera frenazo de las inversiones, reducción de la población y de la economía, lo que envejece todos los parámetros que se necesitan para seguir creciendo».

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