La financiación alternativa y el problema de la falta de vivienda, según TQ Eurocredit
La demanda de vivienda es muy superior a la oferta, y este es uno de los motivos de la subida de precios

Vivienda | Tierra Mallorca (unsplash)
Hasta hace poco tiempo, a diferencia de otros países de nuestro entorno, la financiación alternativa era desconocida para una parte importante de las empresas de nuestro país. Sin embargo, esta situación está cambiando con rapidez. En Francia y Alemania la cuota de mercado de la financiación alternativa alcanza ya casi un 40%, en Reino Unido supera el 50% y en Estados Unidos sobrepasa el 65%. En España, la cuota ronda el 20%, por lo que aún nos queda muchísimo recorrido.
Hasta hace unos años, este era un sector proscrito, al que siempre se le ha señalado como el causante de la gran crisis de 2008. Es cierto que fue parte del problema, pero no el único responsable. Fue, simplemente, el sector donde la gran banca de inversión desarrolló algunos de sus productos financieros que arrastraron tanto al inmobiliario como al financiero a una espiral de calentamiento del mercado, generando una gran burbuja que finalmente explotó y que pagamos, de una u otra forma, entre todos.
La vivienda se ha convertido en la principal preocupación de los españoles. Y ante la magnitud del problema, la financiación alternativa tiene un papel complementario y fundamental para garantizar los recursos que permitan impulsar la financiación del mercado inmobiliario.
Actualmente, la vivienda es la principal preocupación de los españoles. Podríamos trazar un paralelismo entre la situación actual y la de los años 2003 a 2007: aumento del precio de la vivienda, elevada demanda, facilidad en la concesión de préstamos para su compra… Pero la situación es justo la contraria: no hay burbuja inmobiliaria, hay una crisis de oferta.
En los últimos tres años, en nuestro país se han creado el doble de hogares respecto al número de viviendas construidas. La demanda de vivienda es muy superior a la oferta, y este es uno de los motivos de la subida de precios. Esto ha encarecido tanto la vivienda nueva como la usada y el alquiler, lo que convierte la falta de vivienda y su coste en un grave problema.
Si a esta situación le añadimos que el número de proyectos visados y con licencia —es decir, las viviendas que se van a construir en los próximos años— aún no alcanza el ritmo de creación de hogares anuales, vemos que el problema persistirá en el tiempo si no hacemos las cosas de manera diferente. Además, existe un problema de base: la falta de suelo urbano. En España, desarrollar suelo requiere muchos años, y esta carencia es uno de los aspectos que las administraciones públicas deben abordar dinamizando estos procesos.
Por otra parte, este es un sector muy intensivo en necesidades de financiación, y aquí la financiación alternativa está siendo clave, y lo será aún más en el futuro. La financiación alternativa no solo es «alternativa», también es complementaria a la tradicional. Sobre todo, es fundamental para nutrir al mercado de los recursos necesarios para la construcción de las viviendas demandadas.
La financiación alternativa está presente en proyectos en los que la financiación tradicional aún no participa o lo hace en fases posteriores. En estos casos, la alternativa facilita el préstamo puente hasta que se cumplen las condiciones para la entrada de la financiación tradicional. Y esto es fundamental.
La mayor parte de los proyectos de construcción de vivienda que financiamos los acompañamos desde el inicio hasta su finalización, cubriendo todas las necesidades con una financiación a medida y flexible. Esta es la clave de la financiación alternativa.
Asimismo, también apostamos por financiar proyectos de living más novedosos, como el flex-living, el co-living o el senior living, que están respondiendo a necesidades residenciales diferentes y adaptadas al mercado actual. En nuestro caso, además, apostamos por la financiación de viviendas con construcción industrializada, que forma parte del futuro del sector. Esta modalidad acorta de manera significativa los plazos de construcción y ayuda a solventar otro de los grandes problemas: la falta de mano de obra cualificada. Sobre este tema podría extenderme mucho más, pero da para un par de artículos, al menos, así que lo dejaré para otra ocasión.
Para concluir, sí quiero remarcar que la vivienda es un derecho fundamental y no puede convertirse en un arma arrojadiza entre políticos de una u otra ideología. Este complejo problema requiere hacer las cosas de forma distinta, alcanzar consensos políticos, promover la colaboración público-privada y que todos aportemos nuestra parte para solucionarlo. Y aquí la financiación alternativa es, claramente, parte de la solución.