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Economía

La deuda de las regiones con las empresas de tecnología sanitaria alcanza los 1.000 millones 

El promedio de pago de las comunidades se sitúa actualmente en 74 días, superando el plazo fijado por ley de 60 días

La deuda de las regiones con las empresas de tecnología sanitaria alcanza los 1.000 millones 

El secretario general de la Federación Española de Empresas de Tecnología Sanitaria (Fenin), Pablo Crespo. | Cedida

La deuda pública de las comunidades autónomas con las empresas de tecnología sanitaria no se reduce, y hasta agosto de 2025 ascendía a 1.000 millones de euros. Así lo ha señalado el secretario general de la Federación Española de Empresas de Tecnología Sanitaria (Fenin), Pablo Crespo, a THE OBJECTIVE en una entrevista en el marco del seminario sobre Tecnología Sanitaria celebrado esta semana en Toledo. El promedio de pago se sitúa actualmente en 74 días. No obstante, Crespo reconoce el esfuerzo de las administraciones por cumplir los plazos legales de pago, fijados por ley en 60 días. «Lo importante no es solo reducir la deuda, sino evitar que siga creciendo y que las comunidades mantengan la regularidad en los pagos».

En conversación con este medio, Crespo también ha analizado la presión inflacionaria que, asegura, ha agravado los problemas de sostenibilidad en la industria. Según el secretario general de Fenin, los contratos públicos no están indexados desde 2015, lo que significa que, mientras los costes de producción crecen, los precios que paga la Administración permanecen congelados. «Desgraciadamente, venimos sufriendo una inflación acumulada muy importante. Las empresas han mantenido las condiciones por compromiso con los pacientes, pero puede llegar un punto en que no sea viable».

El IPC acumulado en los últimos cinco años supera el 20%, un incremento que afecta a salarios, materias primas y energía. La federación reclama desde hace tiempo una indexación de los contratos y la reducción del IVA sanitario del 21% al 4%, medidas que, según Crespo, permitirían «ganar eficiencia administrativa y garantizar la sostenibilidad de la industria española». Según datos facilitados por Fenin, el 21% de las empresas españolas de tecnología sanitaria perdieron dinero en 2023 –últimos datos registrados–.

En este sentido, las microempresas tienen el mayor porcentaje de resultados negativos (58%), «poniendo en evidencia la necesidad de un mayor apoyo por parte del sector e instituciones». Por contra, las grandes empresas, son las que demuestran un mejor resultado, con un 95% de ellas registrando resultados positivos. Así, las pymes constituyen el 92% del tejido empresarial del sector, contribuyendo el 66% del empleo y el 42% del volumen de ventas.

El Real Decreto y la evaluación de la innovación

Crespo también ha evaluado la tramitación del Real Decreto de Evaluación de Tecnologías Sanitarias, la necesidad de un nuevo plan de renovación de equipamientos, la presión que ejerce la coyuntura económica sobre la industria y los retos de futuro para situar a España como referente europeo en innovación tecnológica.

El Ministerio de Sanidad tiene previsto aprobar este año el Real Decreto que regule la evaluación de tecnologías sanitarias, un texto al que Fenin ha presentado varias alegaciones. Crespo insiste en que la federación comparte la necesidad de un sistema riguroso, pero advierte del riesgo de convertirlo en una barrera: «Nuestra principal alegación es que esa evaluación no represente un freno a la incorporación de la innovación. Si retrasamos la entrada de nuevos dispositivos, estaremos dejando a pacientes sin acceso a mejoras que pueden transformar su calidad de vida».

Para el secretario general, la segunda condición es que los evaluadores dispongan de la formación adecuada, especialmente en campos emergentes como la inteligencia artificial aplicada a dispositivos médicos. «Hay personas preparadas dentro del sistema, pero es fundamental que quien evalúe conozca a fondo el impacto de estas innovaciones».

Renovación tecnológica: más allá del Plan Inveat

El Plan Inveat, financiado con fondos europeos, permitió renovar 850 equipos obsoletos en hospitales españoles. Crespo lo considera un «hito extraordinario», pero insuficiente para resolver la obsolescencia estructural del parque tecnológico. «Hoy sabemos que esos 850 equipos ya no son obsoletos, pero la gran mayoría del equipamiento hospitalario sigue superando los niveles de antigüedad recomendados por los estándares internacionales. Necesitamos un plan continuado de inversión, no soluciones puntuales».

El secretario general destaca los avances que se están logrando a través de los planes de renovación autonómicos, pero insiste en la necesidad de una cultura de la planificación y de la inversión que anticipe la obsolescencia antes de que impacte en la asistencia: «Necesitamos inversión en tecnología, no nos podemos permitir una sanidad del futuro con tecnología del pasado».

Exportaciones y aranceles

El sector muestra también una sólida actividad exportadora, con casi 5.000 millones en 2024. En este sentido, el mercado estadounidense cobró especial relevancia con el 14% de las exportaciones, siendo el segundo mercado de exportación de tecnología sanitaria. Un logro que ahora se ve amenazado por los nuevos aranceles de Donald Trump (15%): «El mercado americano es estratégico por volumen y por rentabilidad», señala Crespo, que advierte del sobrecoste añadido que los aranceles también pueden generar en materias primas.

Ante esta coyuntura, Fenin trabaja con el Gobierno para minimizar el impacto y con las compañías para diversificar destinos. «Estamos ayudando a nuestras empresas a abrir mercados en Oriente Medio, Sudamérica o África, aunque son procesos complejos», explica. Entre los productos que más se exportan a Estados Unidos figuran desfibriladores, material hospitalario y dispositivos de alta tecnología fabricados en España, con gran prestigio internacional.

Tecnología contra la falta de profesionales

De cara a los próximos cinco o diez años, Crespo ve claras las tendencias que impulsarán el crecimiento de la tecnología sanitaria en España. La primera es demográfica: más población y más envejecimiento. La segunda, la escasez de profesionales sanitarios: «La única manera de atender más pacientes con menos personal es incrementar la productividad, y eso solo se consigue apoyándose en tecnología. Monitorización remota, inteligencia artificial y equipos más rápidos que reduzcan listas de espera serán claves».

Para Crespo, la innovación tecnológica será indispensable no solo para la calidad asistencial, sino también para la sostenibilidad del Sistema Nacional de Salud. Por último, el secretario general de Fenin reconoce que el Gobierno mantiene un diálogo abierto con el sector, pero pide pasar de las palabras a los hechos: «Escuchar está muy bien, pero lo que necesitamos es voluntad política que se traduzca en disposiciones legislativas e inversión. La tecnología sanitaria es un sector estratégico que cuida de los ciudadanos, mejora la calidad de vida y hace más eficiente nuestro sistema de salud».

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