Choque entre el INE y varios economistas por la fiabilidad de sus datos: «Están tezanizados»
El organismo arremete contra los especialistas que cuestionan sus cambios metodológicos

Elena Manzanera, presidenta del INE, junto al rey Felipe VI, el pasado 7 de abril en Madrid. | Europa Press
Todos los organismos públicos reciben críticas de manera habitual, pero desde que el Instituto Nacional de Estadística (INE) reprendió públicamente a economistas díscolos en un comunicado institucional, ha ido creciendo el fuego de una polémica a cuenta de la fiabilidad de las estadísticas oficiales. Una controversia que no afecta únicamente a España, sino a otros países como Estados Unidos, que se debate entre si los datos públicos están demasiado o demasiado poco alineados con la Administración Trump.
En el caso español, algunos economistas, periodistas y analistas cuestionan o bien la opacidad o bien los métodos o las constantes revisiones del INE en estadísticas macroeconómicas como el producto interior bruto (PIB) y el índice de precios de consumo (IPC). Algunos sospechan que el Gobierno ha ido más allá de instrumentalizar el CIS de Tezanos y está tratando de inflar el crecimiento económico y minimizar la inflación para fingir una mejor evolución de la real y conseguir mejores calificaciones de la pujante deuda pública, algo que el ente niega rotundamente.
El Instituto Nacional de Estadística (INE) ha emitido recientemente un comunicado inusualmente duro en respuesta a críticas públicas formuladas por economistas como José Ramón Riera y Javier Santacruz, quienes han cuestionado tanto la metodología como la presentación de algunos datos oficiales. Esta reacción ha abierto un intenso debate sobre la transparencia y fiabilidad de las estadísticas públicas, especialmente en un momento de volatilidad económica y creciente desconfianza hacia las instituciones. José Ramón Riera, economista y uno de los señalados en el comunicado del INE, se muestra sorprendido por la actitud del organismo y asevera que si se ven en la necesidad de publicar esta nota es porque «están preocupados porque saben que están manipulando y tezanizando los datos» para favorecer al Gobierno, al estilo del CIS.
Riera hace hincapié en que el instituto de estadística «acaba de publicar la quinta revisión del PIB desde que Elena Manzanera llegó a la presidencia en 2022» y eso «solo un mes después de publicar» los datos iniciales. Es por ello que se pregunta «qué está pasando en el INE» y afirma que responde a una necesidad de pulir las cifras, ya que en ocasiones los datos descompuestos «no cuadran». «Nos toman por tontos», lamenta. Sospecha que todo ello responde a la necesidad de cumplir el objetivo de déficit de Bruselas, ya que si el PIB es más elevado se reduce el peso relativo de la deuda y el déficit. Ello también mejora la calificación de la deuda, aunque alerta de que «el día que las agencias de rating se enteren de que el PIB está tezanizado nos meterán un puro de tres pares de narices». Además, recuerda que esta es la primera vez en la historia que el organismo señala a individuos concretos en un comunicado oficial: el único precedente es cuando enmendó las previsiones de una entidad, Caixabank. El economista está convencido de que la cúpula del INE está sirviendo al Gobierno que la nombró, y cuestiona el discurso del ministro de Economía, Carlos Cuerpo, de que la economía crece y la deuda pública baja, cuando en realidad, esta última se ha disparado un 50% en términos absolutos desde la llegada de Sánchez al poder.
Por su parte, Javier Santacruz, otro de los economistas aludidos, considera que las revisiones estadísticas son normales y necesarias, pero pide mayor claridad en su explicación: «Revisiones estadísticas ha habido toda la vida y deben existir, porque se construyen a partir de una información que se va ampliando. Siempre ha sido una institución —igual que el Banco de España— que ha provisto datos muy precisos y explicados con transparencia». No obstante, matiza que «el comunicado mezcla la metodología con la información, con la materia prima de los datos. Una cosa es el molde y otra lo que le echas al molde. Eurostat no discute el método salvo que sea flagrante, pero yo no estoy de acuerdo con la información que se ha metido en ese molde».
Preservar la homogeneidad de las series históricas
Santacruz insiste en la necesidad de preservar la homogeneidad de las series históricas: «Cambiar de forma importante la estimación requiere ir puliendo con cuidado, homogeneizando series históricas para poder comparar manzanas con manzanas y no con peras. Si no tienes datos anteriores, pues entonces no cambies, porque estás distorsionando». Y defiende que la crítica forma parte de un proceso sano: «Ese debate lo estamos teniendo no solo en España, sino también en EE.UU., con las estadísticas de empleo. Podemos discutir la calidad y relevancia de la información, porque hay una duda razonable».
En defensa del INE han salido otros economistas y académicos, como Manuel Hidalgo, profesor de la Universidad Pablo de Olavide y experto del Instituto Elcano, quien destaca el rigor técnico del organismo: «El INE suele ser de los organismos que menos revisiones hace en cuantía. Ha revisado igual que hará Francia o Alemania, pero es de los que mejores estimaciones hace y menores revisiones aplica». Según Hidalgo, el proceso está totalmente auditado: «Eurostat audita a la hora de hacer estimaciones. Determina cuánto es la deuda sobre PIB, cuánto es el déficit. Esto es fundamental para la política económica que se hace desde Europa. Está auditado por organismos internacionales que dan su visto bueno, y el INE suele ser el mejor alumno de la clase».
Además, Hidalgo lamenta el desconocimiento que —a su juicio— reflejan algunas críticas: «Este debate surgido, con todos los respetos, demuestra que algunos economistas plantean críticas que ignoran este tipo de cuestiones. Si denuncian manipulación, que lo hagan ante Eurostat, que es el organismo competente. No estamos hablando del CIS, estamos hablando de un organismo que pertenece al ecosistema europeo, con muchísimo control, una metodología muy compleja y muy difícil de manipular».
También ha intervenido Ferran Brunet, catedrático de Economía Aplicada de la Universidad Autónoma de Barcelona, quien plantea que el debate sobre los datos es internacional. Señala que «el loco de Trump ha dicho que las estadísticas están falseadas y ha cesado a responsables por ello» y cree que «el problema es cuando las estadísticas dejan de ser estadísticas y pasan a ser estimaciones» más subjetivas. En España, «hemos visto cómo el INE hacía bastantes modificaciones de su cálculo del PIB, naturalmente, todas al alza: ahora incluyo el juego de la prostitución, negocios en negro… para tener más publicidad y decir que vamos como un cohete y también porque si comparas con la deuda, si el PIB crece mucho, a pesar de que el endeudamiento crece, se reduce la ratio de deuda sobre el PIB, que está infladísimo». Censura que «por primera vez» se ha lanzado «un comunicado oficial señalando economistas» y respalda a sus colegas.
«Me parece que el INE tiene todo el derecho a decir lo que piensa, pero también los analistas tenemos derecho a cuestionar su metodología. No entiendo por qué una autoridad del Estado no puede ser cuestionada sobre la fiabilidad de sus estudios», indica Javier Benegas, periodista, analista, editor y publicista. Añade que el INE «debería sondear de verdad en profundidad con una metodología tridimensional que reflejara la realidad del país. Es un instrumento como todos del Gobierno, digan lo que digan los altos funcionarios, que saben que están sometidos al poder del Gobierno. Pueden patalear con un comunicado, pero se ve por todos los lados».
También lamenta que la institución no haya mejorado la accesibilidad de su portal de datos y advierte sobre una posible opacidad en la manera de presentar la información: «Ya les vale que el INE sea un portal como el que es. El tiempo pasa y hay muchas formas de presentar los datos para que el entorno sea más amigable, no solo para expertos. Un portal tiene que dar los datos, y dicen que son de la UE. Es importante discriminar, por ejemplo, entre delitos con fuerza y robos, eso podría indicar un deterioro en la seguridad». Y concluye, de forma crítica, que «ese comunicado es una excusatio non petita, acusatio manifesta; me parece que sobra. Si están tan seguros de que hacen todo muy bien, yo ni me hubiera molestado en hacer un comunicado por dos analistas críticos».