La europeidad de pega (y de pago) de la Euroliga de baloncesto
El BC Dubai estrena mañana la temporada de una competición que quiere blindarse a base de millones ante la amenaza de la NBA

Awudu Abass se dispone a lanzar un tiro libre durante un partido del Dubái BC. | X (Dubái BC)
Que lo sepa: los Emiratos Árabes Unidos son, así de repente, más europeos que el Coliseo de Roma, la Torre Eiffel y la paella juntos. Lo ha decidido la Euroliga de baloncesto, aunque algunos se malician que, en realidad, han sido los petrodólares. Puede ser. El caso es que la máxima competición continental (de nuestro continente, se suponía), que empieza mañana, la estrena el BC Dubai, que se enfrenta a las seis de la tarde al Partizan, un clásico. A la misma ahora, para mayor lío, juegan el Barça y el Hapoel de Tel Aviv…
El abolengo del BC Dubai es bastante dudoso: se fundó en 1998 y actualmente cuenta en sus filas con un total de cero jugadores emiratíes. Aunque también es verdad que, de los 3,9 millones de habitantes de los Emiratos, menos del 10% son ciudadanos emiratíes, según un informe oficial del año pasado. Ahora, ese 10%… El BC Dubai, por ejemplo, disputa sus partidos de local en el majestuoso Coca-Cola Arena, con capacidad para 17.000 espectadores más que cómodamente alojados.
Para llenar el hueco de la falta de entusiasmo o talento baloncestístico de la muchachada emiratí, han fichado a un buen puñado de estrellas extranjeras, entre ellas el bosnio Dzanan Musa, birlado nada menos que al Real Madrid a cambio de 3,5 millones de dólares al año (limpios, que por allí son muy laxos con los impuestos de según quién). Para esta temporada han llegado también gente como el internacional serbio Aleksa Avramovic, los estadounidenses Dwayne Bacon y Justin Anderson, o el francés Mam Jaiteh, que jugó la pasada Final Four de la Euroliga con el Mónaco.
Y eso que la plantilla ya era bastante buena: la temporada pasada quedaron terceros en la fase regular de la liga ABA con jugadores como Klemen Prepelic o Danilo Andjusic. La ABA, más conocida como la Liga del Adriático, la juegan los equipos de los distintos países de la antigua Yugoslavia. El BC Dubai descubrió un repentino sentimiento identitario balcánico como trampolín a la Euroliga. Como detalló en su momento Basketball News, la invitación les llegó tras comprometerse a darle 2,5 millones de euros a la ABA, además de cubrir los gastos de viaje y alojamiento de los equipos que fueran a jugar a su Coca-Cola Arena. Al final, no pudieron ganar, pero pusieron en aprietos al campeón, el Partizán… y ficharon al MVP de la competición, el base estadounidense McKinley Wright IV.
Pero la Euroliga no se conforma con migajas. Es otro nivel. Hartos de la gestión «amateur» (con muchas comillas) de la FIBA, equivalente en baloncesto de la FIFA, los clubes reunidos en la patronal Union of European Leagues of Basketball (ULEB) crearon en el año 2000 una empresa privada, EuroLeague Basketball, para organizarla. La idea era parecerse lo más posible a la NBA y lo menos posible a cosas como la FIFA, por ejemplo. No esconden que son un negocio, y tienden a ser especialmente receptivos con quien traiga el dinero por delante.
Los emiratíes no se fueron por las ramas. La pasada final de la Euroliga se jugó en Abu Dhabi. Unos meses antes, Eurohoops publicó que los accionistas de EuroLeague Basketball, que solo un mes y medio antes se habían decidido por Belgrado, votaron finalmente 11-2 por Abu Dhabi. La razón del cambio: una «cifra sin precedentes de 50 millones de euros por el derecho a albergar el evento». Los votos en contra fueron del Olympiacos y el Real Madrid. ¿Aún quedan románticos? Eurohoops ahonda en las tripas del acuerdo: «la empresa conjunta entre la Euroliga e IMG, que expiró en el verano de 2026, se prolongará automáticamente una década más, hasta 2036».
La estadounidense IMG es una de las multinacionales más poderosas de la industria del espectáculo, especialmente el deportivo. Al parecer, con el dinero de Abu Dhabi alcanzaba justo el objetivo de 100 millones de euros adicionales en ingresos para activar una cláusula que extiende automáticamente su asociación con la Euroliga, un cliente muy jugoso. Hecho que, abunda Eurohoops, «podría generar problemas en las negociaciones en curso con BC Partners sobre la adquisición de una participación». BC Partners es un grupo inversor que compró en 2018 la mayoría de las acciones del Olympiacos, uno de los que se opuso a la operación Abu Dhabi. No tiene ninguna relación con el Real Madrid… que se sepa.
Tras anunciar que albergaría la final, desde la Euroliga explicaron sin pudor que «Abu Dabi representa un primer paso hacia una nueva región. Queda por ver si esto puede dar lugar a otras actividades en Oriente Medio. Esta primera experiencia aportará mucho aprendizaje, que servirá de base para futuras conversaciones». Que las hubo.
En julio de 2010, Turkish Airlines y la Euroliga firmaron un contrato de patrocinio de 15 millones de euros que incluía el nombre de la aerolínea en el de la competición. Turquía tiene unos cuantos kilómetros cuadrados en suelo europeo y alguna remota esperanza de incorporarse algún día (Erdogan no va a durar para siempre) a la Unión Europea. Los Emiratos Árabes tienen más dinero.
A principios de este verano, SportBusiness anunció que Euroleague Basketball había presentado «una nueva identidad de marca para su principal competición continental». Según la Euroliga, su cambio de marca, que incluye un logotipo recientemente modificado que se utilizará en todas sus plataformas, representa una «nueva era audaz», con la nueva identidad destinada a posicionar la competencia como el «corazón indiscutible del baloncesto en Europa». También dijo que ahora se está embarcando en una «fase transformadora de crecimiento acelerado», que contará con «una plantilla ampliada de clubes de élite y una mayor participación en los mercados emergentes».
Ay, los mercados emergentes…
SportBusiness contextualiza: «El nuevo enfoque de la Euroliga llega mientras la NBA continúa explorando la posibilidad de lanzar una liga europea junto a la FIBA». Y también recuerda: «La Euroliga de Baloncesto y su socio comercial IMG, que extendió su colaboración a principios de este año, han insistido previamente en que la Euroliga seguirá siendo la principal competición de baloncesto en Europa». Sin embargo, «su postura parece estar suavizando su postura». Es más, Paulius Motiejunas, CEO de la Euroliga declaró a The Athletic hace poco: «Cada vez es más evidente que tenemos que trabajar juntos».
Y conviene ir a la gran timba bien cargado de dinero.
Un bonito reportaje de The New York Times se solaza del «meteórico surgimiento» desde la nada del BC Dubai. Todo muy épico y entreprenuer spirit, señala como principal muñidor a Dejan Kamenjašević, un ex jugador bosnio criado en España que llegó a Dubái hace 11 años con el sueño de crear una franquicia que compitiera al más alto nivel. «En aquel entonces, la gente se reía y bromeaba conmigo, y yo era un loco que decía tonterías», recuerda ahora, desde su puesto de director general del BC Dubai.
En 2020 conoció al empresario emiratí Abdullah Al Naboodah a través de un amigo en común, Ahmed bin Sulayem, «entusiasta del baloncesto y director ejecutivo de la empresa multinacional de logística DP World». Cinco años después, Kamenjašević concluye que, «cuando haces un trato con Abdullah Al Naboodah, que pertenece a una de las familias más influyentes de Dubái y los Emiratos Árabes Unidos, con conexiones muy fuertes con la familia real, todo es más fácil, pero también más difícil». Más fácil, explica el reportero del NYT, desde la perspectiva de que el cielo es el límite, pero con ello viene una carga mayor de responsabilidad y trabajo, porque no es lo mismo trabajar para Abdullah que para cualquier otra persona aquí en Dubái. Abdullah solo pide excelencia.
A cambio, da dinero. Mucho dinero.