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Economía

El pulpo gallego toma Inglaterra: una invasión sacude la economía local

Los pescadores británicos multiplican sus ingresos mientras el cefalópodo arrasa otras especies marinas

El pulpo gallego toma Inglaterra: una invasión sacude la economía local

Un pescador inglés mostrando la captura de un pulpo en las costa del sur británico. | Seafood Media

Primero pareció que huía de las rías gallegas y que, al mismo tiempo, comenzaba a multiplicarse en las aguas del suroeste británico. El pulpo, símbolo gastronómico de Galicia y motor económico de su pesca artesanal, se ha convertido en protagonista inesperado de un fenómeno que desconcierta a científicos y pescadores. Las autoridades del Reino Unido han confirmado que entre enero y junio de 2025 se descargaron más de 1.200 toneladas de pulpo en el suroeste de Inglaterra, frente a apenas 140 toneladas en el mismo periodo de 2023. Las hipótesis van desde el exceso de agua dulce provocado por las lluvias en las Rías Bajas hasta el aumento de la temperatura marina. La respuesta definitiva, sin embargo, no llegará hasta que se publique el informe preliminar que prepara la administración pesquera británica.

En Brixham, el mayor puerto pesquero del suroeste inglés, los marineros relatan escenas insólitas. Las nasas que antes recogían cangrejos, vieiras y langostas regresan repletas de pulpos. «Los pulpos se estaban comiendo los cangrejos y langostas. Son animales feroces. Puedes imaginarte la devastación que causaban al avanzar, devorando todo lo que encontraban a su paso», explicó Barry Young, director ejecutivo de Brixham Trawler Agents, la entidad que gestiona la subasta local. Según la Marine Management Organisation (MMO), en algunas zonas las capturas de marisco han caído hasta un 80%.

Pero la invasión también tiene un reverso económico. Con un precio medio de siete libras el kilo, algunos pescadores llegaron a sumar beneficios extra de hasta 10.000 libras semanales (unos 11.500 euros). Un reportaje de The New York Times documenta que, entre enero y agosto, se subastaron en la lonja de Brixham más de 12.000 toneladas de pulpo, con picos diarios de hasta 48 toneladas. La abundancia trajo consigo un boom gastronómico y comercial, aunque a costa de la biodiversidad local.

Lo que para unos ha supuesto una bonanza sin precedentes, para otros –especialmente los dedicados al marisco– ha significado un duro golpe económico. El pulpo se impone como competidor y depredador en el ecosistema, y amenaza el sustento tradicional de buena parte de la flota. Los veteranos del lugar recuerdan un episodio similar hace medio siglo, cuando una «plaga de pulpos» se prolongó durante dos años. 

El pulpo no desaparece de Galicia: necesitaba tiempo

Lo que a primera vista parecía una desaparición primaveral del pulpo en Galicia se ha revertido. Los datos oficiales muestran que las capturas legales y los ingresos en lonja se han duplicado en todas las zonas productivas. En julio y agosto de 2024 se registraron algo más de 202 toneladas y alrededor de dos millones de euros; en los mismos meses de 2025 las cifras han ascendido a 420 toneladas y 4,8 millones de euros.

Este repunte se explica, en buena medida, por las medidas de gestión y la conducta de la flota. Los pescadores y autoridades concedieron al pulpo más tiempo para reproducirse. El paro biológico de abril y la veda de mayo y junio parecen haber favorecido la recuperación de las poblaciones, y esos periodos de protección se reflejan ahora en los resultados de verano.

Las capturas sufrieron un descenso pronunciado en agosto –75 toneladas frente a más de 345 en julio–. Ese patrón estacional no es insólito. El año anterior también se pasó de 160 toneladas en julio a apenas 42 en agosto. En la práctica, julio concentra la mayor parte de la actividad y de las subastas; agosto suele registrar una caída por razones biológicas y operativas propias de la campaña.

En términos económicos, el pulpo dejó una señal positiva en las lonjas gallegas: la ría de Arousa generó 1,5 millones de euros tras vender 141 toneladas durante el verano, y las rulas –lonjas– de Pontevedra y Vigo superaron el millón de euros cada una tras despachar 86 y 85 toneladas, respectivamente. En conjunto, julio y agosto sumaron más de 420 toneladas por casi 4,8 millones de euros en todo el territorio gallego.

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