The Objective
Entrevista

Ignacio Moreno, cofundador de Capchase: «En España hay un problema cultural de envidia»

The Exponential Fellowship es el proyecto paralelo del empresario, cuyo fin es enviar talento español a formarse a EEUU

Ignacio Moreno, cofundador de Capchase: «En España hay un problema cultural de envidia»

EL cofundador de Capchase, Ignacio Moreno. | Cedida

En junio de 2024, Ignacio Moreno Pubul crea The Exponential Fellowship, una asociación sin ánimo de lucro que ayuda al mejor talento español a desembarcar en Nueva York y San Francisco para formarse en algunas de las startups más disruptivas del planeta con la idea de regresar después a la tierra natal y generar riqueza y empleo. Pese a su juventud, Moreno Pubul es un activo valioso del ecosistema nacional y uno de los fundadores de la fintech Capchase, capaz de levantar desde su creación en 2020 más de 1.000 millones de dólares. 

PREGUNTA.- En España sobra talento y faltan tecno-líderes. ¿Fue ese el origen de su idea? 

RESPUESTA.- En efecto. Se me ocurrió identificar a los chavales más brillantes que pudiera encontrar, algo que ya hacía en Capchase; chavales sin una experiencia previa enorme pero con una capacidad bestial de aprendizaje. En EEUU hay más mentalidad, velocidad y capital. Formarlos allí, abrirles los ojos, tiene un efecto multiplicador cuando regresan. La huella que pueden dejar en el país es gigantesca. 

P.- ¿Cómo se concreta esa experiencia?

R.- En cada lote enviamos a unas diez personas para que se integren en equipos de primer nivel, generalmente en spin-offs de Stanford y el MIT o en participadas de Y Combinator y Andreessen [Horowitz]. Los fundadores de Happy Robots, que son españoles, fueron los primeros en recibir a algunas de esas jóvenes promesas, cuyas edades oscilan entre 22 y 28 años. Enviarlos a EEUU es muy sencillo porque todo el mundo está desesperado por captar talento. El visado suele ser una barrera, pero una alianza con la Cámara de Comercio de España en Nueva York nos permite facilitarles 18 meses de estancia. Si después de ese periodo quieren fundar desde allí sus compañías, también les ayudamos con el siguiente permiso. 

P.- Usted habla de líderes técnicos puros capaces de manejar empresas globales, y luego está el perfil del tecno-líder que colinda con las decisiones políticas y económicas más cruciales, como ocurre con Elon Musk o Sam Altman. Los primeros escasean en España, los segundos ni siquiera existen. 

R.- El mundo empresarial no quiere estar en primera línea. En España hay un problema cultural de envidia. Si has tenido mucho éxito y te expones, puedes meterte en más de un lío. Los hermanos Encinar (Idealista), con todo lo que han logrado, apenas son conocidos más allá de los círculos del emprendimiento y el tejido empresarial. Espero que con la siguiente generación esto cambie. Cuando uno observa el listado del S&P 500, salta a la vista un dato: muchas de las compañías que están ahí fueron fundadas en los últimos 25 años, respaldadas por el venture capital y cimentadas en el software. Necesitamos replicar eso.  

P.- ¿Qué le falta todavía al ecosistema tecnológico español, además de figuras de primera magnitud?

R.- El mercado español es un poco engañabobos: te parece grande, crees que puedes montar un unicornio apoyándote sólo en ese plano doméstico. Luego vas a EEUU y cambias rápidamente de idea. Falla la mentalidad. Cuando se corrió el bulo de que WhatsApp iba a cobrar un euro al año por usar la aplicación, la gente migró masivamente a Telegram. ¿Por un euro al año? Por otra parte, hay que perder el miedo a vender directamente en EEUU. Y debemos conseguir exits donde no sólo los fundadores sino también una parte de los empleados se haga millonaria, mejorando de paso la fiscalidad de las stock options. De la británica Revolut, por ejemplo, han salido al menos 50 tíos con suficiente dinero para crear nuevas startups y vivir tranquilos.  

P.- La pega del exit es que a menudo quien compra no es un conglomerado español. Ahí se fuga parte de la riqueza y todo el poder de decisión. 

R.- Es posible que los primeros diez unicornios en España se vendan fuera y se pierdan plantilla e influencia, pero de ahí saldrán 100 nuevos millonarios con ganas de montar nuevos negocios. 

P.- ¿Le asusta el reverso tenebroso de la IA? Mo Gawdat (ex directivo de Google), Simon Sinek o el doctor Roman Yampolskiy vaticinan una distopía terrorífica. Y, sin embargo, es ahí donde aterrizan muchos de los millones del capital riesgo y donde personajes como Sam Altman juegan con la idea de una hegemonía casi universal. 

R.- Creo que las amenazas se sobredimensionan. La gente a pie de calle está muy lejos de la herramienta, incluso conozco a programadores de primer nivel que hacen un uso limitado de ella. Hay ciertas cosas difíciles de reemplazar y eso me lleva a descartar un escenario de catástrofe. Al final, lo importante es lo que ocurre entre humanos. 

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