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Economía

Fin a la subida del precio de las casas en 2026: «Los fondos de inversión han dejado de invertir»

No se espera un desplome como el de 2008, pero sí un cambio notable que pondrá fin a años de euforia en el ladrillo

Fin a la subida del precio de las casas en 2026: «Los fondos de inversión han dejado de invertir»

El precio de la vivienda. | Canva

Durante más de una década, el mercado inmobiliario ha sido uno de los grandes motores de la economía. Las viviendas en las principales ciudades han visto incrementos anuales de dos cifras. Siempre impulsados por la escasez de oferta, la demanda internacional y la fuerte entrada de capital procedente de fondos de inversión. Sin embargo, todo apunta a que 2026 marcará un punto de inflexión: el final del ciclo alcista del precio de las casas.

En un vídeo reciente, el analista inmobiliario Sergio (@sergioexcellencecircle) en TikTok, explicaba que: el precio de las casas ya está tocando techo y que los fondos se retiran del mercado. Según su análisis, las subidas de doble dígito que se vieron entre 2021 y 2024 han quedado atrás. Y lo que viene ahora es una etapa de moderación, con posibles correcciones en determinadas zonas.

@sergioexcellencecircle Fin a las subidas de la vivienda Los precios en las grandes ciudades ya están tocando techo. Olvídate de las subidas de doble dígito: los fondos ya están desinvirtiendo. No habrá un desplome como en 2008, pero sí un frenazo claro y correcciones en algunas zonas. Si estás pensando en vender, ahora puede ser el mejor momento. #Vivienda #MercadoInmobiliario #InversiónInmobiliaria #agenteinmobiliario sonido original – Sergio_excellence_circle

Por qué va a estabilizarse el precio de la vivienda

El principal motivo del freno en el precio de las casas se encuentra en la combinación de factores económicos y financieros que están limitando la capacidad de compra de las viviendas. Durante los últimos años, las subidas de los tipos de interés por parte de los bancos centrales han encarecido las hipotecas.

Por otro lado, el agotamiento de la demanda acumulada tras la pandemia ha dejado al mercado sin el mismo impulso que lo caracterizó entre 2021 y 2023. Durante aquellos años, los ahorros acumulados durante el confinamiento y a la facilidad de crédito, disparó las operaciones.

Además, en las grandes ciudades, los precios han alcanzado niveles que superan ampliamente la capacidad adquisitiva media. Según diversas consultoras inmobiliarias, el esfuerzo financiero para comprar una vivienda supera en algunos casos el 40% de los ingresos familiares, una cifra insostenible a largo plazo. En consecuencia, el mercado ha tocado techo: los compradores potenciales son cada vez menos y los vendedores se ven obligados a ajustar precios si quieren cerrar operaciones.

A ello se suma un cambio demográfico. Las nuevas generaciones se incorporan más tarde al mercado laboral y con salarios más bajos, lo que les dificulta acceder a una vivienda en propiedad. Esta tendencia estructural presiona a la baja la demanda de compra, favoreciendo el alquiler y contribuyendo al estancamiento de los precios.

Los fondos de inversión frenan la inversión

El otro gran factor que explica este frenazo es el abandono progresivo de los fondos de inversión institucionales, que en la última década han sido los grandes protagonistas del boom inmobiliario. Y esto, se debe a una sencillo motivo, la rentabilidad ya no compensa el riesgo.

En primer lugar, los precios de compra se han disparado mucho más rápido que los alquileres, reduciendo la rentabilidad bruta al entorno del 3%. Y para un fondo institucional, estos números ya no justifican la inversión.

También, la incertidumbre regulatoria en algunos países ha aumentado. Políticas de control de rentas, mayores impuestos a la vivienda vacía o limitaciones a la compra por parte de no residentes. Han dado lugar a que, muchos fondos prefieran invertir en otros sectores como: la energía renovable, la inteligencia artificial o la logística industrial.

Además, tras años de subidas, los fondos perciben que el ciclo inmobiliario está en su fase final. Y en lugar de arriesgarse a una corrección de precios, prefieren vender parte de sus carteras y consolidar beneficios, anticipándose al enfriamiento.

¿Va a producirse un desplome como el de 2008?

Aunque las comparaciones con la crisis de 2008 son inevitables, los expertos coinciden en que no estamos ante una nueva burbuja inmobiliaria. La situación actual difiere en varios aspectos fundamentales. Puesto que, en 2008, el desplome fue consecuencia de un exceso de crédito y de una oferta masiva de viviendas.

Los bancos concedían hipotecas a perfiles de alto riesgo, lo que generó una crisis financiera global cuando los impagos se multiplicaron. Hoy, el escenario es muy distinto: el acceso al crédito es más restrictivo, los bancos exigen mayores garantías y la oferta de vivienda nueva es limitada.

Por tanto, lo que se espera en 2026 no es un colapso. Los precios podrían caer entre un 5% y un 10% en determinadas zonas. Especialmente aquellas donde existe exceso de oferta. En otras regiones, simplemente se producirá una estabilización de los precios. Sin embargo, el impacto psicológico en el mercado será significativo. La percepción de que los precios ya no suben puede hacer que muchos compradores pospongan sus decisiones de compra, acentuando aún más la desaceleración.

@sergioexcellencecircle ¿Compro ahora o espero a que bajen los pisos? El mercado no es 2008: hay menos crédito fácil, más demanda y cero construcción nueva. La realidad: los precios siguen tensionados al alza y las viviendas bien ubicadas siempre resisten mejor. ¿Tú qué harías: comprar ya o esperar l? #vivienda #mercadoinmobiliario #compraroparar #preciospisos ♬ sonido original – Sergio_excellence_circle

Nueva fase del mercado inmobiliario

El mercado inmobiliario entra en 2026 en una nueva fase, marcada por la prudencia. Los precios han alcanzado su punto máximo, la demanda se enfría y los fondos institucionales se retiran del sector. No habrá un colapso como el de 2008, pero sí un cambio de tendencia claro: adiós a las subidas vertiginosas, bienvenida la estabilidad.

Para los compradores, esto puede significar una oportunidad de encontrar precios más razonables. Para los vendedores, una llamada de atención: el tiempo de las revalorizaciones rápidas ha terminado. En un contexto de menor rentabilidad, mayor regulación y costes financieros más altos, el ladrillo deja de ser el refugio seguro que fue durante años.

El 2026 quedará así marcado como el año en que la vivienda dejó de subir, no por falta de necesidad, sino porque el mercado y los grandes inversores han decidido poner el freno.

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