Un 15% de los bares y restaurantes de la zona de la dana «tiran la toalla» y no volverán a abrir
El consumo medio en los establecimientos de restauración de las zonas afectadas ha caído un 35%

Imagen de la devastación de la dana.
El sector industrial y comercial no fueron los únicos afectados por la dana que asoló la provincia de Valencia hace un año. La hostelería y la restauración, con todos los locales a pie de calle, también se llevó un duro golpe. Además de las pérdidas personales, las materiales fueron cuantiosas. A esas pérdidas les ha seguido un periodo de descenso del consumo en los bares y restaurantes de la zona, provocado por diversos factores, que está dificultando aún más la vuelta a la normalidad de estos negocios.
Se calcula que entre 1.800 y 2.000 bares y restaurantes resultaron damnificados por las lluvias torrenciales del año pasado en las 26 poblaciones más afectadas de Valencia. De estos, ha habido una recuperación y apertura de aproximadamente el 75%. «En este momento, hay un 10% que está en fase de reestructuración y obra y un 15% que han tirado la toalla y que dicen que no van a abrir», asegura Manuel Espinar, presidente de la Confederación Empresarial de Hostelería y Turismo de la Comunidad Valenciana (Conhostur), en conversación con THE OBJECTIVE.
El ritmo de recuperación en este sector clave ha sido muy lento. «La gente ha ido abriendo conforme han ido entrando las ayudas y ha ido entrando el dinero del consorcio», apunta Espinar. Y la llegada de estas ayudas no ha sido tan rápida como esperaban. «Las estatales solo fueron para el tema de los vehículos, fue una ayuda que llegó en noviembre en función de la facturación del año 2023», apunta el presidente de la patronal en conversación con este diario. «El resto de ayudas, todas las de 2025, son autonómicas y están llegando tarde», añade. «Tener la persiana bajada en nuestros locales cuesta mucho dinero. La resiliencia financiera de la hostelería está en una horquilla de 20-25 días», explica Espinar. «Te puedes imaginar el infierno que hemos tenido soportando costes fijos como los alquileres de nuestros locales».
Desconfianza en el futuro
Tras 365 días complicados, el sector ve el futuro con desconfianza. «Hay que tener en cuenta un factor importante: el porcentaje de endeudamiento que tiene el sector está aproximadamente en un 7%, que es bajísimo, lo cual de alguna manera lo que está demostrando es la desconfianza por parte de nuestro sector tanto en el presente como en el futuro», apunta Espinar. Este porcentaje tan reducido de endeudamiento muestra a su juicio que, debido a la desconfianza, los empresarios del sector no están recibiendo en este momento financiaciones que serían necesarias para ampliar o reactivar su negocio de manera distinta.
No obstante, sí reconoce que la mayoría de los negocios que se han abierto tienen un factor común. «Se han abierto con un plus de calidad, con una oferta distinta y también han intentado cambiar todo lo que es la tematización del local. Es decir, dentro de sus posibilidades, le han dado un vuelco a sus negocios». A la desconfianza en el futuro por parte de los hosteleros hay que unir la coyuntura económica que atraviesan los vecinos y empresas de la zona. «El público local, las familias de la zona han visto como su renta disponible ha mermado muchísimo», apunta el presidente de la patronal hostelera. En primer lugar, por el volumen de inversiones que han tenido que hacer tras las pérdidas de hace un año. Y, en segundo lugar, debido a la inflación y a la «elevada presión fiscal que tenemos en este país».
Todo esto ha hecho que los ciudadanos de la zona consuman menos en sus establecimientos. «Ha mermado la rotación de esos clientes en los locales de hostelería y aquellos que sí que pueden acceder, el ticket medio ha caído aproximadamente un 35% respecto de las cifras del año anterior». Por otro lado, lamenta Espinar, en este momento la capacidad de las empresas de la zona, sobre todo en el gasto de representación que se traduce en publicidad en sus locales, ha echado «el freno de mano». Con todo, desde el sector piden al Gobierno valenciano que ponga ya en circulación los bonos restaurante para la zona que están aprobados y que tienen un valor de 3,4 millones. «Va a ser un elemento que dinamice las 26 poblaciones más afectadas por la dana», concluye.
