The Objective
El Gris Importa

Una guía para orientarse en el lío argentino

‘El Gris importa’ analiza las elecciones argentinas y la política de Javier Milei

El pasado 6 de octubre, Milei organizó en Buenos Aires un concierto de rock, en el que él mismo interpretó nueve canciones, para presentar un libro sobre sus dos años de gestión que ha titulado, modestamente, La construcción de un milagro. La portada consiste en un retrato sedente de Milei, con la banda presidencial, una motosierra dorada sobre las rodillas y una deliberada mirada de psicópata. Todo muy Milei.

Pero es que, cuenta el Financial Times, al mismo tiempo que él entonaba su ya habitual «¡Viva la libertad, carajo!» en medio del delirio de casi 15.000 enfervorecidos mileístas, su ministro de Economía, Luis Caputo, estaba en Washington, buscando desesperadamente ayuda para contener la fuga de capitales.

¿En qué quedamos? ¿Estamos ante la construcción de un milagro o ante otra entrega de la tragicomedia habitual? Como sucede en esa tierra de contrastes que es Argentina, las dos cosas a la vez.

Desde que llegó a la Casa Rosada el 10 de diciembre de 2023, Milei ha llevado a cabo gestas prodigiosas. Sus recortes han reducido la inflación mensual del 13% a alrededor del 2%; ha llevado la pobreza a su nivel más bajo desde 2018, y ha desbrozado la maraña burocrática. A principios de año, después de que la directora gerente del Fondo Monetario Internacional, Kristalina Georgieva, lo felicitara efusivamente por su «sólido programa de crecimiento», todo indicaba que arrasaría en las elecciones de mitad de legislatura.

Esa es la parte del milagro. ¿Y cómo hemos pasado de esta película a buscando desesperadamente ayuda? En el frente electoral, las cosas empezaron a torcerse con el Criptogate. El 14 de febrero de 2025, a Milei se le ocurrió promocionar en las redes sociales $Libra, una criptomoneda que, según él, pretendía financiar a las pequeñas empresas. El valor de $Libra se disparó tras el mensaje presidencial, para desplomarse solo unas pocas horas después, cuando los dueños de $Libra deshicieron sus posiciones con ganancias millonarias, mientras más de 75.000 modestos inversores lo perdían todo.

Luego, en agosto, se filtraron unas grabaciones que destapaban una red de sobornos a la Agencia Nacional de Discapacidad y en las que se mencionaba a Karina, la hermana del presidente, como presunta beneficiaria.

Estos dos escándalos redujeron radicalmente el apoyo popular a Milei, como se puso de manifiesto en las elecciones regionales, que ganó en la provincia de Buenos Aires el exministro peronista Axel Kicillof, la sola idea de cuyo regreso ha puesto histéricos a los mercados.

Pero tampoco nos llamemos a engaño. Los inversores ya estaban bastante alterados antes de que se conocieran los sobornos de la Agencia Nacional de Discapacidad o de que Kicillof asomara sus orejas. La razón es el empeño de Milei en el mantenimiento de un peso artificialmente fuerte para combatir la inflación, que ha sido tradicionalmente la bestia negra de los argentinos. En julio, el Banco Central de Argentina tuvo que elevar los tipos de interés y el coeficiente de caja, reduciendo drásticamente el acceso al crédito. El resultado es que ahora la bestia negra de los argentinos ha pasado a ser el desempleo. Y ante la perspectiva de una recesión y de su secuela de impagos, los capitales han empezado a desfilar.

De ahí que Caputo estuviera buscando desesperadamente ayuda en la Casa Blanca, mientras Milei se desgañitaba en Buenos Aires.

Esta es la coyuntura actual. A partir de aquí, ¿qué escenarios se abren?

El primero es que Milei no alcance la minoría de bloqueo. En ese caso y una vez despojado de su veto, el país se verá probablemente abocada a una de sus caóticas devaluaciones, porque Trump ya ha dicho que solo echará una mano si gana Milei.

El segundo escenario es que Milei alcance la minoría de bloqueo. ¿Qué hará entonces? Milei podría interpretar que el éxito electoral es un espaldarazo a su política de peso fuerte y profundizar en ella, pero ¿es eso lo que necesita Argentina o debe olvidarse de una estrategia que, según Paul Krugman, nunca ha funcionado?

Sobre ello debaten el profesor del IESE Javier Díaz-Giménez y el corresponsal económico de THE OBJECTIVE en este nuevo episodio de El Gris Importa.

Publicidad