Dcoop descarta que el Gobierno aplique la retirada de aceite de oliva en esta cosecha
La cooperativa está muy preocupada por la deficiente gestión del agua, que puede llevar a producir en otros países

Aceite de oliva.
Con la previsión de que la cosecha de aceite de oliva iba a ser la mejor de los últimos años —la recogida de la aceituna se hace entre los meses de octubre y enero—, el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación (MAPA) inició durante el verano los trámites para poder activar por primera vez un mecanismo de retirada obligatoria de aceite de oliva para equilibrar el mercado ante una campaña más abundante de lo normal. Una medida aprobada tras varias reuniones con el sector y después de haber abierto una consulta pública. El sector daba prácticamente por hecho a inicios de verano la posibilidad de su puesta en marcha.
Sin embargo, ahora creen que no se aprobará, ya que, finalmente, la campaña de aceite de oliva 2025-2026 ha sido peor de lo esperado debido a la sequía y las altas temperaturas, que han afectado gravemente la producción, especialmente en el olivar de secano. La falta de lluvias y el calor extremo en septiembre y octubre han provocado que las estimaciones de producción se reduzcan significativamente. «Esa medida es muy difícil de aplicar si no se hace al principio de la campaña, obligaría a toda la industria de la almazara a retirar un porcentaje», ha apuntado el presidente de Dcoop, Antonio Luque, en una reunión con medios en la que se encontraba THE OBJECTIVE.
«Aplicar eso en el mes de enero, si ahora en noviembre y diciembre mejoran las lluvias, cuando ya ha habido gente que ha vendido toda la producción de esta campaña no tiene sentido», añade. La medida contempla su activación cuando el volumen de existencias iniciales más la producción alcance, al menos, el 120% de la media de las seis campañas anteriores, sin que pueda superarse el 20% de la producción estimada. Algo que a inicios del verano esperaban que sucediese en esta campaña. «Es una forma de ordenar un poco el mercado. No se trata de que no suba el precio o de que no se hunda, sino de que no haya fluctuaciones tan grandes como las que hemos visto estos años», añade el presidente de la principal cooperativa agroalimentaria de España. No obstante, cree que la medida sí se podría aprobar el año que viene.
Gestión del agua
Al margen de que se aplique o no esta medida y cuándo, la principal preocupación para Dcoop es precisamente la deficiente gestión del agua. Desde Dcoop creen que con una gestión correcta y una ampliación del regadío, se acabaría estabilizando la producción. Luque ha reiterado que el «agua» y, por tanto, la «sequía» van a ser «clave» en el sector agroalimentario español. «La producción en el sector en los últimos años, a pesar del aumento de nuevas plantaciones, ha caído un poco en lugar de subir como consecuencia de la climatología y de la gestión del agua», señala..
De hecho, este año se esperaba una cosecha muy abundante y por ello se descontaba la aplicación de esta medida valorada positivamente por el sector, pero el otoño va a desembocar en una cosecha similar a la de la campaña 24-25. «Es probable que de los 1,5 millones de toneladas que se esperaban, ahora veremos si llegamos a 1,4 millones de toneladas», asegura Luque, y señala que en España hay un potencial de producción de hasta los dos millones de toneladas si hubiera una mejor gestión del agua.
Por todo ello, pide a las administraciones que aborden la gestión del agua. «Vamos a tener gravísimos problemas en las zonas de producción y las zonas del olivar que van a pasar a ser desiertos. Si en España no se aborda este problema, puede que pase como el tomate, que habrá empresarios españoles y agricultores que se irán a Marruecos a producirlos». «A nosotros no nos preocupa más producción, sino un año dos millones de toneladas y otro un millón, el fomento del riego lo que puede hacer es equilibrar la producción, estabilizarla», añade Luque.
La cooperativa tiene claro que si esta cuestión no se soluciona, España puede dejar de ser líder en producción de aceite de oliva, como ha ocurrido con otros productos. «El agua es la clave del futuro del sector agroalimentario español y repercute en el precio. Necesitamos agua para producir productos de calidad y a precios asumibles para el consumidor».
