La alta velocidad impulsa Gerona como nexo aeroportuario internacional
El aeródromo regional cobra protagonismo por la llegada de nuevas rutas y la futura conexión del AVE

La torre de control del aeropuerto de Gerona en una imagen de archivo. | Aena
La llegada de trenes de alta velocidad hasta el aeropuerto de Gerona, uno de los regionales que más crecimiento ha protagonizado en los últimos meses, promete dar un impulso a esta infraestructura que concentra cada vez más rutas aéreas internacionales. De este modo, la ciudad catalana resurge como nexo de transportes para toda la provincia, pero también como alternativa a los vuelos de Barcelona-El Prat e incluso para aquellos que tengan como destino el sur de Francia, adonde ya llega actualmente el corredor ferroviario.
El Gobierno ya incorpora desde hace meses en sus planes añadir una parada de AVE en este aeropuerto, que también ha sido incluido recientemente por el Govern autonómico en su plan para ampliar las rutas de alta velocidad para 2050, tal y como publicó El Economista, para que lleguen a los aeródromos de Reus y Gerona. Ambos protagonizan un crecimiento destacado en un momento de relativa saturación en la actividad de El Prat, que busca dar prioridad a las conexiones intercontinentales con el reto pendiente de su ampliación.
Sin embargo, siguen existiendo dudas en torno a la materialización de este proyecto, que ya prometió la Generalitat hace cerca de dos décadas durante la etapa del Tripartit. No ha ayudado a disipar estos interrogantes el hecho de que el Govern no haya concretado la iniciativa con un presupuesto, lo que deja sus detalles en el aire. En la región todavía resuena el retraso del AVE hasta Figueras (Gerona), inaugurado por los expresidentes Mariano Rajoy y Artur Mas, y que si bien ha servido para conectar España con Francia, todavía no ha llegado al destino previsto, París, por las desavenencias entre París y Madrid en materia ferroviaria.
Curiosamente, la guerra desatada entre Aena y Ryanair, principal aerolínea en los aeropuertos comerciales más pequeños del país, por la subida en las tarifas que cobra el operador público, no ha lastrado la buena marcha del tráfico aéreo en Gerona como se preveía. El motivo es que la compañía low cost ha optado por presionar al Ejecutivo recortando su operativa solo en aquellas plazas en las que su actividad es menos rentable y reubicarlas en otros países, mientras que en la ciudad catalana sí existe viabilidad comercial. La sintonía de la multinacional irlandesa con esta ubicación es evidente, y desde hace cerca de dos semanas opera tres vuelos semanales de su nuevo puente aéreo hacia Bucarest.
Este verano, el aeropuerto situado en el término municipal de Vilobí d’Onyar ha recibido un volumen de pasajeros muy superior al habitual. Por ejemplo, en junio transitaron la infraestructura 307.774 personas, lo que supone un aumento interanual del 12,7%. Se trata de un crecimiento superior al de Reus que se queda por debajo del registrado por Lleida-Alguaire, que también está en auge si bien su actividad es mucho más limitada y secundaria en términos absolutos.
La llegada del corredor ferroviario puede impulsar todavía más esta dinámica de crecimiento, especialmente si se tiene en cuenta el potencial de Gerona a la hora de captar pasajeros de regiones cercanas. La fiscalidad de los aeropuertos franceses se ha encarecido, lo que puede desincentivar algunos vuelos de corto radio y derivarlos a infraestructuras españolas cercanas a la frontera, especialmente cuando la conexión ferroviaria es eficiente.
Sin embargo, para que esto se materialice sería necesario que las obras no se sigan demorando y que el servicio de alta velocidad recupere su fiabilidad y su perfil económico. Los problemas con los trenes Avril de Talgo precipitaron la salida de Avlo en el corredor Barcelona-Madrid, lo que ha encarecido los billetes en un momento en el que los principales operadores tienen previsto dejar de competir tan agresivamente en precios para mejorar la rentabilidad. Los trenes han sido reparados, aunque no está claro que vuelvan a prestar servicio en alta velocidad, ya que Renfe sopesa destinarlos a viajes Avant y busca alternativas.
