¿Es el INE de fiar?
‘El Gris importa’ analiza los últimos datos de inflación y las proyecciones del organismo de estadística
El Instituto Nacional de Estadística (INE) ha confirmado que el Índice de Precios al Consumo (IPC) cerró octubre con una subida del 3,1%, un mal dato, pero que es aún peor cuando se compara con lo que está pasando en el resto de la eurozona, donde la tasa se redujo al 2,1%.
Esta brecha de un punto es inquietante, porque estamos hablando de nuestros principales socios comerciales, y sería verdaderamente trágico que, después de todos los sacrificios que nuestros empresarios han hecho en las dos últimas décadas para abrir mercado en el extranjero, empezaran a perder cuota debido a los errores en la lucha contra la inflación.
El portavoz del Grupo Socialista en el Congreso, Patxi López, salió rápidamente a quitar hierro al asunto. Reconoció que le preocupaba, pero que lo importante era que el Gobierno siguiera haciendo políticas «para mejorar la vida de la gente y controlar [la inflación]», como la actualización automática de las pensiones y la subida del salario mínimo de un 60%.
¿Es eso lo que hay que hacer cuando se produce un brote inflacionista? ¿Es así como se consigue mejorar la vida de la gente, decir: como el IPC aumenta el 3,1%, yo subo las pensiones el 3,1% y el salario mínimo aún más?
Patxi López aprovechó para sacar pecho por las buenas cifras macroeconómicas e incluso se permitió un modesto retruécano: «Gracias a que lo macro va bien —dijo—, puede ir bien lo micro».
Pero ¿va efectivamente lo macro tan bien como dice Patxi López? Porque esta semana Carlos Segovia entresacaba de las memorias de Nadia Calviño, exvicepresidenta primera de Sánchez y actual presidenta del Banco Europeo de Inversiones (BEI), unos párrafos sorprendentes.
«En el Ministerio de Economía —recuerda Calviño— teníamos claro que había un problema con la metodología de estimación del PIB del INE. Nunca hemos sabido bien por qué, pero el caso es que el organismo de estadística mantuvo durante años una estimación de la actividad muy inferior a la real». Ni corta ni perezosa, la presidenta del BEI cuenta que resolvió «ayudarles a nivel técnico para mejorar sus metodologías, y eso hicimos».
¿Estaba de verdad la cúpula del INE formada por una banda de inútiles a los que había que echar una mano para que no incurrieran en lo que Calviño llama «graves errores de estimación»? ¿O estamos ante otra manifestación más de esa tendencia sanchista a operar sobre los indicadores y no sobre la realidad?
Sobre ello debaten el profesor del IESE Javier Díaz-Giménez y el corresponsal económico de THE OBJECTIVE en este nuevo episodio de El Gris Importa.

