The Objective
Economía

Los impuestos eléctricos limitan la eficiencia en los hogares españoles frente a los europeos

La electricidad es 2,5 veces más cara que el gas para los hogares españoles por la mayor carga regulatoria e impositiva

Los impuestos eléctricos limitan la eficiencia en los hogares españoles frente a los europeos

Viviendas en construcción.

Los altos impuestos que gravan la electricidad en España siguen siendo uno de los principales obstáculos para que los hogares avancen en eficiencia energética y se equiparen al ritmo de transformación que se observa en otros países europeos. Así lo ha resaltado el socio de Energía de Monitor Deloitte, Laureano Álvarez, durante la presentación este lunes del informe ‘Viviendas más eficientes y sostenibles’ elaborado por la consultora y Aeléc. En el mismo se explica el peso del consumo residencial en España y destaca la bomba de calor como una de las alternativas más eficiente para reducir emisiones y la factura energética de los hogares.

Según el informe, esta modalidad tiene un rendimiento hasta cuatro veces superior y emisiones un 86% inferiores al resto (caldera de gas y otras modalidades). Sin embargo, la adopción de esta tecnología es aún lenta en España y solo está presente en el 22% de los hogares españoles, frente a cuotas del 45-70% en países del norte de Europa. Unas cuotas que se han acelerado con intensidad fundamentalmente durante los años 2022 y 2023, coincidiendo con la guerra de Ucrania y la subida del precio del gas. Una penetración en el continente que, aunque se ha acelerado los últimos años, arrancó hace diez años, y ha superado los 17 millones de unidades vendidas.

Fuente I Aeléc
Fuente I Aeléc

Según el informe, y tal y como se puede apreciar en el cuadro superior, los 14 países analizados, que suponen un 90% del mercado europeo por volumen de ventas, vieron un crecimiento sostenido en el periodo 2014-2021 (16%) alineado con el avance de esta tecnología y las políticas de desarrollo sostenible de la región. En el año 2022 se produjo un crecimiento del 45% motivado, principalmente, por el conflicto de Ucrania y la necesidad de reducir la dependencia del gas ruso. Sin embargo, la reciente disminución del apoyo por parte de los gobiernos europeos y el aumento en el coste de vida han propiciado una importante caída del 22% durante 2024. El caso de España es distinto, el incremento no fue tan elevado y, por tanto, la caída tampoco lo ha sido (del 5,5%).

Elevada carga fiscal

Estos altos impuestos eléctricos contribuyen al coste final de la energía eléctrica y desincentivan la adopción de tecnologías que dependen directamente de ella para ofrecer ahorros a medio y largo plazo, según los expertos. Mientras en países como Francia, Alemania o los Países Bajos su instalación se ha disparado, tal y como se puede ver en este informe, gracias a políticas fiscales favorables, incentivos directos y precios de la electricidad más competitivos, en España su despliegue sigue siendo limitado. Así, según los expertos, esta carga fiscal eleva el coste final de la energía eléctrica y desincentiva la adopción de tecnologías que dependen directamente de ella para ofrecer ahorros a medio y largo plazo.

En este sentido, el documento destaca que, a día de hoy, la electricidad es 2,5 veces más cara que el gas para los hogares españoles, debido a una mayor carga regulatoria e impositiva. Así las cosas, el problema es doble: por un lado, los consumidores perciben la electricidad como un recurso caro, lo que hace que cualquier tecnología eléctrica, incluso las más eficientes, parezcan menos atractivas. Por otro, la falta de un marco estable de apoyo a la electrificación ralentiza la modernización del parque residencial español, uno de los más envejecidos e ineficientes de Europa.

Freno para la vivienda

Este retraso tiene un impacto directo en los objetivos de descarbonización. Según el informe, el sector residencial debe triplicar el ritmo de reducción de emisiones de los últimos años para cumplir con los objetivos hasta 2030, con una reducción del 6-7% anual durante esta década. La mayor parte del consumo energético de una vivienda en España se dedica a la climatización, funcionamiento de electrodomésticos, luz y a calentar el agua para diferentes usos (+90% del consumo residencial).

El documento advierte de que la transformación del parque de viviendas solo será viable si se acompaña de una actualización y refuerzo de las redes eléctricas, esenciales para integrar el incremento de demanda y el crecimiento de la generación renovable distribuida. Sin embargo, la capacidad eléctrica es escasa y ya está paralizando la realidad de muchos desarrollos. La Asociación de Promotores Inmobiliarios de Madrid (Asprima) dio la voz de alarma hace unas semanas tras la publicación del mapa de demanda de potencia en la red de media tensión. Una publicación que, según los promotores madrileños, confirma la preocupación que intuía el sector sobre la falta de potencia eléctrica para atender a los nuevos barrios.

Publicidad