La recaudación de Hacienda por rentas del trabajo se dispara un 67% desde 2018
Los ingresos tributarios se han desbocado desde que Sánchez está en la Moncloa con la subida de un 70% del IRPF

La vicepresidenta del Gobierno y ministra de Hacienda, María Jesús Montero.
Las rentas del trabajo, el principal componente del impuesto sobre la renta de las personas físicas (IRPF), se ha convertido en el mayor filón de la recaudación tributaria del Estado español. Los datos del propio Ministerio de Hacienda, analizados por THE OBJECTIVE, reflejan que desde que gobierna Pedro Sánchez, entre 2018 y 2025, estos ingresos han subido en un 67% si incluimos los primeros diez meses del año, el último dato oficial disponible. Esto supone un crecimiento interanual en los últimos ocho años de al menos 42.800 millones de euros, una cifra que alcanzará los 50.000 millones al cerrar el año de mantenerse el alza registrada hasta la fecha.
El dato es muy llamativo si consideramos que es un impuesto que pagan 30 millones de contribuyentes, casi la totalidad de la población trabajadora, y que afecta directamente a sus ingresos por su actividad laboral (ya sea asalariado o autónomo). La inmensa mayoría del IRPF (y su importante subida) lo pagan clases medias, en contradicción con el discurso del Gobierno, que dice que legisla para los trabajadores y mantiene una férrea defensa pública en un sistema tributario progresivo en el que «paguen más los que más tienen».
Los números muestran todo lo contrario. El último informe de recaudación tributaria indica que entre enero y octubre, el Ministerio de Hacienda de María Jesús Montero ingresó 106.635 millones de euros solo por retenciones del trabajo y actividades profesionales, lo que supone 42.820 millones más que los 63.815 que se registraron en igual periodo del año 2018, cuando Pedro Sánchez llegó a La Moncloa. Un 67% de crecimiento.
Recaudación de Hacienda
Este mismo informe refleja que esta cifra ha crecido un 8,4% en términos reales en el último mes, por lo que a falta de ocho semanas del fin del año parece correcto inferir que esta tendencia se mantendrá al cerrar 2025. Esta partida podría terminar con 123.121 millones de ingresos, un 67,9% más que hace ocho años, y un crecimiento de 49.782 millones. Un porcentaje de aumento claramente superior al resto de partidas de ingresos tributarios.
¿Qué ha pasado? La principal explicación a este aumento de la recaudación por rentas del trabajo es la subida de los salarios en este periodo, que a su vez ha estado presionada por una inflación disparada. Si se gana más, se paga más. Las cifras oficiales indican que desde 2018 se ha producido un incremento medio de lo que ingresan los trabajadores del 22,2% en términos nominales, mientras que el IPC acumulado ha experimentado un crecimiento del 21,3%.
Buena parte de los expertos fiscales llevan al menos dos años pidiendo al Gobierno indexar el IRPF, lo que supondría ajustar los ingresos y el pago final a la inflación. Con el actual sistema, el Ministerio de Hacienda se asegura de quedarse con todo el impacto de la subida salarial, que además ya recoge con el alza de los precios en el impuesto al valor añadido (IVA), por lo que la ganancia es doble para las arcas públicas. Dicho de otro modo, mientras los españoles pierden poder adquisitivo, Hacienda dispara la recaudación aprovechando las subidas salariales nominales.
Clases medias e IRPF
Otro factor que explica el crecimiento de la recaudación y las retenciones por rentas del trabajo es el aumento de la fuerza laboral, que mantiene récord de cotizantes y de población trabajadora. Las rentas del trabajo del IRPF reflejan el gran número de contratos, aunque este empleo sea de menor calidad, al mismo tiempo que aumenta la temporalidad.
Y por último, hay un claro factor de elevar las cargas impositivas. Las promesas de Pedro Sánchez y sus ministros de aliviar la carga fiscal a las familias no se han cumplido. Es verdad que no se ha producido ninguna subida, pero tampoco una bajada de impuestos a la clase media y trabajadora. Por el contrario, se han disparado las ayudas públicas (muchas de las cuales también tributan en el IRPF), las pensiones y los sueldos de los empleados públicos, factores que también elevan la recaudación. En términos económicos, el Estado ha inyectado dinero a los salarios, con lo que aumenta su recaudación, a cambio de rebajar impuestos.
Esta subida de la recaudación por rentas ha disparado los ingresos totales por IRPF. Los datos de Hacienda reflejan que en los primeros diez meses del año llegaron a los 119.781 millones, un 71% más que en el mismo periodo de 2018, y un crecimiento de 49.400 millones. Si se hace la proyección hacia el cierre del año, el cierre estaría en 141.400 millones, 58.000 más que hace ocho años. El IRPF incluye, además de las rentas del trabajo, las del capital (acciones), sobre arrendamientos y sobre fondos de inversión, aunque en total solo representan el 5% del total.
Principal ingreso del Estado
La recaudación del IRPF es la que más ha subido, además de ser el principal ingreso del Estado, aunque el resto no se queda atrás. El IVA ingresó 88.879 millones entre enero y octubre, un 41,4% más, con un alza de 26.044 millones, básicamente por la enorme subida de los precios; seguido de sociedades, que subió un 58,9% desde 2018, 13.385 millones más e impulsado por las subidas de los tipos impositivos a las empresas; y los impuestos especiales que crecieron un 12,7%, 2.164 millones.
Desde 2018, la recaudación tributaria se ha disparado en un 53,4% hasta los 278.570 millones entre enero y octubre (96.984 millones más desde que llegó Sánchez a la Moncloa) y todo indica que 2025 se volverá a batir el récord de ingresos que se viene superando desde la pandemia. Un crecimiento que no viene ni de los que más ganan, ni las empresas o ricos que constantemente critica el Gobierno, sino que está impulsado por las clases medias y trabajadoras.
