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Economía

La española Beemine Lab prevé duplicar sus ingresos con su salto al cannabis medicinal 

La aprobación del decreto que regula el uso médico de este producto en España despierta una nueva carrera empresarial

La española Beemine Lab prevé duplicar sus ingresos con su salto al cannabis medicinal 

Telmo Güell y Andrés Espinosa, fundadores de The Beemine Lab. | Cedida

El laboratorio Beemine Lab, especializado hasta ahora en soluciones OTC -productos de venta libre- basadas en cannabidiol (CBD), acelera su transformación hacia el negocio médico con la ambición de liderar el recién aprobado mercado del cannabis medicinal en España. La compañía, fundada en 2018 y con presencia ya en más de 1.000 farmacias españolas, espera recibir la autorización para operar como distribuidora de cannabis medicinal a comienzos de 2026. Y ese cambio, según sus directivos, marcará un punto de inflexión en su crecimiento, ya que—según sus previsiones— podría llevar a la compañía a duplicar su facturación en apenas un año.

«El salto al mercado regulado no es solo una oportunidad de expansión, es la consecuencia natural de años de investigación, validación y conversación con el sector sanitario», asegura Andrés Espinosa, CEO de The Beemine Lab, en conversación con THE OBJECTIVE. «Nuestro objetivo ahora es situar a España en la vanguardia europea del cannabis medicinal y construir una marca que genere confianza científica y farmacéutica».

Una industria naciente tras la aprobación del Real Decreto

La aprobación del Real Decreto que regula por primera vez el uso medicinal del cannabis en España ha despertado una nueva carrera empresarial. La normativa permitirá que especialistas receten cannabis medicinal y que hospitales y centros autorizados lo formulen bajo supervisión de la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios (AEMPS).

En ese escenario, Beemine se adelantó con una prospección comercial en Alemania durante más de un año, lo que le ha permitido llegar a 2025 con acuerdos preliminares de compra con varios distribuidores europeos, listos para activarse en cuanto la compañía obtenga la autorización final.

«Llevamos tiempo preparando este paso. Hemos estudiado el mercado, evaluado precios, validado el interés del canal y confirmado que nuestro producto es competitivo fuera de España», explica Espinosa. «Por eso decimos que este salto es natural: ya tenemos la cadena, los socios europeos y el know-how técnico para hacerlo».

De las cremas de CBD al cannabis medicinal

Aunque Beemine nació con una visión de innovación combinando cannabis y productos derivados de la apicultura, el mercado terminó marcando otro camino. Tras desarrollar más de 50 referencias de cosmética con CBD desde 2018 —de las cuales una veintena llegó a comercializarse— la compañía detectó que los productos más demandados por los usuarios y por el canal farmacéutico eran los orientados al alivio del dolor y la recuperación muscular.

Ese análisis llevó al laboratorio a una decisión estratégica: recortar drásticamente su porfolio y concentrar recursos en su línea Alivio CBD, la más rentable y la que ha servido de base para la transición al ámbito médico. Actualmente, sus cremas, sprays y parches se comercializan tanto en España como en mercados como Alemania, Italia, Bélgica, Grecia, Japón, Dubai y Ecuador.

«El CBD nos permitió entender qué buscaba realmente el paciente: alivio del dolor con seguridad y resultados medibles», afirma Espinosa. «Ahora queremos llevar esa misma lógica a un nivel superior: pasar de cremas de masaje a soluciones médicas con respaldo científico».

Crecimiento moderado en 2025 y salto previsto en 2026

Tras cerrar 2024 con una facturación acumulada cercana a los 6,5 millones de euros, Beemine reconoce que 2025 está siendo un año de crecimiento más moderado. El ajuste del porfolio, junto con la inversión en cumplimiento regulatorio, trámites y estructura técnica para la futura distribuidora, ha frenado la expansión. El laboratorio prevé finalizar el año con una facturación en torno a 2,5 millones de euros.

Sin embargo, la autorización prevista para 2026 cambiaría por completo las magnitudes. La compañía calcula que sus ingresos podrían crecer entre un 30% y un 40% ese primer año, con una posible facturación cercana a los 4,6 millones, impulsada fundamentalmente por los acuerdos en Alemania, donde la demanda de cannabis medicinal sigue aumentando.

«El mercado medicinal multiplica el valor del negocio respecto al OTC», destaca el CEO. «Si hacemos bien el proceso regulatorio, si formamos a los médicos y si seguimos trabajando con distribuidores europeos, la previsión de duplicar ingresos es absolutamente realista».

Una apuesta por la formación médica

Beemine insiste en que el reto del cannabis medicinal no será solo industrial o regulatorio, sino también cultural y sanitario. La compañía subraya que la comunidad médica española todavía carece de formación específica en cannabis terapéutico, algo que podría ralentizar su implantación.

Por ello, la firma está trabajando con asociaciones de pacientes y distribuidores especializados para construir materiales, programas formativos y entornos de acompañamiento clínico. «El cannabis medicinal no puede ser un producto más: debe ser un tratamiento respaldado por ciencia, trazabilidad y educación», sostiene Espinosa. «Nuestra responsabilidad ahora es acompañar a los médicos para que tengan garantías y herramientas al prescribirlo».

En paralelo, Beemine ha lanzado una ronda de financiación pública de 100.000 euros en Crowdcube, y se ha convertido en la primera empresa española del sector del cannabis aceptada por la plataforma. La campaña, que finalizará en los próximos días, permitirá reforzar el equipo técnico, desarrollar sistemas de trazabilidad farmacéutica y preparar el almacén necesario para cumplir con los estándares GDP. «Queríamos que nuestra comunidad pudiera acompañarnos en este salto», concluye Espinosa: «Es un momento histórico para España y para Beemine, y queremos construir este nuevo capítulo junto a quienes nos han apoyado desde el inicio».

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