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Economía

Una cadena asturiana de hoteles de lujo aterriza en Namibia tras conquistar España

Vestige busca replicar en África el éxito de sus alojamientos exclusivos en ubicaciones emblemáticas

Una cadena asturiana de hoteles de lujo aterriza en Namibia tras conquistar España

Uno de los alojamientos exclusivos proyectados en Namibia. | Vestige

El sector hotelero español vuelve a demostrar su pujanza internacional, esta vez con una apuesta que combina la filantropía patrimonial con el turismo de ultralujo. Vestige Collection, el sello hotelero de la familia Madera —una de las fortunas más destacadas de Asturias—, ha formalizado su ambicioso plan de expansión en Namibia. Según ha confirmado la compañía y recogen prestigiosas cabeceras internacionales como Financial Times y Condé Nast Traveler, el grupo inaugurará un circuito de cuatro alojamientos de lujo en el norte del país africano a partir del otoño de 2026.

Este movimiento marca un hito histórico para la firma en la que es su primera incursión fuera de las fronteras españolas. Hasta la fecha, Vestige se había centrado en la recuperación de joyas arquitectónicas en ruinas en el territorio nacional, como el Palacio de Figueras en Castropol y la finca Son Vell en Menorca, transformándolos en lo que muchos ya denominan los Paradores del siglo XXI. Ahora, el objetivo es aplicar esa misma filosofía de custodios del patrimonio a los ecosistemas salvajes del continente africano.

La propuesta de Vestige en Namibia no se limita a un hotel aislado, sino que plantea un itinerario diseñado para que el viajero descubra la diversidad geográfica del país sin abandonar el sello de la casa. Los cuatro nuevos destinos —Sorris Sorris, Omatendeka, Sheya Shuushona y Xaudum— se ubicarán en enclaves estratégicos del norte de Namibia, cada uno con una identidad arquitectónica propia e integrada en el paisaje.

Detrás de esta expansión se encuentra la visión de Víctor Madera, médico ovetense y artífice del éxito empresarial de QuirónSalud, quien tras vender el gigante sanitario al grupo alemán Fresenius por cerca de 6.000 millones de euros, ha volcado su actividad empresarial en la preservación del patrimonio. A través de la sociedad Paisajes de Asturias y el sello Vestige, los Madera han adquirido y restaurado más de 25 propiedades, muchas de ellas declaradas Bien de Interés Cultural (BIC).

El desembarco en Namibia no es fruto de la improvisación. La familia mantiene un fuerte vínculo con la conservación medioambiental y ha visto en el país africano, uno de los más estables y seguros del continente, el escenario perfecto para exportar su modelo de lujo regenerativo. El proyecto ha sido destacado como una de las aperturas más esperadas a nivel mundial para 2026, subrayando el enfoque en la arquitectura honesta y el respeto a las comunidades locales.

La inversión, que se suma a las decenas de millones de euros ya destinados a proyectos en España, busca captar al turista de alto poder adquisitivo que huye de los circuitos de masas. El modelo de negocio en Namibia se basa en la baja densidad y el alto valor añadido: pocas llaves, precios exclusivos y una experiencia personalizada que incluye desde safaris privados hasta rituales de bienestar inspirados en la tradición local.

El componente social ha sido presentado por la empresa como una de las claves de esta expansión. En Xaudum, por ejemplo, el hotel operará bajo una joint venture con la conservación local, asegurando que los beneficios reviertan directamente en el desarrollo de la zona. Para el Gobierno de Namibia, el interés de un grupo español de este perfil refuerza su estrategia de posicionarse como un destino de naturaleza prémium, alejándose del turismo extractivo y apostando por la conservación de sus parques nacionales.

Mientras se ultiman los detalles del salto africano, Vestige Collection no detiene su actividad en España. Para abril de 2026 está prevista la apertura de Binidufà en Menorca, que se unirá a su ya icónico hotel Son Ermità. Asimismo, la cadena continúa con la rehabilitación de otras propiedades en Asturias, San Sebastián y Madrid. Con la mirada puesta en el próximo ejercicio, la familia Madera consolida un imperio turístico que no se mide en número de habitaciones, sino en rentabilidad a través del valor histórico y ambiental de sus activos. El desembarco en Namibia es una prueba más de la capacidad de las cadenas españolas —incluyendo el segmento del lujo— para competir en las ligas más exigentes del mundo, llevando el compromiso con la historia y el paisaje desde las rías asturianas hasta las dunas del Kalahari.

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