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Economía

La cara b del récord de afiliación: empleados que computan hasta seis veces en la estadística

El pluriempleo y la pluriactividad hacen que 1.736.734 afiliaciones correspondan a 823.107 personas

La cara b del récord de afiliación: empleados que computan hasta seis veces en la estadística

Elma Saiz, ministra de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones. | EP

La cifra récord de afiliación a la Seguridad Social no equivale, por sí sola, a un récord de personas trabajando. La propia metodología oficial del sistema establece que la afiliación no mide individuos, sino situaciones administrativas que generan obligación de cotizar. En consecuencia, una misma persona puede figurar varias veces en el cómputo mensual si mantiene más de una relación laboral activa o cotiza simultáneamente en distintos regímenes.

Este funcionamiento cobra especial relevancia a la luz del último balance difundido por el Gobierno, que sitúa la afiliación media por encima de los 21,8 millones de cotizantes, tras sumar más de 522.000 afiliados en el último año, el nivel más alto registrado para un mes de noviembre. El Ejecutivo presenta estas cifras como prueba de la fortaleza del mercado laboral, pero la propia definición estadística de la afiliación obliga a matizar esa lectura, ya que el récord incorpora tanto nuevas incorporaciones como el aumento del número de afiliaciones por persona en un contexto de creciente pluriempleo y pluriactividad.

Los datos oficiales permiten cuantificar con precisión este fenómeno. En el periodo analizado, 1.736.734 afiliaciones corresponden en realidad a 823.107 personas, que figuran dos o más veces en la estadística, según datos recabados en Transparencia por THE OBJECTIVE. Esto implica que cada uno de estos trabajadores computa de media 2,11 veces en el registro oficial.

Récord de afiliación

El récord de inscritos en la Seguridad Social no se asienta exclusivamente sobre la incorporación de nuevos trabajadores, sino también sobre el aumento del número de afiliaciones por persona. Es en este punto donde el cómputo múltiple deja de ser anecdótico y pasa a tener un peso relevante en el volumen agregado que contribuye al récord.

La Seguridad Social recoge casos en los que un mismo trabajador llega a computar hasta seis veces en la estadística en un mismo periodo. Se trata de personas que encadenan varios empleos por cuenta ajena, compatibilizan trabajo asalariado con actividad como autónomos o cotizan simultáneamente en distintos regímenes. Desde el punto de vista del sistema, cada una de esas situaciones debe computarse; desde el punto de vista estadístico, el resultado es una multiplicación del mismo trabajador en el dato agregado.

Este mecanismo no genera afiliados ficticios ni implica irregularidades. Sin embargo, sí altera la lectura pública del récord, al presentar como crecimiento homogéneo lo que, en parte, es acumulación de afiliaciones por trabajador. Una parte significativa del aumento de afiliaciones se explica por más empleos por persona, no exclusivamente por la entrada de nuevos trabajadores al mercado laboral.

Menos trabajadores que afiliados

En un mercado laboral estable, el número de afiliaciones y el de personas ocupadas tienden a evolucionar de forma paralela. En un mercado fragmentado, como el actual, las cifras se separan. La afiliación sigue siendo un indicador válido para fines administrativos y de recaudación, pero pierde precisión como termómetro directo del número real de personas trabajando.

Este fenómeno convive con un volumen total de afiliación que supera los 21,8 millones, según las últimas cifras oficiales. En términos relativos, los trabajadores con múltiples afiliaciones representan una proporción limitada del total de personas afiliadas. Sin embargo, su impacto sobre el crecimiento de la afiliación es muy superior, ya que concentran una parte sustancial de las altas que sostienen el récord. El crecimiento no es solo extensivo —más personas—, sino también intensivo —más afiliaciones por persona—.

La comunicación pública de los datos tiende a obviar esta diferencia. Cuando se habla de récord de afiliados, el mensaje implícito es el de un récord equivalente de trabajadores. En realidad, parte de ese crecimiento descansa en la multiplicación estadística del mismo trabajador, que puede computar dos, tres o hasta seis veces en función de sus relaciones laborales activas.

Una medición diferente

La Seguridad Social no oculta este funcionamiento, que recoge expresamente en sus estadísticas. No obstante, este matiz rara vez acompaña al titular político del récord, lo que contribuye a una interpretación inflada del mercado laboral. El problema no es la estadística en sí, sino su uso como sinónimo de ocupación efectiva.

El récord de afiliación, por tanto, debe tomarse con cautela. Refleja un mercado laboral en el que una misma persona puede sostener varias afiliaciones simultáneas, alterando la relación tradicional entre afiliaciones y trabajadores. El dato administrativo es correcto, pero su lectura literal conduce a conclusiones erróneas sobre cuántas personas trabajan realmente y la solidez del crecimiento del empleo.

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