El Sabadell es la única opción viable para que BBVA crezca en España con compras
El resto de entidades tienen el capital blindado y pretenden continuar en solitario o hacer adquisiciones
Banco Sabadell es la única opción viable que BBVA tiene para crecer en España mediante una compra. De ahí que se haya planteado su propuesta de adquisición amistosa y que, tras el rechazo del consejo de administración de la entidad catalana, no se descarte que vaya a lanzar una oferta pública de adquisición (opa) hostil.
Fuentes financieras señalan a THE OBJECTIVE que el resto de bancos cuentan con un blindaje de su accionariado para poder oponerse, a excepción del Santander. Y ésta es demasiado grande para que BBVA pueda hacer frente a una operación de tal envergadura. Por lo que tan solo el Sabadell, que no tiene un núcleo duro de socios, es la vía existente para que el grupo que preside Carlos Torres aumente su presencia en nuestro país con una operación corporativa y reduzca su exposición a los mercados emergentes (México, Turquía y Argentina, principalmente).
Las mismas fuentes agregan que este es el motivo que ha llevado a BBVA a iniciar esta segunda ofensiva contra el banco catalán y que lo haya realizado con tanta transparencia, algo inusual en este tipo de operaciones. Por ello, apuntan a que es previsible que vuelva a mover ficha para poder culminar el proceso a través de una opa hostil, en la que serán los accionistas del Sabadell los que adopten la decisión final y no su órgano de administración. Además, hay que resaltar, que una retirada supondría un duro golpe a la estrategia y colocaría a Torres en una complicada situación, hasta el punto de ver comprometida su continuidad en el cargo.
Tanto Caixabank como Unicaja y Bankinter tienen un bloque de socios sumamente importante para frenar cualquier operación de concentración no deseada. En concreto, La Caixa tiene algo más de un 32% del capital de Caixabank, según la CNMV; La Fundación Unicaja controla más de un 30% de Unicaja, una posición que si se suman la de otros grandes accionistas (Mayoral, Tomás Olivo y otras antiguas cajas) supera el 50%; y la familia de Jaime Botín ostenta aproximadamente un 23% de Bankinter. Todos estas entidades, como el Sabadell, pretenden continuar en solitario, por lo que un acercamiento de un rival sería en vano.
En cuanto a los grupos financieros de mediano tamaño que no cotizan en bolsa (Abanca, Ibercaja y Kutxabank), que de igual modo tienen planeado su futuro sin operaciones de integración que conlleven su desaparición, también están blindados por sus principales accionistas.
El dueño de Abanca es el banquero hispano-venezolano Juan Carlos Escotet, que no está dispuesto a vender. Todo lo contrario, su intención es proseguir con adquisiciones de pequeño tamaño para aumentar el negocio de la entidad como ha venido haciendo en los últimos años, aprovechando las oportunidades que se presenten. Ibercaja, por su parte, está dominada por la Fundación del mismo nombre y ha resistido a cualquier envite. Incluso se ha permitido no salir a bolsa, algo que ahora le facilita una defensa contra ataques hostiles. Y detrás de Kutxabank se encuentra la Fundación BBK, influenciada por el PNV.
Con este panorama BBVA se ha lanzado a por el Sabadell. Por el momento se ha topado con el portazo de su consejo, liderado por Josep Oliu, que intenta salvar el proyecto en solitario tras haber adoptado medidas drásticas para hacerlo rentable. La última palabra aún no está escrita, pero la entidad presidida por Torres no da pistas oficiales de si finalmente se arriesgará a lanzar la opa hostil.
Tan solo ha dado algunas claves. Eso sí, éstas han sido desveladas por el Sabadell. En la jornada de este miércoles la entidad catalana publicó una carta del máximo responsable de BBVA en la que descartaba cualquier aumento en la oferta ante su imposibilidad financiera. «No hay espacio para la mejora», dejaba claro Torres en una misiva que fue remitida a Oliu el domingo, día previo al que estaba previsto que se reuniera el consejo. Hasta entonces, los inversores habían vaticinado un aumento del precio.
De esta manera, todo parece indicar que si BBVA prosigue con su ofensiva y pone sobre la mesa la oferta hostil las condiciones serán iguales a las que planteadas en un primer momento. Es decir, una propuesta de fusión vía canje de acciones con una prima del 30% (2,26 euros por título), lo que otorgaría a los actuales socios del Sabadell un 16% del nuevo grupo resultante.
El consejo del banco catalán ha considerado insuficiente esta valoración. La cúpula estuvo dispuesta a abrir conversaciones si la prima llegaba al 48%, algo que es descartable a tenor del mensaje de Torres al propio Oliu en su carta. Y exigía que al menos una parte fuera en efectivo.