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Los créditos en riesgo de impagos ponen en guardia a los bancos al rozar ya el 7%

Las entidades extreman la vigilancia sobre estas carteras, pero confían en que la bajada de tipos limite la morosidad

Los créditos en riesgo de impagos ponen en guardia a los bancos al rozar ya el 7%

Sede del Banco Central Europeo. | Europa Press

Los créditos en riesgo de impagos han puesto en guardia a las entidades. En los últimos meses este tipo de préstamos ha subido y roza ya el 7% de la cartera total, un hecho que ha encendido algunas alarmas en los cuarteles generales de los bancos. Los últimos datos, del primer semestre del año, indican que la financiación en vigilancia especial -aquella que presenta evidencias de un futuro deterioro- aumentó en junio hasta el 6,89%, según los datos del Banco de España, frente al 6,3% del mismo periodo del ejercicio anterior. Además, con respecto a marzo de 2024 también experimentó un pequeño repunte, manteniéndose así el crecimiento de este problema.

Fuentes del sector sostienen a THE OBJECTIVE que los bancos están analizando continuamente estas carteras para evitar que estos créditos entren en impagos. «De momento, solo es una alerta y la preocupación no es máxima, ya que la situación está bajo control», añaden. Asimismo, sostienen que «tendremos que vigilar su evolución para recortar al máximo las pérdidas por insolvencias» y descartan que se vayan a disparar.

El aumento de la morosidad, hasta la fecha, no se ha producido, salvo en determinados segmentos de negocio, a pesar de los malos pronósticos como consecuencia de la subida de los tipos de interés y la escalada de la inflación. Es más, continúa con su tendencia descendente, hasta el 3,14%. Pero los préstamos en riesgo de impagos no han dejado de parar desde mediados del año pasado, cuando rompieron la racha bajista registrada desde finales de 2021.

Los reguladores han mostrado su preocupación en más de una ocasión sobre las probabilidades de que las insolvencias vayan a crecer en un futuro próximo. Así lo ha hecho el BCE en más de una ocasión y también el Banco de España, que a principios de este ejercicio ponía el acento de sus avisos en la bolsa de créditos a las empresas por el crecimiento de este tipo de carteras con peligro de deteriorarse.

De hecho, los datos apuntan a que las dificultades para afrontar los compromisos de deuda han subido en determinados sectores, como la agricultura, la construcción y algunas actividades relacionadas con los servicios. También está habiendo serios problemas por la caída de los precios en el mundo de las energías renovables, donde algunas grandes firmas están al borde de la quiebra.

La financiación al consumo también está registrando picos de subidas relevantes de impagos. Esta primavera la morosidad de los préstamos para la adquisición de bienes repuntó con fuerza. En las hipotecas las insolvencias también han avanzado, pero lo han hecho de manera leve a pesar de la subida de los tipos. Las medidas impulsadas por los bancos, como los cambios a tasas fijas o la flexibilización de los pagos para los clientes con necesidades, han ayudado a aliviar las cargas a muchas familias.

Tras el giro de la política monetaria del BCE, que empezó en junio a reducir el precio del dinero, las entidades confían en que la situación no se desborde y que buena parte de la cartera en vigilancia especial vaya menguando sin que se traspase a impagos. El organismo comunitario ha reducido en dos ocasiones los tipos oficiales y se espera que lo vuelva a hacer en octubre y diciembre, hasta el entorno del 3,5%. Para 2025 se esperan nuevas bajadas, que podrían colocar los intereses en el 2%.

El euríbor anticipa ya este escenario y desde agosto ha profundizado su desplome. En la actualidad cotiza en el 2,7%, lo que supondrá un abaratamiento de los préstamos y una merma de la presión para que los clientes puedan afrontar sus deudas. Pese a ello, el BCE ha llamado a la prudencia para que nadie se relaje y se confíe al asegurar que los tipos de interés no volverán a los niveles del pasado no tan lejano, cuando llegaron incluso a estar en terreno negativo durante seis años seguidos. Para la institución todavía existen demasiados riesgos que pueden detener la senda de moderación de los tipos, entre los que se encuentra una extensión de la guerra en Oriente Próximo después de la entrada en el conflicto de Irán. Si se dispararan los precios del petróleo supondría una amenaza en la batalla por el control de la inflación.

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