El PSOE salva el impuesto a la banca tras pactar con PNV y Junts aunque decae el energético
Se ha pactado además un paquete de enmiendas con subidas fiscales al tabaco, los hidrocarburos y las rentas del capital
El PSOE ha salvado ‘in extremis‘ mantener el impuesto extraordinario a la banca, aunque no ha logrado lo mismo con el gravamen a las energéticas. El PNV ha enviado un comunicado anunciando un acuerdo con el Gobierno para hacer permanente el primero de estos tributos en una versión reducida, con el compromiso de que su recaudación y su gestión corresponderá a las «instituciones forales». Por otro lado, han indicado que «el gravamen a energéticas decaerá por factores ajenos» al partido. Es decir, por el rechazo de Junts, que sí ha dado luz verde al tributo de la banca.
A cambio, el Gobierno ha conseguido el apoyo de sus dos socios nacionalistas para aprobar un paquete de enmiendas con subidas fiscales al tabaco, los hidrocarburos y las rentas del capital. Por su parte, el socio de Gobierno Sumar, ha rechazado el pacto y ha vuelto a pedir que se mantengan los dos tributos. Esto supone que el Ejecutivo volvería a tener problemas para sacar adelante esta nueva normativa, lo que obligaría al Partido Popular (PP) ha mover ficha.
En el caso del acuerdo con el PNV, se ha acordado también que el partido vasco tenga libertad para bonificar a voluntad el nuevo impuesto de grandes multinacionales fijado en el 15% y que exige la OCDE y la Unión Europea. De esta manera, País Vasco tendrá nuevas herramientas para atraer empresas con un concierto fiscal que ahora se vuelve mucho más atractivo.
Repsol y Cepsa
El Ministro de Economía, Carlos Cuerpo, planteó hace dos semanas que el objetivo del Gobierno era hacer permanentes los impuestos temporales y extraordinarios a la banca y a las energéticas instaurados a finales de 2022 y que hasta la fecha han recaudado 5.600 millones de euros en sus dos años de funcionamiento. Una situación que indignó a las empresas energéticas y a la banca que considerando que el tributo no se justificaba después de que expirara su aplicación inicial.
Esto obligó a una tensa negociación parlamentaria con el trasfondo de empresas como Repsol y Cepsa anunciando que paralizaban inversiones. Junts indicó que rechazaría el impuesto a las energéticas porque no quería poner en riesgo inversiones de 1.000 millones en Tarragona de la compañía liderada por Josu Jon Imaz, mientras que el PNV se mostró más abierto a mantener los gravámenes, siempre que pudiesen bonificarlos en sus territorios.
En esta línea, el Gobierno prorrogó en varias ocasiones el límite para presentar enmiendas al proyecto de ley y así ganar tiempo. Este mismo miércoles expiraba la última prórroga e incluso se llegó a publicar que se había concedido un nuevo plazo hasta el 6 de noviembre. No obstante, los hechos se precipitaron durante la tarde y PNV y Junts cerraron su pacto con el PSOE, a la espera de que sea ratificado también por el resto de los partidos.
Nuevo impuesto
Pese a que todavía queda recorrido parlamentario, con Sumar, Podemos, ERC y Bildu insistiendo en que deben ser permanentes los dos impuestos, el PSOE ha dado un paso de gigante para salvar parte de estos tributos, al mismo tiempo que ha acordado otro paquete fiscal que le permitirá cumplir con los objetivos de recaudación comprometidos con Bruselas.
Estos cambios tributarios incluyen gravar la nicotina de los vapeadores, que hasta ahora no tributaban, y subir nuevamente el del resto del tabaco. Del mismo modo, se equiparará la tributación del diésel a la gasolina, dejando fuera el gasóleo profesional. Se ha acordado además un aumento para las rentas del capital en el IRPF, para acercarlas paulatinamente a la tributación de la base general. En concreto, las superiores a 300.000 euros pasarán desde el 28% al 29%.
Por su parte, el impuesto sobre la banca acordado por el PSOE, PNV y Junts durará tres años desde el 1 de enero de 2024 y actuará sobre el margen de intereses y comisiones obtenidos por las entidades de crédito y por las sucursales en España de entidades de crédito extranjeras, en las actividades que desarrollen en España. Tendrá un carácter progresivo, desde el 1% hasta el 6%, en función de la base liquidable. Se permitirá además la deducción del 25% de la cuota del impuesto de sociedades y contará con una deducción extraordinaria en el caso de que sufran un descenso sostenido de su rentabilidad.