Caixabank aspira a un 16% de rentabilidad en tres años pese a la bajada del euríbor
La entidad espera que los tipos desciendan al 2% en el escenario base, pero no descarta que bajen incluso más
Caixabank se ha marcado las metas financieras para los próximos tres años. La entidad aspira a un 16% de rentabilidad sobre recursos propios (RoTE) en 2027 pese a la bajada del euríbor. El banco ha presentado su nuevo plan estratégico este martes, en el que podrá conseguir este crecimiento gracias al empuje del negocio, la captación y vinculación del negocio y la bajada de la morosidad. Gracias a ello, se compromete a repartir entre un 50 y un 60% del beneficio a dividendos a sus accionistas en efectivo y a invertir el exceso de capital en recompras de títulos para mejorar la remuneración a sus socios, entre ellos Criteria (La Fundación La Caixa) y el Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria (Frob).
La hoja de ruta sitúa de media en el 15% la rentabilidad anual, pero determina alcanzar al menos el 16% en el último ejercicio de la misma. Esto será solo un punto por debajo de que calcula que logrará en el presente ejercicio. Un parámetro que será posible gracias al avance de como poco el 4% en el volumen del negocio. En concreto, espera elevar en torno a un 4% su cartera crediticia y aumentar los recursos de clientes, entre ellos depósitos- más de un 4%.
Este empuje de la actividad compensará la caída de los ingresos por los préstamos otorgados ante el escenario de mayores recortes en los tipos de interés por parte del BCE, que está presionando con fuerza al euríbor en los últimos meses. Caixabank estima que el escenario base contemplado este indicador bajará hasta el 2%. En la actualidad cotiza en torno al 2,5%. Si bien, no descarta que caiga hasta el 1,5% en los próximos tres años.
La facturación total que pronostica Caixabank que tendrá en 2027 alcanzará los 16.000 millones de euros, frente a la estimación de cierre de 2024 de 15.500 millones. De igual manera, podrá llegar al objetivo de rentabilidad gracias a un descenso de la morosidad, hasta el 2%, y a un control de los costes operativos.
Hay que tener que el plan tiene incorporado el impuesto temporal a la banca, que el Gobierno intenta hacer permanente con un coste mayor para los próximos tres años. De hecho, Caixabank, a priori, sería la entidad más castigada, aunque el Ejecutivo podría tener dificultades en su tramitación de la reforma fiscal tras el caos sembrado este lunes en el Congreso y las cesiones a algunas formaciones para su apoyo. Cambios que van en contra de lo pactado con Junts y el PNV hace apenas unas semanas.
La entidad ya mostró sus quejas a finales de octubre por la decisión de Moncloa de mantener el gravamen y advirtió de que podría tener consecuencias nefastas en un futuro para el país, como la salida de entidades de nuestro país a otros mercados en el caso de que haya fusiones transfronterizas en Europa, al desincentivar este tipo de operaciones el coste de un tributo de tal naturaleza. Como todos los bancos, Caixabank se ha mostrado en contra del impuesto al entender que es perjudicial, discriminatorio e inconstitucional.