Un fondo apuesta 1.500 millones en BBVA pese al golpe de la CNMC y la amenaza de Trump
Europacific aflora un 3% del capital del banco tras el retraso de Competencia en la opa y los planes de aranceles de EEUU
Un fondo estadounidense ha decidido apostar 1.500 millones de euros en acciones de BBVA, pese al golpe asestado por la Comisión Nacional de los Mercados y Competencia (CNMC) a la oferta de compra lanzada sobre el Sabadell y la amenaza del nuevo presidente norteamericano, Donald Trump, a su actividad en México. Se trata de Europacific Growth, una firma de inversión ligada a la gestora Capital Research, que esta misma semana ha aflorado la compra de un 3% del grupo vasco, según los datos de la CNMV a los que ha accedido THE OBJECTIVE.
En concreto, este fondo ha desvelado 173,48 millones de títulos del BBVA, cuyo valor de mercado actual ronda los 1.561 millones de euros, en una operación arriesgada ante la lentitud del proceso de la opa, que podría llegar a tener consecuencias económicas, y el castigo que puede sufrir en Bolsa si finalmente el nuevo mandatario de EEUU cumple con la promesa de imponer un arancel del 25% a los productos mexicanos.
En la sesión de este martes, horas después de que Europacific declarara su inversión, la cotización de BBVA se vio afectada otra vez por la ratificación de Trump de aprobar un recargo a las importaciones del país vecino, fundamental para la cuenta de resultados de la entidad española. Las acciones del banco cayeron más de un 3% y podría volver a verse penalizadas en el corto y medio plazo si, tal y como ha venido señalando el líder del Partido Republicano, ejecuta sus advertencias nada más llegar a la Casa Blanca, en enero, si México no frena los flujos de migración.
Para BBVA México es esencial y, aunque dispone de amplias coberturas para mitigar los posibles impactos negativos, los analistas no descartan que su rentabilidad decaiga por este motivo. La franquicia azteca aporta algo más del 50% del beneficio que obtiene, por lo que cualquier efecto puede arrastrar al grupo. En 2024 aspira a ganar en total un récord de 10.000 millones.
Este factor se suma al varapalo recibido hace unas semanas por la CNMC de alargar el proceso de análisis de la opa sobre el Sabadell al menos hasta marzo. Una decisión que ha llevado a ratificar la creencia de algunos bancos de inversión de que BBVA tendrá que mejorar la oferta planteada. De ser así, tendría un coste adicional para el grupo vasco, que afectaría previsiblemente a la cotización. Aunque, un aumento del precio también facilitaría un éxito de la operación. Deutsche Bank, por ejemplo, ha sugerido que el incremento será de unos 2.000 millones y en efectivo.
Los directivos del Sabadell, que se oponen frontalmente a la opa, llevan tiempo alertando sobre los peligros para la competencia, riesgo que argumentó la CNMC en su decisión de postergar el estudio, y del peso de México en BBVA. Hasta el punto que llegaron a subrayar que su rival estaba poniendo en tela de juicio su solvencia con su política de dividendos, pese a las consecuencias que podría tener la debilidad en México.
El fondo estadounidense actúa como prestamista de sus acciones a Capital Research, que en marzo tomó un 5% de BBVA, uniéndose así a la lista de grandes inversores del banco presidido por Carlos Torres. Entonces, la opa no se había anunciado, aunque la entidad vasca ya se había puesto en contacto con la catalana para poder iniciar negociaciones para la fusión, que rechazó. El mayor socio es Blackrock, con un 6,8%, un porcentaje que es prácticamente similar al que tiene en el Sabadell, después haber duplicado su presencia. Los inversores institucionales, como Blackrock, han ido elevando su peso en la entidad que lidera Josep Oliu desde la opa y una decena controlan casi un 30% en la actualidad.
Pese a que la opa aún no tiene la autorización de la CNMC ni de la CNMV, esta semana ha recibido la aprobación por parte de Bruselas. La Comisión Europea ha dado vía libre al proceso en el nuevo contexto del marco de inversiones extranjeras, frente al riesgo de que inversiones de terceros países pueden crear distorsiones en el mercado interior y atentar contra la competencia justa dentro del espacio económico europeo. Las autoridades comunitarias han decidido no abrir una investigación en profundidad de la oferta y eventual fusión futura.