El sector público duplica el dinero aparcado en la banca con 182.000 millones en depósitos
Los organismos públicos guardan en solo nueve meses casi 90.000 millones más por la mejora en los intereses
La Administración Pública (Estado, comunidades autónomas y ayuntamientos) ha multiplicado el dinero que tiene aparcado en la banca y ya guarda más de 182.000 millones en depósitos a la vista y plazo. Este importe supone casi el doble del importe de finales de 2023 y no ha parado de crecer desde entonces con fuerza.
De acuerdo con los últimos datos del Banco de España recopilados por THE OBJECTIVE, la Administración tiene depósitos de 182.161 millones a cierre de septiembre de 2024, una cantidad que contrasta con los 96.123 millones de diciembre de 2023, lo que representa una subida del 89,5% en tan solo nueve meses.
En el último trimestre, en verano, el Estado, las autonomías y las corporaciones locales elevaron sus depósitos en más de 30.000 millones, volumen que solo fue superado entre enero y marzo, al calor de la mayor remuneración que ofrecen las entidades por las cuentas y, sobre todo, por las imposiciones a plazo.
La Administración atesora toda esta liquidez para afrontar sus gastos ordinarios y, tras el aumento tan significativo, para abordar otro tipo de inversiones. Hay que tener en cuenta que los bancos han ido poco a poco subiendo la remuneración que pagan, principalmente, por los depósitos a plazo, aunque la tendencia ya ha empezado a caer como consecuencia de la bajada del precio del dinero por parte del BCE. Algo que no solo ha sido aprovechado por las familias y las empresas, sino también por los organismos públicos.
El Banco de España no ofrece datos sobre la rentabilidad media que obtienen por los depósitos, pero fuentes financieras apuntan a que se ha acercado al 3%. Un interés que las entidades han casi llegado a abonar, de igual manera, a los particulares y a las empresas. En concreto, por los depósitos con vencimiento los bancos llegaron al 2,6% a los hogares. En los últimos meses, ya han aplicado recortes bruscos, como el de octubre, cuando rebajaron un 8% las tasas en las imposiciones a plazo.
Tras el incremento, la Administración dispone del 11,2% de las cuentas y depósitos que gestiona la banca. Desde que se inició la política monetaria restrictiva para aplacar la inflación, a mediados de 2022, había venido aumentando sus saldos, pero no ha sido hasta 2024 cuando ha habido un salto de tanta magnitud.
Las mismas fuentes financieras resaltan que podría haberse alcanzado el pico, ya que se prevé para los próximos trimestres nuevos descensos de los intereses y, por tanto, de una merma en la demanda. El BCE inició en junio una nueva era de bajada de las tasas. Ya ha recortado en cuatro ocasiones los tipos y se pronostica que vaya a hacerlo más veces en 2025 para relanzar la economía europea. Con ello, los intereses oficiales descenderán al entorno del 2% e incluso por debajo. El euríbor se ha desplomado en las últimas semanas, anticipando este entorno, y ha perforado el umbral del 2,5%.
Las Administraciones públicas llegaron a reducir sustancialmente el dinero en los bancos en 2016 y 2017, cuando las entidades decidieron cobrar una especie de comisión debido a que entonces los tipos de interés empezaron a estar en terreno negativo por primera vez en la historia. El sector, en aquel momento, aplicó esta medida para defender su cuenta de resultados, que extendió al mundo empresarial y a los grandes patrimonios. Dejó fuera de esta práctica a los particulares ante el temor a una fuga masiva de depósitos y clientes que hubiera puesto contra las cuerdas a más de una entidad. En su momento más bajo, en 2016, el Estado, los ayuntamientos y las autonomías redujeron a 50.000 millones los depósitos que tenían en las entidades.
En los tres últimos años, la coyuntura ha sido muy diferente, ya que la subida de los tipos ha permitido a los bancos no solo no cobrar por los depósitos, sino a pagar por ellos, aunque han tardado más que el sistema europeo en hacerlo. Esta tardanza supuso críticas del BCE y del Gobierno, que llegó amenazar con intervenir el mercado.
El dinero que acumula la Administración en la banca supera, tras el aumento de verano, el montante de los fondos europeos de que dispone España para modernizar la economía tras la pandemia, y es ligeramente superior a los créditos concedidos con el aval del Estado para salvar a las empresas durante el coronavirus. Los Next Generation rozan los 160.000 millones de euros, aunque su ejecución va más lenta de lo esperado, mientras que los préstamos garantizados por el ICO alcanzaron los 140.000 millones.