Los impagos del crédito al consumo caen y se sitúan en niveles precovid por primera vez
La tasa de morosidad de los establecimientos financieros se desplomó un 16% en diciembre y se situó en el 5,65%

Estatua del euro frente a la sede del BCE. | Europa Press
Los impagos en el crédito al consumo dan el primer síntoma de control total después de que en diciembre se hundieran y cayeran por primera vez a niveles precovid. La tasa de morosidad de las financieras que ofrecen estos préstamos disminuyó un 16% con respecto a noviembre y se situó en el 5,65%.
Según los datos recabados por THE OBJECTIVE en el Banco de España, esta ratio no estaba tan baja desde justo antes de que comenzara la pandemia, a principios de 2020. Desde entonces había escalado posiciones por la situación económica de las familias, la crisis del coronavirus y, posteriormente, por la abrupta subida de los tipos de interés tras la invasión de Ucrania por parte de Rusia.
En este periodo su evolución ha sido irregular y en algunos momentos ha puesto en alerta a la banca, dueña de una parte de las financieras, y a otras entidades especializadas en este tipo de préstamos. Los impagos en los créditos al consumo han sobrepasado en más de una ocasión el 7%, como en su cota máxima registrada en mayo del ejercicio pasado, cuando alcanzó el 7,25%.
La caída de la tasa de insolvencias se ha visto favorecida por dos factores. El primero de ellos es el nuevo escenario de tipos, derivado de los recortes en el precio oficial del dinero por el BCE iniciados en junio. Una coyuntura que ha permitido un descenso acelerado del euríbor y una merma en las cuotas de los préstamos. El segundo es el aumento de la actividad. El saldo de la financiación al consumo de estos establecimientos creció en diciembre un 4,81% con respecto a noviembre, lo que facilita que la ratio disminuya más.
Hay que tener en cuenta que el volumen de impagos no se ha desplomado tanto como la tasa, aunque lo ha hecho con intensidad, ya que en un solo mes ha bajado un 12%. El importe de préstamos al consumo en morosidad se ha reducido a 2.565 millones de euros.
En el sector se muestran optimistas ante la caída de los impagos, pero mantienen cierta prudencia, porque las perspectivas de nuevos descensos en los tipos son ahora menos positivas que hace unos meses, debido a las políticas del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, que podrían llevar a la inflación en Europa y otras regiones. Si los precios vuelven por sus fueros, el BCE tendrá que paralizar los recortes de los intereses oficiales.
En otoño se daban por seguros al menos cinco o seis ajustes de los tipos, pero en la actualidad ya no; solo se garantizan dos, colocando la tasa en el 2,25% después de que en enero el BCE hiciera el último movimiento para reactivar la economía de la zona euro.
Esta menor política monetaria expansiva, aunque podría frenar el desplome de los impagos, serviría para apuntalar los ingresos de las financieras de consumo, que no están pasando por sus mejores épocas en cuanto a rentabilidad y se enfrentan, algunas de ellas, al ‘impuestazo’ del Gobierno.
Los beneficios de los establecimientos de crédito, a diferencia de lo que ocurre en la banca, están de capa caída. En 2024, las ganancias decrecieron un 25,3%, hasta los 390 millones de euros, como consecuencia del aumento de las provisiones para afrontar pérdidas por morosidad en momentos puntuales a los costes más altos en su financiación en la primera parte del ejercicio, y por los primeros efectos de los tipos más bajos en la segunda mitad del año.
Las insolvencias de los créditos al consumo son las que afloran antes en momentos de crisis, por lo que es una buena señal que hayan descendido, y que lo hayan hecho con tanta fuerza. Estos préstamos son los primeros que las familias dejan de abonar en caso de problemas económicos. Tras ellos se sitúan otros como las hipotecas.
Pese a que en determinados meses desde la pandemia esta financiación ha puesto en guardia la banca, los impagos en general se han comportado de manera favorable. Desde el estallido de la covid, la tasa ha mermado en todos los segmentos de actividad, incluidos préstamos a empresas, casi un tercio y se ha colocado en el 3,32%. A finales de 2024, la banca y las financieras suman en conjunto 39.358 millones de créditos en morosidad.