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El BCE urge a Bruselas a regular el euro digital para su lanzamiento y hacer frente a Trump

El organismo monetario reclama una normativa «sólida» sobre la divisa virtual ante los riesgos geopolíticos recientes

El BCE urge a Bruselas a regular el euro digital para su lanzamiento y hacer frente a Trump

Euro digital. | Europa Press

El BCE está convencido de la necesidad de acelerar la entrada en funcionamiento del euro digital para que Europa gane autonomía financiera y combata los riesgos geopolíticos existentes, que han aumentado de manera considerable por la llegada de Donald Trump a la Casa Blanca a principios de este año. Por ello, está urgiendo a Bruselas a que actúe de manera rápida en la articulación y aprobación de la legislación necesaria para que la moneda pueda lanzarse. Sin una base normativa, la divisa no podría ponerse en circulación.

Piero Cipollone, uno de los miembros del Comité Ejecutivo del BCE, compareció esta semana ante la Comisión de Asuntos Económicos y Monetarios del Parlamento Europeo, para llamar a la acción. «Es crucial avanzar ya en la legislación sobre el euro digital», explicó a los diputados comunitarios, antes de señalar que «las consecuencias de la inacción son cada vez más evidentes» y «un retraso ralentizaría nuestra respuesta colectiva a estos riesgos».

El BCE trabaja desde hace casi cinco años en el euro digital y las turbulencias actuales por la política comercial de Trump están impulsando el proyecto. Por ejemplo, algunos bancos nacionales, como el español, ha sacado ya a concurso la búsqueda de una consultora que le ayude a implantar dicha divisa virtual en nuestro país, tal y como informó THE OBJECTIVE. El Banco de España tiene previsto destinar unos 58 millones para encontrar un asesor externo.

El BCE aún no tiene una fecha para que el euro digital funcione en el Viejo Continente, pero distintos directivos se muestran a favor de que su introducción se acelere. Entre estos destaca el economista jefe, Philip Lane, que hace unas semanas señaló la necesidad de que la eurozona cuente con una divisa de estas características que contrarreste al dólar y sus monedas satélite, además de para frenar el dominio de los sistemas de pago estadounidenses promovidos por los gigantes tecnológicos.

En principio, en noviembre, el consejo de gobierno del BCE decidiría nuevos pasos para que el proyecto salga adelante, como los detalles del diseño y el desarrollo de la plataforma tecnológica. Pero, todo podría adelantarse, aunque para ello es imprescindible que haya una regulación que sustente su puesta en marcha, que debe ser aprobada por las autoridades europeas.

Cipollone señaló en su intervención que este los efectos negativos de una tardanza en el euro digital estarían una pérdida de control sobre nuestra infraestructura financiera, una mayor dependencia de los sistemas no europeos y posibles perturbaciones en nuestros sistemas bancarios y de crédito.

«Europa no puede permitirse depender excesivamente de soluciones de pago no europeas. Esto nos deja a merced de la generosidad de terceros en un contexto de elevada tensión geopolítica», manifestó el directivo del BCE, que apeló a la «urgencia de preservar nuestra en servicios esenciales como los pagos cotidianos». «Sin ella somos vulnerables a las amenazas geopolíticas y corremos el riesgo de perder nuestra soberanía monetaria. Los acontecimientos internacionales recientes ponen de relieve estos riesgos», expuso.

Hay que tener en cuenta que el sistema de medios de pago europeo está dominado por empresas estadounidenses, como Pay Pal, Apple, Visa, etc., y que hay un retroceso en el uso del efectivo por el auge de las plataformas virtuales y el comercio electrónico. Y que recientemente el gobierno de Trump ha promovido criptoactivos y stablecoins respaldadas por dólares, que generan preocupación por la estabilidad financiera y la autonomía estratégica del Viejo Continente.

Este hecho, a juicio de Cipollone, «podría dar lugar no solo a nuevas pérdidas de comisiones y datos, sino también al traslado de depósitos en euros a Estados Unidos y a un fortalecimiento aún mayor del papel del dólar en los pagos transfronterizos». Asimismo, indicó que «al mismo tiempo, las empresas privadas están cada vez más abiertas a aceptar stablecoins en los pagos de sus clientes, lo que podría tener implicaciones de gran alcance para la soberanía monetaria».

Ante estos retos, el directivo del BCE concluyó «que necesitamos una alianza público-privada para preservar nuestra soberanía y que el euro digital, como medio de pago europeo soberano basado en la legislación de la UE, sería la piedra angular de esa colaboración». Y para que tenga éxito, pidió una legislación «sólida y orientada al futuro», para lo que ofreció el apoyo técnico del organismo monetario al que pertenece.

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