Los bancos se desenganchan del euríbor: las hipotecas variables ya son menos de la mitad
Los préstamos para vivienda con intereses cambiantes representan el 49% y las tasas fijas y mixtas predominan

Sucursales de los tres principales bancos. | EFE
Los bancos han logrado desengancharse del euríbor y uno de sus principales negocios, las hipotecas, están contratadas en su mayoría a tipos fijos y mixtos. Las variables, que han sido predominantes históricamente en nuestro país, ya son menos del 50% del total de la cartera.
Desde hace unos años, el sector financiero incentiva la formalización de hipotecas con intereses inamovibles o predecibles para evitar riesgos de impagos por parte de los clientes y establecer unos presupuestos más ajustados y factibles de cumplir, al no depender sus ingresos de la cotización del euríbor. La estrategia ha dado sus frutos, especialmente desde 2022, cuando el BCE inició la subida abrupta del precio oficial del dinero para contener la galopante inflación.
A finales de 2024, según los datos de la Asociación Hipotecaria Española (AHE) recabados por THE OBJECTIVE, el saldo de los préstamos para la adquisición de la vivienda a tasas variables habían descendido hasta el 49%. En 2019, antes la pandemia, estos representaban el 72%, por lo que la caída ha sido significativa desde entonces. La institución señala en su último informe que desde 2015, cuando la práctica totalidad de las operaciones estaban vinculadas al euríbor, la tendencia es descendente.
Las hipotecas a tipos fijos continúan al alza y ya reúnen el 36% del volumen de hipotecas vigente. Hay que tener en cuenta que hace cinco años el porcentaje apenas era del 13%, por lo que su salto ha sido cuantitativo. Por su parte, los intereses mixtos en este segmento de créditos también han registrado una mayor relevancia, aunque con menor vigor. Representan el 14%, prácticamente el mismo nivel que en 2023 y que en 2019.
La caída de las hipotecas variables se explica por dos motivos. Primero, por el hecho de que las nuevas operaciones se vinculan en una pequeña proporción al euríbor. Hace un año, por ejemplo, apenas suponían el 14% de las contrataciones de préstamos para la vivienda. En la actualidad es menor, cercano al 10%. Y segundo, porque entre 2022 y 2023, muchos titulares de préstamos cambiaron de modalidad, a tipos fijos, ante la subida del euríbor.
Crecen las compraventas de vivienda
El desenganche de este indicador se produce en un momento álgido del sector inmobiliario y, por ende, del hipotecario. En 2024 se reactivó el mercado y en lo que llevamos de 2025 el impulso aún es mayor. En marzo, el volumen de nuevos créditos alcanzó un nuevo récord mensual en 15 años y los bancos sobrepasaron de nuevo el medio billón de euros en su saldo de financiación a la compra de viviendas a los hogares. Un umbral que se había perdido en el verano de 2023 por primera desde 2006.
Gracias al recorte de los tipos oficiales por parte del BCE desde hace casi un año como consecuencia de la moderación de la inflación, los bancos están reduciendo los intereses que reclaman por estos préstamos a los clientes. De media, incluyendo todas las comisiones, las nuevas hipotecas se están firmando ya por debajo del 3%. Los datos del Banco de España indican que, en marzo, la tasa media se situó en el 2,87%, frente al 3,02% de diciembre.
Para el sector financiero, el negocio de las hipotecas es fundamental. Por un lado, es una palanca esencial para atraer usuarios. Y por otro, el producto permite una vinculación de los mismos, ya que por lo general estos créditos llevan vinculados otros, como la nómina, las tarjetas, los seguros e incluso fondos, para lograr bonificaciones en el precio.
Debido a esa bajada del precio del dinero, el euríbor también se ha desplomado. Se sitúa ligeramente por encima del 2%. En 2023 llegó a estar por encima del 4%. Se espera que hasta final del presente ejercicio pueda disminuir hasta el 1,5%, pero todo dependerá de la guerra comercial abierta por Estados Unidos. La incertidumbre es muy elevada y el presidente norteamericano Donald Trump sigue amagando con imponer aranceles si no se alcanzan acuerdos negociados. Este viernes, amenazó con una tarifa a las exportaciones del Viejo Continente del 50% a partir de junio, al entender que las conversaciones no estaban dando sus frutos. En su anunció señaló que los productos fabricados en el país por compañías europeas no tendrían que asumir dicho coste.