Los bancos se protegen de la bajada de tipos con 206.000 millones de deuda española
Las entidades compran otros 38.000 millones en quince meses ante los recortes del precio del dinero por parte del BCE

Carteles de los principales bancos | Europa Press
Los bancos están aumentando de manera considerable su cartera de deuda pública española para protegerse de la bajada de los tipos de interés oficiales, el último el pasado jueves. El saldo supera ya los 200.000 millones; en los últimos quince meses no ha dejado de incrementarse.
Según los datos del Tesoro Público, las entidades de créditos sumaban en marzo un total de 206.294 millones de euros en bonos, obligaciones y letras emitidas por el Estado, después de haber adquirido en términos netos 38.000 millones desde finales de 2023. La cantidad se ha elevado un 22,5% desde entonces y no tiene visos de detenerse.
Con ello, los bancos se afianzan como los terceros principales tenedores de deuda pública, solo sobrepasados por los inversores extranjeros y el Banco de España. El sector financiero en su conjunto tiene el 14,39% del dinero emitido por el Gobierno para financiarse. El 45,21% está en manos de compañías y ciudadanos no residentes (648.091 millones de euros); y otro 25,7% es propiedad del organismo que gobierna José Luis Escrivá (algo más de 368.000 millones).
Las entidades, con esta masiva compra, intentan garantizarse una cierta rentabilidad futura de sus activos, en un momento en que los ingresos por los créditos a tipos variables están descendiendo. Y además compensan en parte las ventas que están realizando de la misma cartera de bonos soberanos para anotarse plusvalías en su cuenta de resultados.
Desde principios de 2024, anticipándose al recorte que a partir de julio de ese año empezó a aplicar el BCE en el precio del dinero, los bancos no han dejado de acumular más deuda pública en su balance, a pesar de que cada vez la rentabilidad está siendo menor. En 2023, la cartera se situaba en los 168.406 millones de euros, después de que en ese ejercicio bajara ligeramente, precisamente por las subidas abruptas de los tipos oficiales por parte del organismo monetario.
Por contra, el atractivo de la deuda pública para los particulares están siendo a la inversa que para los bancos. Las personas físicas están reduciendo su inversión en estos productos ante la caída de las rentabilidades. En marzo tenían 26.819 millones (menos del 2% del total). La mayor parte estaba depositada en letras del tesoro, que desde hace tiempo dejaron atrás el boom que llegaron a experimentar a principios de 2023, con colapso del sistema y largas colas a las puertas del Banco de España para su adquisición incluidos.
Los particulares cuentan con 23.602 millones de euros en letras -el resto son bonos y obligaciones-, cifra que va bajando de manera lenta pero consistente desde que la burbuja se pinchó por completo el pasado otoño, pese a los esfuerzos del Gobierno por mantenerla viva a través de campañas publicitarias.
Los bancos, a pesar de la caída de los tipos, se mantienen optimistas, al menos en lo que respecta al comportamiento de 2025. El sector se encamina a batir los 40.000 millones de beneficios, algo que será un nuevo récord histórico si se logra. El año pasado, el total de las entidades consiguió sobrepasar ampliamente los 30.000 millones, y ahora se propone superar el siguiente umbral.
Los números del primer trimestre del ejercicio reflejan el buen momento por el que atraviesa el sistema, ya que hasta mazo el conjunto de los bancos obtuvieron 10.915 millones de euros, un 28,5% más que lo registrado en el mismo periodo de 2024.
Las entidades, de manera generalizada, habían vaticinado a principios del ejercicio que su rentabilidad y sus ganancias aumentarían a pesar del golpe que iban a sufrir por la disminución de los intereses. Para alcanzar los 40.000 millones en el ejercicio, el sector tendría que elevar los beneficios un 18%. En 2024 cosecharon casi 34.000 millones.
Uno de los sustentos de los bancos -por la importancia que está teniendo- es el boom de las hipotecas, que registran una actividad no vista desde hace varias décadas, además de la cada vez mayor tenencia de deuda pública. El impulso de este negocio, que se mantendrá, ha llevado a que la cartera de hipotecas de los bancos haya superado otra vez el medio billón de euros gracias al alza de las nuevas operaciones y a que las cancelaciones se han normalizado. Solo en marzo, la concesión de préstamos para vivienda alcanzó los 7.200 millones, la mayor cuantía mensual en 15 años.
Además, las entidades han limitado su exposición al euríbor, por lo que el impacto de la política monetaria aplicada por el BCE a partir de ahora será más limitado en sus beneficios. Más de la mitad de las hipotecas están contratadas ya a tasas fijas o mixtas. Únicamente el 49% son variables, un porcentaje que contrasta con el 72% de 2019, justo antes de la pandemia.