The Objective
Banca

La intervención del Gobierno en la opa de BBVA sobre el Sabadell divide a los sindicatos

Mientras que UGT valora positivamente las medidas, CCOO cree que han sido insuficientes para limitar los efectos

La intervención del Gobierno en la opa de BBVA sobre el Sabadell divide a los sindicatos

Pepe Álvarez, líder de UGT, y su homólogo en CCOO, Unai Sordo. | Europa Press

La intervención del Gobierno en la oferta pública de adquisición de acciones (opa) de BBVA sobre el Sabadell ha dividido a los sindicatos mayoritarios con representación en el sector. El martes, el Consejo de Ministros aprobó la operación, pero prohibió al grupo vasco llevar a cabo una fusión de ambos bancos en un plazo de al menos tres años y le impuso una autonomía de gestión del catalán durante ese mismo periodo.

Con estas condiciones, que incluyen la imposibilidad de hacer despidos masivos ligados a la propia transacción, BBVA tendrá más difícil lograr las sinergias de costes esperadas y reduce la rentabilidad de la opa. Hasta ahora, los sindicatos habían mostrado uniformidad en su posición respecto a la propuesta de compra, rechazándola frontalmente, entre otros aspectos por la parte negativa que tenía sobre el empleo. De hecho, habían calculado la desaparición de hasta 10.500 puestos de trabajo. Un extremo que duplica los números internos del banco presidido por Carlos Torres, desde un primer momento, que apuntaban a un máximo de 5.000, tal y como publicó THE OBJECTIVE.

Las posturas sobre la actuación del Gobierno divergen. Por un lado, UGT la valora de manera «positiva», mientras que CCOO considera que es escasa e «insuficiente». La primera organización destaca y respalda las restricciones adicionales impuestas por la Moncloa, al entender que «responden en buena parte a las demandas planteadas en defensa del empleo, del crédito a la economía productiva y de la cohesión territorial». La segunda, por su parte, critica el periodo transitorio de tres años, que se puede ampliar hasta cinco, porque «solo contribuye a modular los efectos» en un plazo temporal, «sin impedirlos a medio plazo».

UGT destaca que es «especialmente relevante» que, en el marco de esta decisión, se haya garantizado la pervivencia de ambas marcas con balances y cuentas de resultados separados, así como la existencia de órganos de decisión diferenciados para cada una de las entidades. «Esta medida preserva la diversidad operativa del sistema bancario español y actúa como cortafuegos ante el riesgo de concentración excesiva». Asimismo, valora con satisfacción que las condiciones gubernamentales incluyan compromisos claros sobre el mantenimiento de los puestos de trabajo y de la red de oficinas de ambas entidades, así como garantías en cuanto al acceso al crédito para pymes y autónomos.

Por contra, a CCOO le hubiera gustado una intervención más contundente en la opa de BBVA y exige máxima vigilancia en los informes periódicos que tendrá que entregar la entidad para poder abordar una integración en 2028 si finalmente mantiene la operación, con el fin de que se limiten los impactos.

En los últimos días, los directivos y el consejo de administración del grupo con sede en Bilbao han estado analizando las consecuencias de las medidas gubernamentales. Por el momento, las fuentes consultadas por este periódico, apuntan a que BBVA no retirará la propuesta de compra, un escenario que estaba manejando entre los posibles, y tampoco llevará la decisión a los tribunales en fechas próximas, aunque se reserva dicha batalla legal para más adelante, para cuando haya conseguido tomar el control del Sabadell, una vez triunfe la opa.

BBVA tiene previsto que el periodo de adhesión comience a mediados de junio -entre la segunda y tercera semana- y se extienda hasta bien entrado septiembre, para lo cual está revisando el folleto informativo que tiene que ser validado por la Comisión Nacional de los Mercados de Valores (CNMV). Será entonces cuando los accionistas del Sabadell tomarán una decisión de si venden o no sus títulos con el canje planteado.

Los inversores están manteniendo su apuesta, ya anticipada, de que el grupo vasco no anulará la operación a pesar de las imposiciones del Ejecutivo. Unas exigencias que, aunque reducen la rentabilidad y los ahorros de gastos, sí permiten a BBVA lograr ciertas sinergias en tres o cinco años y, a partir de ahí la totalidad cuando ejecute la integración. Además, confían en que un cambio de Gobierno durante este plazo pueda revocar la intervención y, por tanto, adelantar los objetivos previstos por BBVA. El Sabadell descarta que la llegada del PP al poder vaya a cambiar el escenario, ya que también se ha mostrado en público contrario a la oferta.

Lo que parece ahora menos claro es que la entidad que lidera Carlos Torres vaya a mejorar el precio, ya que por un lado el Sabadell podría vender su filial británica TSB próximamente y, por otro, la transacción se ha encarecido debido a las limitaciones de Moncloa.

Publicidad