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Los bancos meten el décimo hachazo a los depósitos y bajan los tipos de interés al 1,8%

Las entidades han reducido ya un tercio las tasas que pagan a sus clientes por imposiciones desde el verano pasado

Los bancos meten el décimo hachazo a los depósitos y bajan los tipos de interés al 1,8%

Símbolo del euro frente a la sede del BCE. | Europa Press

Los bancos españoles han metido un nuevo hachazo a los tipos de interés de los depósitos y ya pagan un 1,8%. Se trata del décimo ajuste en el precio de este producto, que viene provocado por los recortes que está llevando a cabo el BCE en el precio oficial del dinero. El último movimiento fue en junio, cuando situó la tasa en el 2%.

Los datos del Banco de España, recopilados por THE OBJECTIVE, reflejan como las entidades se han ido adaptando a este escenario con rapidez, disminuyendo de manera progresiva la retribución de los depósitos. Una velocidad que no se produjo cuando el BCE elevó abruptamente los tipos tras la guerra de Ucrania, algo que motivó las quejas del organismo monetario y las amenazas a una intervención por parte del Gobierno para que el sector abonará más por el ahorro tradicional a los particulares.

De media, los bancos llegaron a pagar un 2,65% por las imposiciones a plazo de las familias el pasado verano. Desde entonces, el interés ha ido bajando. No se descartan más tijeretazos, aunque estos serán previsiblemente de menor intensidad, ya que existen dudas sobre los siguientes movimientos del BCE. El mercado no espera hasta otoño nuevos descensos en los tipos oficiales y estos dependen de las políticas comerciales que finalmente aplique la administración de Donald Trump en Estados Unidos.

En mayo, último dato disponible, las entidades aplicaron una disminución de un 6,25% en las tasas que abonan a los clientes al contratar depósitos a plazo. Con ello, el ajuste materializado desde julio de 2024 alcanza el 32%. Por tanto, ahora pagan un tercio menos.

Los bancos no están promoviendo la venta de imposiciones al considerar que es un producto poco rentable tanto para ellos como para los hogares. Desde hace tiempo el foco lo han centrado en los fondos de inversión, aunque tengan más riesgo para los clientes, porque estos productos permiten elevar los ingresos del sector vía comisiones. Con estas tarifas intentan compensar en la actualidad la menor facturación por los préstamos, como consecuencia de la bajada del euríbor y de los tipos oficiales.

Pese a la caída de la remuneración, la contratación por parte de los usuarios no decae. El volumen de imposiciones está cerca de sus máximos de los últimos tiempos, aunque muy lejos de las cifras de hace décadas, cuando los depósitos eran un producto estrella. En mayo, los particulares colocaron 18.000 millones a plazo fijo, la mayor parte con un vencimiento de hasta un año. La cantidad más alta se registró el octubre pasado, cuando rozó los 19.000 millones. En enero, la cuantía bajó de los 16.500 millones, por lo que en lo que va de año ha aumentado a pesar de los hachazos en los intereses abonados.

Con esta estrategia, los bancos intentan defender su cuenta de resultados, que sigue mejorando mes a mes. En 2025 las entidades de nuestro país confían en rebasar los 40.000 millones de beneficios y batir, por tanto, otro récord. Se trataría de una nueva hazaña para el sector, debido a que el entorno no es tan favorable por los ajustes de los tipos oficiales, que están mermando los ingresos por los créditos, y porque están pagando el impuesto extraordinario del Gobierno. Eso sí, algunas entidades se están librando tras el cambio y tan solo Caixabank verá aumentado este ejercicio el importe que tiene que desembolsar por este gravamen.

Para conseguir esta cifra, los bancos no solo se están apoyando en los ajustes de lo que pagan por los depósitos; también se están apalancando en la mayor actividad crediticia, principalmente las hipotecas, que no paran de incrementarse gracias al boom de la compra venta de viviendas. De igual manera, el conjunto del sector está controlando sus gastos y está reduciendo el volumen de morosidad en cartera. Por ejemplo, bares y restaurantes han pasado página por completo a la crisis de la pandemia y sus impagos ya están por debajo de los niveles de 2019, previos al estallido de la covid-19. Todos estos factores están permitiendo al sistema vivir un momento dulce que, salvo imprevistos, permanecerá. Las perspectivas son muy favorables.

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