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El fracaso de Mediobanca para frenar a MPS allana el camino de BBVA con el Sabadell

Los grandes fondos castigan los movimientos para bloquear fusiones y dan oxígeno a la opa del vasco sobre el catalán

El fracaso de Mediobanca para frenar a MPS allana el camino de BBVA con el Sabadell

Los presidente de BBVA y Banco Sabadell. | Ale Svriz

BBVA tiene ahora el camino más allanado para tomar el control del Sabadell con su oferta pública de adquisición (opa), después de haber visto como los accionistas de Mediobanca rechazaron el movimiento realizado por Mediobanca para frenar la propuesta de compra realizada también carácter hostil por parte de Monte dei Paschi di Siena (MPS). Una oposición masiva que se hizo patente este jueves en la junta general del banco italiano, cuyos inversores desautorizaron a la cúpula a comprar Banca Generali. La aprobación podría haber puesto contra las cuerdas la operación y hubieran obligado a elevar el precio para que tuviera éxito.

Aunque los movimientos que ha llevado a cabo Mediobanca para torpedear la opa de MPS son muy distintos a los del Sabadell con BBVA, fuentes financieras sostienen a THE OBJECTIVE que lo ocurrido en Italia «sí permite dar cierto oxígeno a las aspiraciones del grupo vasco», que ha reafirmado este verano en dos ocasiones que sigue adelante con la transacción. Explican que los grandes fondos son proclives a las integraciones, por lo que despeja algo el camino. Eso sí, remarcan que el banco con sede en Bilbao debería elevar el precio de la oferta para evitar un traspié.

La dirección de Mediobanca había decidido adquirir Banca Generali para poner palos en la rueda a MPS. En cambio, la del Sabadell ha cerrado la venta de un activo importante, su filial británica TSB, al Santander, para distribuir un mega dividendo de 2.500 millones en 2026. La cúpula, a diferencia de lo ocurrido en Italia, sí obtuvo el respaldo de los accionistas para abordar este traspaso y hacer dicho reparto. Con ello, el Sabadell pretende desincentivar a sus socios a que se adhieran a la opa una vez se abra en septiembre, previsiblemente, el periodo de aceptación.

Las mismas fuentes indican que mucho más de la mitad del capital del Sabadell estaría en manos de grandes inversores, que defienden estas operaciones de concentración. De hecho, tan solo una docena de fondos e institucionales poseen ya más del 30% del catalán, que desde tiempo no devela ni el número de accionistas que tiene ni su composición para no dar pistas. El mercado, por tanto, desconoce las opciones reales que puede tener BBVA para alcanzar el 49,3% de los derechos de voto necesarios para ejecutar la toma de control, más allá de las participaciones que se tienen que registrar en la Comisión Nacional de los Mercados de Valores (CNMV).

Entre estos grandes inversores, además, estarían algunos que estarían en contra de la opa, como los principales socios comerciales del Sabadell, Zurich y Amundi, que controlan un 4,7% y un 2,7% respectivamente tras las adquisiciones realizadas para, a priori, defender las alianzas estratégicas y no perder buena parte de su negocio en España si la oferta de BBVA triunfa.

Otra gran diferencia de la opa lanzada por MPS sobre Mediobanca con la española está en que el Gobierno de Giorgia Meloni sí la autorizó sin reparos. Moncloa, por contra, ha puso serias trabas, que ya han sido impugnadas por BBVA ante el Tribunal Supremo al considerar que son ilegales, y por las que Bruselas ha abierto un expediente sancionador contra nuestro país. Hay que destacar que el Ejecutivo trasalpino sí puso condiciones complicadas a Unicredit para que se hiciera con BPM, algo que provocó la retirada de la operación por parte del primero al considerar inasumibles los obstáculos.

BBVA considera que la opa sobre el Sabadell tiene aún atractivo, a pesar de que los ahorros de costes esperados tardarán en materializarse más de lo previsto, a la espera de la decisión que adopte el Supremo, ya que no podrá materializar una fusión de ambas entidades hasta al menos mediados de 2028.

Los inversores llevan desde principios de año reclamando al grupo vasco que suba el precio, aunque las exigencias se han suavizado este agosto. Ahora reivindican una mejora del entorno de los 1.000 millones. La prima negativa, que rozó el 15%, se encuentra instalada en las últimas semanas entre el 6 y el 8%. Pero, la correlación de la evolución sigue intacta y los títulos se mueven parejos. Además, el mercado no ha castigado a BBVA por su empeño en hacerse con el catalán. Todo lo contrario, ya que el precio de sus acciones han escalado hasta acercarse a su máximo histórico, firmado en 2007.

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