El accionista «rebelde» del Sabadell perderá 48 millones por acudir a la opa de BBVA
David Martínez dejará de cobrar unos 110 millones en dividendos del banco catalán, pero cobrará 62 millones del vasco

Los presidentes del Sabadell, Josep Oliu, y de BBVA, Carlos Torres. | Europa Press
El mayor accionista individual del Sabadell, el mexicano David Martínez, ha decidido apostar por la oferta pública de acciones (opa) lanzada por BBVA. Conocido como «el fantasma de Wall Street», ha sido el único consejero del banco catalán que se ha desmarcado del rechazo férreo de la cúpula a la propuesta del vasco, lo que supone un golpe a la estrategia defensiva en marcha desde hace casi año y medio con el fin de mantener el banco independiente.
Martínez ha preferido perder en torno a 48 millones de euros al acudir a la opa de BBVA. Por un lado, dejará de percibir el megadividendo extraordinario de 2.500 millones que tiene previsto abonar el Sabadell una vez se materialice la venta de su filial británica TSB al Santander. Una operación que se culminará tome o no el control del vallesano la entidad que preside Carlos Torres. Con su participación, que canjeará por títulos del bilbaíno, tenía derecho a cobrar unos 96 millones.
Por otro lado, y de acuerdo con los cálculos realizados por THE OBJECTIVE, el inversor mexicano no ingresará los 7 céntimos por acción que repartirá en diciembre el banco que lidera Josep Oliu. En total, por este concepto se quedará sin 14 millones. Con ello, «el fantasma de Wall Street» ha renunciado a llevarse unos 110 millones en dividendos aprobados por el banco del que posee en la actualidad un 3,86% del capital.
Martínez verá reducida la pérdida con el dividendo que ha anunciado BBVA para principios de noviembre, una vez haya finalizado la opa. Gracias a este reparto, logrará un ingreso bruto de unos 62 millones de euros, al ser accionista del vasco por haber aceptado el canje planteado por BBVA tras la mejora del precio llevada a cabo hace días para encarrilar la transacción.
Los dividendos han sido una de las palancas que más ha explotado el Sabadell para desincentivar a sus socios de acudir a la opa. En todo momento ha asegurado que los inversores que respalden la oferta de BBVA dejarán de percibir una buena cantidad de dinero. Un mensaje que han trasladado, principalmente, al grueso de minoritarios con los que cuenta. Se estima que cerca de un 40% de las acciones del vallesano está en manos de particulares, el 80% de los cuales son clientes.
El Sabadell confía en que la mayor parte de estos no secunde al inversor mexicano y mantenga sus títulos en cartera. Por el contrario, BBVA espera que su decisión contagie al resto para así alcanzar al menos el 50% del catalán. Por el momento, de acuerdo con sus explicaciones, tendría ya el apoyo masivo de los fondos, que ostentan en torno a un 30% del banco catalán, un porcentaje que no es suficiente para sus aspiraciones.
Ante la posibilidad de que no llegue a conseguir ese 50%, BBVA se guarda un as en la manga, que no es otro que renunciar a la condición mínima de aceptación en el caso de superar el 30% y no alcanzar el 50%. En este supuesto, que el banco vasco descarta que pueda darse, podría verse obligado a tener que lanzar una segunda opa a un precio equitativo, fijado por la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) que podría ser mayor y en efectivo. A esta posibilidad también se agarra la cúpula del Sabadell para intentar atraer a sus intereses a sus socios.
Esta segunda opa se lanzaría en los próximos meses, si finalmente BBVA decidiera seguir adelante con la operación para cumplir sus objetivos de controlar al Sabadell. La decisión se tomaría una vez se cierre el plazo de aceptación el 10 de octubre y se conozca el resultado final.
El banco vasco, en este escenario que intenta esquivar, podría verse obligado a ampliar capital, ya que un 70% del Sabadell tiene un precio de mercado de unos 12.000 millones, y apenas cuenta con un exceso de 6.000 millones para hacer frente al pago en metálico en su totalidad. Por el momento, el mercado descuenta que no se llegará a este supuesto. De lo contario, tal y como aseguran fuentes financieras a este periódico, la cotización del vasco estaría presionada a la baja y registraría caídas más contundentes. Además, sostienen que el banco catalán se habría disparado ante la posibilidad de una mejora del precio y en efectivo.