El consenso de los inversores augura el éxito de la opa de BBVA sobre el Sabadell
Las cotizaciones dan una prima positiva sobre el canje, lo que indica que saldrá adelante la operación

Los presidentes de Sabadell, Josep Oliu, y de BBVA, Carlos Torres. | EP
El consenso de los inversores augura que BBVA logrará tomar el control del Sabadell y que la oferta pública de adquisición (opa) será un éxito en vísperas de que finalice. Las cotizaciones de los bancos están prácticamente acopladas con un pequeño sesgo positivo sobre el canje ofrecido, un hecho que indica que el pronóstico del mercado es que saldrá adelante y que el grupo vasco conseguirá más del 50% del capital del banco catalán, según señalan distintas fuentes financieras a THE OBJECTIVE.
Estas comparten la misma sensación que BBVA sobre el resultado final, a pesar de que la victoria aún sigue siendo incierta y algunas casas de análisis sostienen que la entidad que preside Carlos Torres no alcanzará la mitad más uno del Sabadell, pero sí más del 30%, lo que le permitiría lanzar una segunda oferta, siempre y cuando renuncie a la condición mínima de aceptación.
El consejero delegado de BBVA, Onur Genç, manifestó el martes que la prima sigue siendo positiva y mientras siga así anticipa un triunfo de la operación. «Es una buena señal», remarcó el directivo del banco vasco en unas conferencias organizadas por KPMG y Expansión.
La prima, que desde enero hasta mediados de octubre estuvo en negativo ante las reclamaciones de los inversores de una mejora, se colocó en positivo tras el incremento de la oferta. En la actualidad, se encuentra entre el 1% y el 2% y, desde el aumento no ha dejado de estar en ese terreno, a pesar de la posibilidad de que BBVA pueda llevar a cabo una segunda propuesta. Un movimiento que los responsables del Sabadell ven muy factible, aunque su esperanza es que la opa fracase al no alcanzar el mínimo del 30%.
Las fuentes consultadas sostienen que si el conjunto del mercado entendiera que esta segunda propuesta tuviera elevadas probabilidades de acontecer, la ecuación de canje se habría visto alterada fuertemente, con un castigo a BBVA, ya que este se enfrentaría a un coste de entre 10.000 y 12.000 millones de euros. En esta nueva opa, de ponerse sobre la mesa, los accionistas tendrían el derecho de cobrar en efectivo en vez de en títulos del banco vasco.
BBVA, en este escenario, tendría que encontrar estos recursos, ya que solo dispone de entre 5.000 y 6.000 millones de superávit en su solvencia, por lo que no sería descartable una ampliación de capital. Y este tipo de operaciones, en un principio, penalizan a las empresas que las lanzan, porque se hacen a un precio inferior. Además, esta factura comprometería la capacidad de la entidad para repartir dividendos.
Los resultados no se conocerán hasta el día 17, según ha informado ya la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV), que ha aclarado que adoptará los criterios sobre el precio de la segunda oferta si procediera del resultado de la actual, cuyo periodo de aceptación termina este viernes. El valor no podrá ser nunca inferior al derivado de la aplicación de los términos para su fijación.
BBVA aspira a lograr entre un 60 y un 70% del capital del Sabadell. Los cálculos sobre adhesiones esperadas se situaban este martes en más del 45%, según ha señalado su presidente, Carlos Torres, en la Cope. A su juicio, cuenta con el respaldo de la práctica totalidad de los accionistas institucionales del catalán, que tienen un 30%, además del socio rebelde, David Martínez –que tiene un 3,86%–. Según sus palabras, contarían además con un 1% de los minoritarios y con más de la mitad de los fondos pasivos (que replican índices), lo que suma otro 10%, al menos.
Los números que hace el Sabadell son muy dispares. Hace unos días rebajaba a menos del 30% las aceptaciones que conseguirá, ya que, a su entender, solo la mitad de los institucionales estaría dispuesto a acudir al canje y unánime un tercio de los fondos pasivos.
Estas diferencias en las cifras y previsiones de ambos bancos son uno de los motivos que hace que el resultado sea incierto hasta el último momento, a falta de conocer el volumen de minoritarios que respaldan la opa. La decisión de los particulares es menos previsible. Mientras BBVA dice que se está acelerando, el Sabadell indica que continúa con el goteo de los primeros días.