BBVA se arriesga a una gran pérdida de clientes del Sabadell tras su rechazo masivo a la opa
El grupo vasco se juega la fuga inminente de unos 150.000 usuarios del banco catalán si toma el control

El presidente de BBVA, Carlos Torres. | David de Haro (EP)
El abrumador rechazo de la oferta pública de adquisición (opa) de BBVA por parte de los clientes del Sabadell que son, a su vez, accionistas de la entidad catalana, pone en peligro gran parte del negocio que quiere absorber el vasco con la operación. Este es uno de los grandes riesgos que afronta el grupo preside Carlos Torres de salir vencedor en la transacción a la primera, o si logra controlarlo en una segunda propuesta de compra.
Las fuentes financieras consultadas por THE OBJECTIVE señalan que la contundente decisión de los clientes que son socios del Sabadell hace presagiar «una salida inminente de particulares y, sobre todo, pequeñas y medianas empresas, de caer bajo las garras de BBVA». «Han demostrado que quieren que el banco vallesano siga en solitario y se han posicionado de forma clara con la cúpula actual, que ha peleado como nadie su independencia», sostienen.
Este es un riesgo que BBVA asume y que impediría obtener las rentabilidades esperadas por la vía de los ingresos para dentro de tres años, cuando pueda integrar toda la actividad después de los impedimentos del Gobierno. Unas trabas que por el momento han retrasado ya los ahorros de costes prometidos.
El rechazo de los minoritarios, por tanto, no solo complica el éxito de la opa, sino que dificulta los objetivos planteados por BBVA en su ofensiva por hacerse con el Sabadell. Los particulares y otros clientes que son accionistas tenían un 30,9% del capital del catalán y solo el 2,8% de ellos ha acudido a la propuesta de canje, con un 1,1% de los títulos.
Falta por conocer que han hecho otros inversores, como la mayor parte de los institucionales, que contaban con un 32% del vallesano; o los fondos pasivos, con un 20%, además de otros pequeños usuarios de otros bancos, con un 8%. BBVA confiaba hace unos días en que podía llegar a alcanzar entre un 60 y un 70%. El umbral máximo será imposible, pero aún tiene opciones para conseguir más del 50%. Otros, como David Martínez, se han adherido (4%); Zurich se ha opuesto (5%).
En caso de que logre el 30% y no supere la mayoría, BBVA puede lanzar una segunda oferta en metálico, o con opción de efectivo, después de que renuncie a la condición mínima de adhesión. Los datos definitivos se conocerán este viernes, 17 de octubre, día que la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) informará de los criterios para la fijación del precio de esta segunda opa si este escenario se produce.
Las fuentes consultadas añaden que la pérdida potencial de clientes podría inclinar a BBVA a no poner sobre la mesa otra propuesta de adquisición -esta con dinero contante y sonante- y darse por vencido, ya que el rechazo masivo de los clientes aumenta la incertidumbre sobre las condiciones económicas de la transacción.
De igual manera, sostienen que muchos de estos accionistas que han rechazado la opa que finalizó el viernes están radicados en Cataluña y una parte relevante son pymes, un colectivo que ha intentado en todo momento tumbar la adquisición y posterior fusión a través de las patronales. De esta manera, dan por hecho que muchas acudirían a otras entidades para obtener los productos y servicios que necesitan en el caso de que BBVA llegue a tomar el control. El segmento de pequeñas empresas es la gran joya de la corona de la firma que preside Josep Oliu.
En un principio se estimaba que hasta un millón de clientes de ambas entidades podrían huir a otros bancos en caso de materializar la integración, la mayor parte usuarios del Sabadell, ya que en estas operaciones entre un 5% y un 10% suelen abandonar el conglomerado resultante. Ahora, con los resultados parciales de la opa, estarían en juego en torno a 150.000, aproximadamente, que son los minoristas que serían accionistas y usuarios del banco vallesano si BBVA consigue su hazaña. No hay datos muy actuales, porque el banco catalán ha ocultado esta información desde hace tiempo.
La última integración de gran relevancia llevada a cabo en España fue la de Caixabank con Bankia. La entidad catalana se dejó en el camino algo más de un 5% de clientes (un millón), una situación que empezó a revertir en la recta final de 2023, cuando comenzó a elevar el número. La operación fue amistosa, a diferencia de la actual, que ha sido totalmente hostil, con una batalla que ha llevado hasta el límite.
El conglomerado resultante de BBVA y el Sabadell, de prosperar la opa y posterior absorción, tendrá más de 17 millones de usuarios en nuestro país, por lo que entre 850.000 y 1,36 millones de pymes, empresas y particulares podrían llevarse sus productos y servicios a otros bancos o firmas. Con los accionistas como cabeza del pelotón.