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BBVA, el banco más peleón, tropieza en la piedra de siempre: enfrentarse a un Gobierno

El banco vuelve a fracasar en una operación tras abrir una batalla con el Ejecutivo, un patrón similar al de otras derrotas

BBVA, el banco más peleón, tropieza en la piedra de siempre: enfrentarse a un Gobierno

Sede de BBVA en Madrid en una imagen de archivo. | Europa Press

BBVA es de lejos el banco más peleón del panorama nacional, tanto aquí como en otros mercados en los que opera. De manera constante, desde su nacimiento, a finales del siglo pasado, ha librado batallas tanto internas como externas o ha sufrido los efectos perniciosos de viejas rencillas. En algunas ha ganado la partida, pero en otras ha tenido un rotundo fracaso como el padecido en la oferta pública de adquisición (opa) lanzada sobre el Sabadell.

El denominador común de todas las derrotas ha sido enfrentarse al Gobierno de turno, aunque en las que ha salido victorioso, también tuvo encontronazos con el Ejecutivo. Y no solo en España, tal y como resaltan fuentes financieras a THE OBJECTIVE, que recuerdan, por ejemplo, la guerra que libró en Italia en 2005 y 2006 para hacerse con el control de BNL. En esa operación, como en la de Sabadell, encontró el férreo rechazo de la administración central trasalpina. Finalmente, tuvo que retirarse y deshacerse de todas las acciones que había comprado, y BNP Paribas se hizo con la presa tras alguna contraopa fallida.

De aquello ha pasado mucho tiempo y por entonces ni siquiera Carlos Torres estaba en la entidad. El presidente era Francisco González, el mismo que fichó a Torres, a quien colocó varios años como consejero delegado e hizo su sucesor tras su renuncia anticipada por el escándalo del caso Villlarejo.

Esta causa se reabrirá previsiblemente ahora que ha finalizado la opa sobre el Sabadell. En ella, el banco afronta un juicio como responsable penal de las escuchas ilegales practicadas contra políticos, empresarios y periodistas desde 2004 por el comisario de la Policía, por encargo del banco con sede en Bilbao. La raíz de todo este asunto deriva de otra batalla. En esa ocasión, con el recién elegido Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero, que intentó echar a González de la presidencia y que buscó como aliado a la constructora Sacyr. Esta se hizo con una pequeña participación con el fin de poder aumentar su peso y destituir al banquero.

Aquella guerra la ganó BBVA, pero los efectos de toda la disputa aún no están resueltos y el banco puede resultar condenado, con consecuencias que aún se desconocen. Las prácticas, supuestamente irregulares, no terminaron hasta 2017, cuando Torres ya era número dos de la entidad.

Otra gran lucha que vivió el grupo financiero fue con el Gobierno de Mariano Rajoy, que tenía como ministro al actual vicepresidente del BCE, Luis de Guindos. Fue el único banco sano que no participó en dos de las operaciones fundamentales de la pasada crisis financiera, lo que supuso una crisis entre el Ejecutivo y la entidad. No acudió a la salida a bolsa de Bankia en 2011 ni tampoco quiso formar parte de la Sareb, el denominado banco malo, que tomó los activos inmobiliarios de las cajas rescatadas en 2012. El conflicto no tuvo grandes derivadas, salvo que BBVA fue el único que no arrastra pérdidas. Tampoco hubo represalias, aunque no fue por falta de ganas. Incluso el Gobierno le adjudicó CatalunyaCaixa al poner sobre la mesa una oferta imbatible.

Ningún otro banco tiene un historial como este de confrontaciones. Todo lo contrario, ya que lo que persiguen los demás es contar con el apoyo o al menos tener una relación cordial con los gobiernos, procurando limar cualquier tipo de choque.

Pese al fracaso,tan rotundo, Carlos Torres rechaza dimitir porque no ve motivos para ello y porque cuenta con el respaldo del consejo y la junta de accionistas. Pero su cargo se tambalea y con cualquier error que cometa a partir de ahora los inversores podrían pedir su cabeza. El enfrentamiento que ha librado con el Sabadell y el Gobierno en el último año y medio ha sido de tal calado que el desgaste para la organización ha sido relevante, al igual que su coste.

Por el momento, el presidente del grupo financiero prefiere mirar hacia delante en el proyecto sin el Sabadell y esperar a que dé sus frutos. Para no perder la confianza del mercado, BBVA ha decidido ya acelerar la recompra de acciones que estaba pendiente por importe de 1.000 millones, y tiene previsto iniciar otra por un volumen importante una vez reciba las autorizaciones del BCE. El objetivo no es otro que evitar que la cotización se desplome. Este viernes, tras conocerse el resultado, los títulos repuntaron con fuerza.

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