Crece el rechazo al euro digital en España: el 70% de la población dice que no lo usará
Ni siquiera los ciudadanos más jóvenes piensan utilizarlo de forma mayoritaria cuando funcione en 2029

Euro digital | EP
El euro digital es el gran proyecto en el que están embarcados el Banco Central Europeo (BCE) y los bancos centrales nacionales de la zona euro. Una moneda virtual que causa cada vez más recelos en la población. En la española, la oposición no para de crecer. El 70% de los ciudadanos rechaza la divisa que el organismo monetario quiere que entre en circulación en 2029 de manera generalizada.
Un estudio sobre los sistemas de pago y el efectivo del Banco de España analizado por THE OBJECTIVE refleja esta desconfianza hacia el euro digital, incluso entre el colectivo más joven, más propenso a la tecnología y las nuevas herramientas. En 2023, cuando el supervisor llevó a cabo el primer análisis, un 65% señaló que no lo usaría. En 2025 el porcentaje ha crecido cinco puntos con respecto a hace dos años. En 2024 había experimentado un crecimiento, ya que entonces el porcentaje era del 67%, por lo que la tendencia es alcista y con más intensidad.
Entre la población de menor edad, comprendida entre los 18 y 24 años, el repudio es también mayoritario: un 53% no tiene previsto operar con la moneda virtual cuando sea una realidad. El rechazo aumenta según avanza la edad hasta llegar a un 84% entre las personas de más de 65 años.
El análisis llevado a cabo por el Banco de España determina que un 25% sí lo usará como complemento a los medios de pago existentes, como el efectivo, las tarjetas de crédito y el móvil. Precisamente esta es la intención del BCE con su proyecto, que sea una alternativa más y no suponga el fin del metálico. El restante 5% no sabe si lo hará o no.
El BCE urge desde hace meses a Bruselas a que regule el euro digital para su puesta en circulación, pero los eurodiputados no asumen la celeridad que quiere el organismo monetario. El calendario manejado ahora es que en 2026 se aprueben las reglas y en 2027 se lance la primera prueba piloto para comprobar el funcionamiento. Para 2029 se espera que pueda extenderse al conjunto de los ciudadanos.
El euro digital costará al BCE y a los bancos centrales nacionales unos 1.300 millones de euros, según sus propios cálculos. El Banco de España ya ha lanzado varias licitaciones de contratos con consultores y expertos para que le ayuden a implantar la divisa virtual. Uno de ellos estaba valorado en unos 58 millones para encontrar un asesor externo.
Para el BCE, «Europa no puede permitirse depender excesivamente de soluciones de pago no europeas, porque nos deja a merced de la generosidad de terceros en un contexto de elevada tensión geopolítica». Así lo manifestó en el Parlamento Europeo Piero Cipollone, uno de los miembros del Comité Ejecutivo, cuando apeló a la «urgencia de preservar nuestra moneda en servicios esenciales como los pagos cotidianos». «Sin ella somos vulnerables a las amenazas geopolíticas y corremos el riesgo de perder nuestra soberanía monetaria. Los acontecimientos internacionales recientes ponen de relieve estos riesgos».
El sistema de medios de pago europeo está dominado por empresas estadounidenses como PayPal, Apple y Visa, y hay un retroceso en el uso del efectivo por el auge de las plataformas virtuales y el comercio electrónico. Recientemente el Gobierno de Donald Trump en EEUU ha promovido criptoactivos y stablecoins respaldadas por dólares, que generan preocupación sobre la estabilidad financiera y la autonomía estratégica del Viejo Continente.
Entre las características básicas del euro digital se encuentran la posibilidad de que se pueda pagar sin conexión a una red y que, de ponerse en circulación, tendrá un alto grado de privacidad para los usuarios. Una de las cuestiones que más preocupan es esta, precisamente: que las autoridades monetarias puedan tener acceso a los gastos de los ciudadanos, por lo que muchos expertos consideran que es de vital importancia que se mantenga y se garantice el dinero en efectivo. Además de estas advertencias y del rechazo social a su uso, los españoles no tienen un conocimiento generalizado de la moneda digital. El estudio del Banco de España revela que el 76% de los ciudadanos no está informado sobre su puesta en marcha y que el 73% de los pequeños comercios tampoco.
