España pierde peso en el BCE en vísperas de la salida obligatoria de Luis de Guindos
Ramón Quintana dejará en febrero la supervisión de bancos sistémicos, tres meses antes del cese del vicepresidente

El vicepresidente del BCE, Luis de Guindos. | EP
España pierde peso en el Banco Central Europeo (BCE) en vísperas de la salida obligatoria de su vicepresidente, Luis de Guindos, prevista para finales de mayo de 2026. Ramón Quintana dejará su puesto como director general de bancos sistémicos en el organismo comunitario en febrero, tres meses antes de que finalice el mandato del actual vicepresidente.
El BCE informó este miércoles de la vuelta de Quintana al Banco de España y su sustitución por el alemán Korbinian Ibel, un movimiento que reduce la influencia española en la institución monetaria y supone un paso más en la menguante presencia de españoles en otros entes del Viejo Continente, como la marcha del máximo responsable de la Autoridad Bancaria Europea (EBA, por sus siglas en inglés), José Manuel Campa, el 31 de enero.
Fuentes financieras señalan a THE OBJECTIVE que «el poder de España será difícilmente recompuesto» tras estas pérdidas, ya que otros Estados y gobiernos pretenden colocar en estos cargos a algunos de sus ejecutivos y que Europa tiene hacer un reparto equilibrado de los altos mandatarios. La única gran oportunidad es que a finales de 2027 el exgobernador del Banco de España, Pablo Hernández de Cos, tome el relevo de Christine Lagarde en la presidencia del BCE, aunque las mismas fuentes remarcan que será difícil que el Gobierno actual le postule y pelee por su nombramiento.
Hace una semana comenzó el proceso para cubrir la vacante que dejará Guindos en la institución ubicada en Fráncfort, debido a que se cumplirán los ocho años de mandato sin posibilidad de renovación. Diferentes países ya han anunciado que presentarán a un candidato, entre ellos Portugal, Finlandia y Grecia.
Estas salidas de españoles se suceden dos años después de que la exsubgobernadora del Banco de España, Margarita Delgado, no consiguiera los apoyos suficientes para liderar el Mecanismo Único de Supervisión del BCE. Entonces, el Ejecutivo centró todos sus esfuerzos para que Nadia Calviño, entonces vicepresidenta del Gobierno, pudiera hacerse con el sillón de mando de Banco Europeo de Inversiones (BEI). La alemana Claudia Buch se hizo con el codiciado cargo al que aspiraba la número dos del regulador nacional.
Ramón Quintana llevaba desde 2014 pilotando la supervisión de los bancos sistémicos de la zona euro. A partir de marzo se reincorporará al Banco de España. Su nombre figuró el año pasado en las quinielas del PP para ser subgobernador, pero la decisión de Pedro Sánchez de imponer como gobernador al entonces ministro José Luis Escrivá rompió cualquier tipo de entendimiento entre los dos principales partidos para la renovación de los puestos del regulador nacional. Con ello, Moncloa rompió el pacto no escrito de que el Gobierno elige al gobernador y la oposición al subgobernador. Además, puso en peligro la independencia de la institución al colocar a un miembro del Ejecutivo al frente de la misma.
Otras fuentes recuerdan el ocaso de España en los organismos comunitarios, no solo los puramente financieros, y resaltan el fracaso del ministro de Economía, Carlos Cuerpo, de hacerse con la presidencia del Eurogrupo. En julio de este año retiró su candidatura ante la falta de votos favorables. La dimisión reciente del irlandés Paschal Donohoe, que se impuso al español en la carrera, abre de nuevo una posibilidad para que se postule de nuevo, aunque todavía no hay nada decidido al respecto. Un segundo tropiezo supondría un duro golpe para el responsable del área económica del Gobierno.
Además de la designación de Ibel para sustituir a Quintana, el comité ejecutivo del BCE eligió a Patrick Amis y Thijs van Woerden como director general de Supervisión de la Línea Horizontal y director de Instituciones Universales y Diversificadas, respectivamente. En la actualidad, los tres ocupan otros cargos en el supervisor europeo.
El BCE destaca que «los nombramientos reflejan el compromiso de fomentar la movilidad interna hasta los niveles más altos de dirección». «La movilidad entre la supervisión temática y la supervisión específica de cada banco promueve una mayor colaboración y mejora la capacidad para abordar eficazmente los problemas identificados», añade. Además, la institución monetaria ha iniciado el proceso de selección para un nuevo responsable de Instituciones Especializadas e Instituciones Menos Significativas, debido a la vacante que dejará Ibel.
