The Objective
Banca

Turquía se convierte para BBVA en un pozo sin fondo al perder otros 1.000 millones este año

El grupo empeora las previsiones de inflación, clave para que pueda dejar de anotarse deterioros en el país

Turquía se convierte para BBVA en un pozo sin fondo al perder otros 1.000 millones este año

El presidente de BBVA, Carlos Torres. | EP

BBVA perderá en Turquía otros 1.000 millones este año. Un agujero que se sumará al asumido en años anteriores por la elevada inflación del país y que empieza a convertirse en un pozo sin fondo. Su filial Garanti ni siquiera alcanzará las previsiones de la cúpula, que fueron rebajadas en marzo a la mitad, y no aportará todo su potencial hasta al menos 2028, cuando podría dejar atrás la contabilización especial por la coyuntura de precios descontrolada.

El consenso del mercado apunta a que el ajuste por hiperinflación que tenga que apuntarse en 2025 sobrepase los 1.000 millones anteriormente citados y que la contribución al grupo se limite a los 915 millones, según los datos recabados por THE OBJECTIVE. Por tanto, BBVA no logrará ni los 1.000 millones de beneficios en Turquía que estimaba la dirección hace unos meses.

La situación podría enturbiarse si los impagos continúan escalando, como lo están haciendo desde principios del presente ejercicio, y si los pronósticos sobre la inflación se cumplen. Cuantas más insolvencias, mayores serán provisiones y cuanto más suban los precios en el mercado turco, mayor es el deterioro que se apunta en las cuentas. BBVA, para minimizar los impactos, está acelerando la venta de carteras de préstamos morosos para limpiar el balance y reducir las cargas.

BBVA se encuentra con serias dificultades para recuperar la normalidad en Turquía. De hecho, su servicio de estudios acaba de empeorar las estimaciones sobre la inflación. «Tras el empeoramiento de la tendencia inflacionaria desde agosto, ahora esperamos que el IPC de fin de año se ubique cerca del 32%, lo que ha generado efectos para nuestra proyección de 2026 y nos hace revisarlo al 25% para fin de año (en contra del 23% anterior)», señala un informe de Research.

El grupo vasco cree que hasta 2028 los niveles de precios no le van a permitir no anotarse pérdidas en sus cuentas en el que es su tercer principal mercado. Uno de los criterios para abandonar dicha contabilidad es que la inflación acumulada durante tres años sea inferior al 100%, si bien la salida de esta norma no es automática.

Los deterioros por este fenómeno son menos abultados que en 2022 o 2023, cuando BBVA se vio obligado a llevar a cabo estos ajustes. Desde entonces, ha dejado de ganar 4.800 millones hasta 2024. Y en 2025, hasta septiembre, ha añadido otros 863 millones. De esta manera, el beneficio aportado por la filial turca en los tres primeros trimestres se ha quedado en 648 millones.

Los analistas creen que el potencial de 2.000 millones que indica la cúpula que tiene la franquicia no se alcanzará pronto. Para 2027, año en el que podría dejar de contabilizar depreciaciones por inflación, el consenso prevé que Garanti pueda llegar a los 1.250 millones de beneficios. Por tanto, aun lejos de toda su capacidad.

BBVA confía en que esta filial continúe en su senda de recuperación a medio plazo, con un crecimiento de los ingresos netos por intereses, impulsados por la actividad por encima de la inflación y un menor coste de los depósitos. Esto, unido a la merma de los niveles de precios de la economía, permitirán una mejora en la eficiencia, que caerá hasta el 30%, según sus cálculos. Pero el agujero se ampliará con el paso del tiempo.

La situación en Turquía, principalmente por la subida de los impagos, se ha convertido en el primer problema para el presidente Carlos Torres, tras la fallida oferta pública de adquisición (opa) lanzada sobre el Sabadell. Debido a las insolvencias, BBVA se quedó en septiembre por debajo de los resultados previstos por los inversores.

El fracaso de esta operación ha colocado en una situación de debilidad al máximo responsable del grupo vasco. Por el momento, ha rechazado dimitir de su cargo al contar con el respaldo del consejo y de la junta de accionistas, pero su continuidad dependerá en gran parte del desempeño de la entidad y los logros que obtenga.

BBVA intentó tomar el control del Sabadell para depender menos de México y también de Turquía, en un momento en que aparecieron nubarrones sobre el mercado mexicano, que se están evidenciando ahora, y cuando la recuperación era más lenta de lo pronosticado en el turco.

Publicidad