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Banca

Los españoles disparan un 30% los depósitos a plazo tras mejorar los bancos los tipos pagados

La contratación de imposiciones con vencimiento alcanza el nivel más alto desde 2016 por parte de las familias

Los españoles disparan un 30% los depósitos a plazo tras mejorar los bancos los tipos pagados

Símbolo del euro frente a la sede del BCE. | EP

Los españoles han disparado la contratación de depósitos a plazo. Desde hace meses, este producto se ha convertido en un refugio para los ciudadanos ante la inestabilidad política. La mejora de los tipos pagados por los bancos ha contribuido a que el dinero colocado en las imposiciones con vencimiento haya crecido sustancialmente en octubre.

Los últimos datos disponibles, recabados por THE OBJECTIVE, reflejan que las familias han elevado un 30% interanualmente los recursos puestos en depósitos a plazo, principalmente con una vigencia de hasta un año. El importe asciende a 23.990 millones de euros. Este salto se produce después de que las entidades hayan subido los intereses hasta el 1,79%, una vez que el euríbor se ha dado la vuelta ante las expectativas de que el BCE y mantendrá las tasas oficiales un largo periodo de tiempo. Se trata del mayor volumen desde 2016, cuando el precio del dinero empezó a estar en negativo y la contratación se desplomó a niveles mínimos.

La contratación ha crecido un 45% en comparación con septiembre, lo que pone de manifiesto que los ciudadanos están apostando cada vez más por las imposiciones sin asumir riesgos. Las letras del Tesoro ya no son una competencia para los bancos, ya que su inversión se ha hundido.

El sector financiero ha elevado un 10% de media los tipos que paga, lo que ha animado a los españoles a incrementar la operativa en depósitos. Una evolución que coincide en un momento en que la capacidad de ahorro de los hogares ha entrado en barrena, tal y como publicaba este periódico hace unos días. Los datos del Banco de España indican que las familias están reduciendo los saldos que tienen en los bancos para poder llegar a fin de mes.

Los ajustes monetarios entre junio de 2024 y junio de 2025 habían llevado a las entidades a ir disminuyendo los tipos por los depósitos a plazo, hasta un 1,62%, pero el parón en los movimientos por parte del BCE ha permitido una mejora en los abonos. También ha facilitado al sector a poner freno, en parte, a la «irracionalidad» en la guerra por las hipotecas.

Las cifras del supervisor indican que las caídas en los tipos cobrados por los préstamos para la adquisición de viviendas registran un menor abaratamiento. Aunque en agosto se produjo un pequeño encarecimiento de los intereses, tanto en septiembre como en octubre se han abaratado, pero con menor fuerza que en los primeros meses del ejercicio. En la actualidad, las tasas reclamadas se sitúan en el 2,71%.

En las últimas semanas, algunos de los principales bancos —entre ellos Santander y BBVA— han incrementado los tipos de las hipotecas, con la intención de imponer cordura en el mercado, y que deje de haber ofertas que supongan pérdidas por la contratación de este producto.

Como en los depósitos, las hipotecas han experimentado también un crecimiento relevante por el boom de la vivienda. El importe concedido en créditos para la compra de pisos ha escalado hasta los 7.071 millones, lo que supone un incremento del 18% con respecto a octubre del ejercicio pasado. En septiembre, las entidades reactivaron con fuerza este tipo de financiación tras el frenazo del verano, un fenómeno que se mantiene vivo.

Las entidades esperan que en 2026 haya una menor actividad debido a los elevados precios de los inmuebles como consecuencia de la elevada demanda y la baja oferta disponible. Los banqueros están alzando la voz para que las autoridades liberen suelo para la construcción de viviendas, porque se está produciendo un cuello de botella en el mercado que puede costar caro a nuestro país en el corto plazo, con la imposibilidad de que lleguen inmigrantes, un colectivo vital para el impulso de la economía.

Pese al empuje de los depósitos a plazo, los españoles tienen aún la mayor parte de su dinero en cuentas a la vista, es decir, disponibles sin penalización. Estas superan los 900.000 millones de euros, pero desde la vuelta de las vacaciones están padeciendo un retroceso debido a las mayores dificultades de los ciudadanos para sobrevivir y pagar sus costes cotidianos (alquileres cada vez más caros y una cesta de la compra que no paran de encarecerse por las subidas de determinados alimentos).

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