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El jefe de BBVA en México, tercer directivo que se deshace de acciones del banco tras la opa

El directivo se une a Casas y Rodríguez Soler y vende títulos por un importe de unos 2 millones de euros

El jefe de BBVA en México, tercer directivo que se deshace de acciones del banco tras la opa

Eduardo Osuna, jefe de BBVA México | Europa Press

El responsable de BBVA en México, Eduardo Osuna, es el tercer directivo que vende acciones del banco tras la oferta pública de adquisición (opa) fallida sobre el Sabadell, que culminó a mediados de octubre. La operación, lanzada en mayo de 2024 había bloqueado prácticamente por completo los movimientos de títulos por parte de la cúpula, pero una vez finalizada, han empezado a sucederse uno tras otro.

Osuna, en concreto, se ha deshecho de más de 114.000 acciones —valoradas en algo más de 2 millones de euros— de BBVA en tres transacciones, según los datos recabados por THE OBJECTIVE en la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV). El jefe de la filial mexicana ha aprovechado los máximos alcanzados por el grupo vasco en bolsa para hacer caja, algo que ya ocurrió en los casos del director de ingeniería, Carlos Casas, el primero en materializar una venta, y su homólogo en el área de sostenibilidad, Javier Rodríguez Soler, en las últimas semanas.

Mientras que los tres han hecho una venta suculenta, otro miembro de la cúpula ha adquirido un volumen importante de acciones desde entonces, expresando su confianza en la evolución de la entidad. Se trata del también mexicano Carlos Salazar Lomelín, consejero externo, que ha adquirido 342.570 títulos por un importe conjunto de casi 5,6 millones de euros.

El fracaso de la opa, aunque supuso un golpe para BBVA y su presidente, Carlos Torres, ha permitido que la cotización haya mejorado, al eliminar las dudas existentes sobre la absorción posterior del Sabadell. El banco, tras la derrota, aceleró el programa de recompras de títulos que tenía paralizado por casi 1.000 millones y anunció el lanzamiento de un nuevo plan por mucho más importe para animar a los inversores. Este viernes anunció que este último será por un valor de 4.000 millones.

BBVA tendrá que demostrar su capacidad de generación de ingresos y resultados una vez fracasada la opa. Las cuentas de septiembre han reflejado el primer problema: la escalada de impagos en Turquía, que ha impedido al grupo vasco alcanzar las previsiones de los analistas. Para ampliar la diversificación geográfica, muy dependiente de México y del mercado turco, el banco ha puesto el foco en su crecimiento en Italia a través de su plataforma digital. Confía en alcanzar el millón de clientes en 2026 en el país trasalpino, por lo que trata de captar 250.000 usuarios en unos 15 meses. Quiere además impulsar su actividad en Alemania, donde ha desembarcado recientemente.

De los resultados futuros dependerá en gran medida que Torres mantenga el timón de mando, ya que su figura se ha visto desdibujada por el fracaso de la opa y su cabeza pende de un hilo. De momento, ha rechazado dimitir y prefiere mirar hacia adelante, sin airear el análisis de las causas y consecuencias de la derrota, que le ha dejado en evidencia por distintos motivos. Uno de ellos es que dio por sentado que la operación saldría adelante y otro es su proyección de que el Sabadell se hundiría de no prosperar. Ni una cosa ni otra han sucedido.

BBVA no es el único banco que sube en bolsa. Todo el sector registra un ejercicio de récord en el mercado. Esto es lo que lleva a que los directivos aprovechen el momento para vender. Por ejemplo, este verano, buena parte del equipo de más alto nivel de Caixabank se deshizo de acciones de la entidad catalanaLa cúpula se embolsó 3,62 millones en una venta masiva por parte de seis de sus máximos responsables de gestión. Más recientemente, el consejero y ejecutivo del Sabadell, David Vegara, colocaba 250.000 acciones del grupo catalán por un importe global de 785.500 euros.

Otros miembros de las cúpulas de las entidades, por contra, mantienen su confianza en los desempeños futuros y en que las cotizaciones seguirán al alza, como Lomelín en BBVA y la familia Masaveu en Bankinter, donde cuenta con representación en su consejo de administración. La saga asturiana se reforzó en su capital con la primera compra de títulos que hacía en más de dos años. Tomaron 14.000 títulos, con lo que ampliaron ligeramente su posición del 5,32% en la entidad controlada por los Botín Naveda.

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